Chile y Canarias, mano a mano por el supertelescopio

El European Extra Large Telescope (E-ELT), conocido popularmente como Supertelescopio europeo, es la mayor apuesta de la astrofísica para los próximos cincuenta años. Con un presupuesto de mil millones de euros para su construcción y otros cincuenta millones anuales para su mantenimiento, ha destapado una carrera por lograr su ubicación.

El European Southern Observatory (ESO) organismo formado por trece países, entre ellos España, tomará la decisión final. La ESO es un organismo independiente de la Unión Europea y, desde hace año y medio, cuenta con una Comisión Científica que ha estado analizando las diferentes posibilidades por razones exclusivamente científicas, sin tener en cuenta ninguna propuesta económica.

Chile ha sido el primero en enseñar sus cartas con una propuesta basada en las infraestructuras. El administrador del Observatorio del Roque de Los Muchachos, Juan Carlos Pérez Arencibia, analizaba esta propuesta como una apuesta fuerte. “Es la primera vez que la ESO se plantea ubicar una instalación fuera de Chile, por lo tanto, es algo muy novedoso. Mi impresión es que Chile se ha dado cuenta de que hay otro serio candidato que es La Palma por eso ha manifestado cuáles serían las ventajas y las facilidades, a parte de las que ya tienen, para que ese telescopio vaya a Chile”.

La ESO lleva instalada en el país andino desde 1962 y, la competencia de otra candidatura les ha llevado a una apuesta fuerte. Para el administrador del Roque de Los Muchachos “Chile parte con una gran ventaja, y es que la ESO está allí desde hace más de cuarenta años y tiene grandes instalaciones científicas ya funcionando”. Su apuesta contempla la protección de las áreas de los observatorios, que hasta ahora no estaban protegidos, ante la industria minera que en Chile es una actividad de prioridad nacional pero un peligro para la investigación científica. Arencibia explica que “cualquier descubrimiento de un yacimiento tiene prioridad sobre la investigación científica” por lo que la protección supone un activo más a su candidatura.

En este sentido La Palma cuenta con una ventaja, la protección abarca a toda la isla con la calificación de Reserva de la Biosfera y además cuenta con una Ley de Protección del Cielo que protege la contaminación lumínica garantizando la calidad de las observaciones nocturnas.

Pero la protección que ofrece Chile no se limita a las zonas de los observatorios, ubicados en Paranal, también en una nueva ubicación situada en Armazones, “uno de los sitios que la ESO está estudiando para el futuro E-ELT”. Este lugar está ubicado a cuatro mil metros de altitud, donde la estabilidad atmosférica garantiza una calidad en las observaciones muy superior a lo que puede ofrecer el Roque de Los Muchachos. Pero también un lugar donde habría que construir todas las infraestructuras desde cero afrontando un coste económico que no sería necesario en La Palma.

Chile ofrece también una reducción de las horas de observación para los astrónomos chilenos en beneficio de terceros países. En la actualidad, el lugar donde se ubica un telescopio supone, según los acuerdos establecidos, un 20% de las horas de observación para el país que acoge el instrumento. Otra de las apuestas chilenas está en el suministro energético. Actualmente los telescopios que la ESO tiene en Chile reciben la energía a base de gas, más costoso. Un reto que, en La Palma, está solucionado a falta de aumentar ese suministro eléctrico que ya ha asumido el Gobierno de Canarias como parte de su aportación a la candidatura y junto con la mejora de las carreteras de acceso al Observatorio del Roque de Los Muchachos.

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