Detectar retrasos en el habla de los niños es clave para un diagnóstico precoz del trastorno específico del lenguaje
MADRID, 12 (EUROPA PRESS)
Detectar precozmente las dificultades para la adquisición del lenguaje en los niños es clave para evitar posibles consecuencias derivadas del trastorno específico del lenguaje (TEL) como es el fracaso escolar, conductas de aislamiento o problemas de autoestima, según la psicóloga clínica infantil y experta en el lenguaje, Alicia Fernández-Zúñiga.
“La detección precoz es básica para poder iniciar el tratamiento lo antes posible y minimizar los riesgos que conlleva a lo largo de la vida del niño”, explica a Europa Press Fernández-Zúñiga, quien detalla que “se puede detectar desde edades muy tempranas, es decir, desde los 2 ó 2 años y medio se observa en el niño un retraso importante del lenguaje”.
El TEL es un trastorno grave y duradero que afecta a la adquisición del lenguaje desde sus inicios, se prolonga durante la infancia y la adolescencia, pudiendo dejar en algunos casos secuelas significativas en la edad adulta.
Concretamente, los niños con TEL tienen dificultades en alguna o todas las dimensiones lingüísticas. Existen diferentes niveles de gravedad ya que puede estar afectada la expresión solamente o también la comprensión y la expresión oral. Sea como sea, la psicóloga insiste en que “en el TEL la dificultad es persistente y resistente al tratamiento. Existe una evolución y mejora, pero es lenta y difícil”.
La etiología del trastorno no está clara. Clínicamente, no hay una causa que identifique estas carencias, “aunque hay bastante acuerdo científico en atribuir el origen a factores neurobiológicos”, admite la experta, quien concreta que “estos déficits en el lenguaje no se corresponden con sus capacidades intelectuales o cognitivas, que se encuentran dentro de la normalidad; ni con su audición y aspectos neurológicos, aunque su lenguaje oral está claramente retrasado con respecto a su edad”.
Este desfase se manifiesta porque el niño, en la edad en la que aparecen las primeras palabras -en torno al año- se empieza a retrasar. Su vocabulario expresivo es muy limitado, habla de manera ininteligible, persisten los problemas de pronunciación tras los cinco años o tiene problemas de adquisición de la lecto-escritura, lo que puede derivar en fracaso escolar.
Estas dificultades pueden hacer que, si el niño no tiene una habilidad comunicativa bien desarrollada cuando empieza a relacionarse a partir de los tres años en el colegio con otros niños, le resulte complicado defender sus derechos y manifestar lo que piensa y necesita, “por lo que le costará relacionarse socialmente y puede llegar incluso a aislarse o a tener una vida social reducida en la adolescencia”, asegura Fernández-Zúñiga.
Además, cuando los niños con TEL perciben esa dificultad para comprender o explicar lo que les gustaría transmitir a los demás, “el trastorno puede derivar en problemas de autoestima”, añade.
La dificultad para delimitar este trastorno impide que existan datos sobre su prevalencia pero se estima que afecta a entre un 3 y un 7 por ciento de los niños, correspondiéndose la cifra más baja con los que están bien diagnosticados y la más alta con los que aún no lo están o están diagnosticados con otro problema.
DESCONOCIMIENTO EN EL ÁMBITO FAMILIAR Y ESCOLAR
Los padres de los niños con TEL necesitan información, apoyo y orientación sobre cómo ayudar a sus hijos en el día a día, cómo estimular el lenguaje, cómo realizar las adaptaciones de su propio lenguaje al hablar o conversar con el niño, e igualmente cómo tratarle en su conducta, “para que el niño se beneficie de estos ajustes en su vida familiar y social y evolucione”, afirma la especialista.
El TEL corresponde a un 33 por ciento de minusvalía, algo que según ha explicado a Europa Press la presidenta de la Asociación de Personas con Trastornos Específicos del Lenguaje de Madrid (ATELMA), Esther González, “muchas familias ni lo saben porque hay poca información y pocos profesionales en la Comunidad de Madrid que sepan diferenciar el TEL, lo que hace que muchos niños estén diagnosticados de autismo, entre otros trastornos”, y añade que “da igual cómo le quieran llamar, lo que quieren las familias es que se trabaje con sus hijos en el colegio”.
A este respecto, expertos y familiares de niños con TEL coinciden en señalar que “no existen soluciones de escolarización adecuadas para las dificultades que presentan estos niños”.
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23 años de cárcel
En Canarias Ahora podemos atestiguar que el Lawfare existe. Lo vivimos de cerca entre 2015 y 2022 cuando informamos con todo detalle de cómo el exministro José Manuel Soria (PP) y el exjuez Salvador Alba conspiraron para acabar con la carrera política y profesional de la magistrada Victoria Rosell (Podemos). Y lo volvemos a vivir ahora con el intento de Alba de vengarse en la persona del director de nuestro periódico, Carlos Sosa, tras haber sido descubierto, juzgado y condenado a los tres delitos más graves que puede cometer un juez (cohecho, prevaricación y falsedad en documento judicial) a seis años y medio de prisión y 18 de inhabilitación.
Con la ayuda de una jueza de Madrid que ha desoído incluso al Ministerio Fiscal, Alba ha conseguido que Carlos Sosa se siente en el banquillo para responder a una petición de 23 años de prisión y a una indemnización de 422.500 euros simplemente por haber informado con todo rigor de sus delitos y de sus trapisondas para eludir la acción de la justicia.
La psicóloga especifica que “estos niños requieren apoyos escolares por lo que los profesionales, como profesores de educación infantil, de primaria y secundaria, psicólogos, orientadores y logopedas, deben recibir información sobre el problema y su evolución así como conocer las complicaciones que conlleva a lo largo del desarrollo del niño y cómo se trata”.
En este sentido, desde asociaciones como ATELMA se dan cursos a los maestros y profesores de los niños para que sepan cómo trabajar con ellos. “Se necesita que los colegios tengan los profesionales adecuados para el seguimiento de estos niños porque si no, estamos perdidos”, concluye González.