El asesino de Olot no tiene ninguna enfermedad mental

Psicólogos y psiquiatras discuten sobre si sufre o no un trastorno de personalidad

GIRONA, 14 (EUROPA PRESS)

Los peritos forenses tanto psiquiatras como psicólogos han afirmado que el asesino múltiple de Olot, Pere Puig, no tiene ninguna enfermedad mental, aunque sí han apuntado algunas “peculiaridades” en su personalidad, ya que es una persona fría, solitaria y excéntrica.

El diagnóstico que han aportado todos los peritos, tanto los judiciales como los aportados por la defensa coinciden en este punto; aunque no se han puesto de acuerdo y han discrepado durante horas sobre si el acusado sufre o no un trastorno de personalidad.

El psicólogo del Instituto de Medicina Legal de Catalunya (IMLC), Jordi López, ha asegurado que “no hay indicios de trastorno”, aunque sí ha detallado que Puig es alguien “antisocial, negativista, evitativo y paranoide --en el sentido de que no se fía de la gente--”, unos rasgos, ha reiterado, que están dentro de la normalidad y que forman parte de su manera de ser.

En este sentido los forenses psiquiatras del IMLC, Narcís Bardalet e Itziar Idiáquez, han expuesto que el procesado es una persona “fría, que no necesita contacto con los demás, que es retraído y que tiene tendencia a saltarse las normas sociales”, pero que no padece enfermedad mental, ni patología ni retraso mental, ya que sabe lo que hace en todo momento y es consciente de los delitos que cometió.

En cambio, los psicólogos contratados por la defensa, Bernat-Noël Tiffon y Alicia Romero, han sostenido que Puig sufre tres trastornos de personalidad: paranoide, esquizoide y esquizotípico.

Éstos han justificado su diagnóstico afirmando que el acusado tiene un comportamiento “excéntrico y no demasiado normal”, con tendencia a malinterpretar y a ser desconfiado; además, en su opinión, es una persona que no tiene amigos y a la que no se le ha conocido nunca una pareja.

PENSAMIENTOS MÁGICOS

Además, según ha relatado Romero en la Audiencia de Girona, Puig tiene “pensamientos mágicos” o creencias extrañas, es decir, “que fabula y cree tener el don de leer la mente a las personas que le hacen daño”.

El psicólogo Tiffon, para aclararlo, ha leído unas declaraciones que les hizo el acusado en una entrevista, un tema que no comentó antes por “reparo”: “Yo tengo un don, lo tengo todo dentro y nunca lo he explicado; si se ríen de mí, pienso que soy más fuerte y los domino. A las personas a las que cambio el chip, luego no pueden conmigo. Intenté girar la mente del señor Tubert cinco o seis veces pero no lo conseguí, era el demonio con forma de serpiente”.

Romero ha continuado exponiendo cuales serían las características de alguien con un trastorno esquizotípico y lo ha ejemplificado con los comportamientos “excéntricos” del procesado, ya que se vestía de 'sheriff', iba por la noche al bosque con un cuchillo, por tener tendencia a malinterpretrar o a ser suspicaz y por la dificultad en las relaciones interpersonales.

Estos dos psicólogos también han apuntado que Puig tiene una personalidad obsesiva, con pensamientos rumiantes y repetitivos; y que además, estos trastornos definidos están “enquistados o encapsulados”, es decir, que los tiene desde siempre.

“A consecuencia de estos trastornos, con pensamientos repetitivos, se produce una impregnación maligna, que le obcecaron y le orientaron a la materialización de los hechos”, ha expuesto Tiffon.

Unas opiniones, las de los dos psicólogos aportados por la defensa, con las que han discrepado claramente los demás forenses; que a grandes rasgos han rebatido las conclusiones de Tiffon y Romero afirmando, por ejemplo, que si fuera tan antisocial no se hubiera atrevido a practicar la caza mayor en grupo, dónde la confianza en los compañeros es primordial; o que si detectaron todas estas patologías, por qué no avisaron a los médicos del centro penitenciario para que le tratasen.

BALAS DE CALIBRE MUY POTENTE

En la sesión de esta tarde también han declarado los agentes de balística y de la policía científica de los Mossos d'Esquadra y han afirmado que el calibre que utilizó Puig era “muy potente” y que en caso de tocar una zona vital podía matar a cualquier persona sin ningún tipo de duda.

Además, han explicado que el tipo de balas utilizadas por el asesino confeso se expanden al entrar en contacto con el cuerpo por lo que causan daños internos más graves que el simple orificio de la bala.

Un hecho que han confirmado los médicos forenses que realizaron las autopsias: “Este tipo de bala abre un agujero pero después son como la boca de un lobo que lo muerde todo”.

Los forenses han apuntado, finalmente, que todas las víctimas murieron al acto y que en ninguno de los cuatro casos se podría haber hecho nada por salvar sus vidas.

El juicio contra el pistolero de Olot continuará mañana con la presentación de las conclusiones de las partes y la lectura de los informes; y después, será el jurado popular el que tendrá que dictar un veredicto.

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