Canarias tiene un plan para afrontar un hipotético desabastecimiento

Las Islas Canarias se encuentran en un lugar estratégico en el océano Atlántico, entre los continentes de Europa, América y África. Si bien esta tricontinentalidad es positiva ?para el comercio y el intercambio cultural, por ejemplo-, en ocasiones que pongan de relieve la situación de lejanía, lo fragmentado que es el territorio o la imposibilidad de comunicarnos por carretera y ferrocarril, puede producirse un aislamiento.

Canarias es dependiente del exterior. En el año 2005, las Islas importaron 2.199.995 Tm de productos alimenticios, mientras que se exportaron sólo 917.702 Tm. Nuestra mayor fuente de ingresos -el turismo- se vería muy afectada en caso de crisis, lo que reduciría considerablemente los ingresos económicos de las Islas y, por lo tanto, el abastecimiento de las necesidades básicas para la población.

Los veterinarios de Seguridad Alimentaria del Servicio Canario de Salud Miguel Ángel González Cortés y Juan Manuel Santana Rodríguez han elaborado un informe con un plan de abastecimiento de alimentos en aquellas situaciones en las que el Archipiélago se viera inmersa en una grave crisis. Aseguran que con este informe “intentan dar respuesta, analizando todas las situaciones adversas posibles y organizando el control y el desarrollo del abastecimiento. Nuestra experiencia puede ser muy útil a la hora de aportar medidas y estrategias para reducir la imposibilidad del suministro de alimentos en una situación crítica”.

En el documento, González Cortés y Santana Rodríguez plantean la creación de la Reserva Estratégica Alimentaria de Canarias (REAC), que ellos mismos definen como “una herramienta que a nivel administrativo recabe información y documentación, y disponga de recursos humanos y materiales necesarios” para que la población pueda subsistir en esa hipotética situación de crisis. Para que los aproximadamente 2.000.000 de ciudadanos que en la actualidad tienen las Islas resistan durante un mes, se necesitarían 79.000 toneladas de alimentos. Si el plazo se alarga a tres meses, la cantidad sube hasta las 236.000 toneladas.

Para que el REAC pueda funcionar correctamente, debe contar con la participación también del sector privado. El organismo tendría en su poder datos ?siempre confidenciales- de todos los establecimientos alimentarios, sobre su capacidad operativa o su volumen de almacenamiento. También de las explotaciones agrícolas y ganaderas: superficie cultivada, producción y censo de ganado.

Según la propuesta de González Cortés y Santana Rodríguez, la financiación del REAC correría a cargo de la Unión Europea y del Gobierno de España. El Ejecutivo canario sería el encargado de distribuir los recursos económicos destinados a la Reserva. Además, las empresas privadas que se unan al plan del REAC podrían disfrutar de alguna compensación económica, bien beneficios fiscales, o bien, subvenciones.

El plan no se queda en el plano administrativo, también se ocupa de las economías familiares. El principal objetivo es la recuperación del concepto de despensa, pero no como se entendía en décadas pasadas ?un stock permanente e intocable de alimentos en casa para su exclusiva utilización en situaciones adversas-, porque los alimentos se podrían estropear, sino una despensa en la que se utilizaran los alimentos almacenados, cambiándolos por nuevos alimentos, sin que las reservas disminuyeran nunca por debajo de los límites contenidos en el estudio.

En el informe, este almacén casero aparece con el nombre de Despensa Familiar Mínima (DFM). Para diseñarla, González Cortés y Santana Rodríguez han tomado como referencia una familia canaria de cuatro miembros. Proponen en su documento un menú único para el desayuno, cuatro menús de almuerzo y dos para las cenas, si la DFM es para 30 días. En esta despensa ficticia se proponen alimentos de larga duración, de uso habitual, que pueden ser almacenados a temperatura ambiente y fáciles de elaborar. En el comunicado se especifica que esta despensa es útil siempre y cuando haya suministro de agua potable y exista alguna fuente de calor. Poder tener una DFM en casa, supondría un coste de, aproximadamente, 375 euros. Con este dinero se podrían comprar unos 108 kilos de comida. En el informe se asegura que si “el 25% de los hogares canarios ?unas 500.000 personas- adecuaran una despensa, la DFM efectiva alcanzaría las 13.500 Tm., es decir, el 18% del REAC para 30 días”.

Los profesores no obvian otras cuestiones básicas. Incluyen recomendaciones, que van desde el suministro de agua hasta la recogida de residuos. Para el abastecimiento de agua, se aconseja que se disponga de agua envasada suficiente para un mes, “a dos litros totales por jornada se trataría de un volumen de 60 litros”. En caso de que el suministro eléctrico esté cortado o racionalizado “se debe fomentar la diversificación de fuentes: gas butano, agua solar térmica, o placas solares”.

En cuanto a la basura, los servicios municipales sólo recogerán los residuos orgánicos o aquellos que puedan sufrir alteraciones, para que el mínimo de higiene se pueda mantener en las casas, evitando las infecciones y las enfermedades. Los demás no se recogerán en periodo de crisis o, en todo caso, se establecerán plazos o fechas concretas.

González Cortés y Santana Rodríguez advierten de que la minuciosidad de su estudio no tendría validez si la sociedad no funciona de forma correcta y organizada, y sobre todo manteniendo la calma. Para ello marcan la necesidad de establecer horarios y funciones que garanticen la necesaria mínima armonía.

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