Garajonay posee más del 30% de la riqueza en lÍquenes del Archipiélago
La Facultad de Farmacia de la Universidad de La Laguna acogió el pasado 14 de junio el acto de defensa de la tesis doctoral titulada Los Líquenes del Parque Nacional de Garajonay, su aplicación al estudio de la contaminación ambiental, a cargo de la licenciada en Ciencias Biológicas Dessire Sicilia. El trabajo se ha desarrollado en el seno del departamento de Biología Vegetal (Botánica), bajo la dirección de los profesores Consuelo Hernández Padrón y Pedro Luis Pérez de Paz. El resultado de este amplio trabajo de investigación ha puesto de manifiesto el descubrimiento de más de un centenar de especies en el citado espacio protegido.
Este parque alberga, en las cumbres insulares, una de las mejores formaciones de monteverde de Canarias. A lo largo de aproximadamente ocho años se ha realizado una intensa labor de campo, recolectando y tomando datos diversos sobre los líquenes (unos hongos peculiares) de Garajonay, tanto de aquéllos que crecen sobre las cortezas (epífitos) y el suelo (terrícolas), como los que desarrollan sobre los promontorios rocosos (saxícolas) omnipresentes en el Garajonay.
La mayor biomasa y diversidad liquénicas se presenta en las situaciones marginales o periféricas, que corresponden a promontorios rocosos y paredones más expuestos, así como a los brezales de crestería y de la orla del monte.
El intenso trabajo de laboratorio ha permitido presentar finalmente un catálogo de más de 300 especies de las cuales 121 no se conocían con anterioridad para Garajonay, 86 suponen novedades corológicas para La Gomera y de éstas, 18 lo son además para el conjunto de las Islas Canarias.
Además, se ha aumentado en un 26% el número de especies liquénicas citadas para Garajonay, que se sitúa en 469. Teniendo en cuenta que la biodiversidad liquénica en Canarias se valora en alrededor de 1.500 especies, cabe resaltar que este singular parque nacional alberga más del 30% de la riqueza en líquenes presentes en el Archipiélago. El trabajo trata también distintos aspectos ecológicos, fitosociológicos, biogeográficos y bioestadísticos que completan la información.
Un aspecto novedoso del estudio es la utilización de los líquenes como biosensores/bioindicadores de la contaminación ambiental. Para ello se tomaron una serie de estaciones de control y se establecieron pautas de seguimiento para determinar a medio?largo plazo la posible incidencia de la contaminación derivada de la central térmica de Granadilla, en el sur de Tenerife.
Aunque no se han detectado, por el momento, cambios significativos ni en cuanto al poblamiento liquénico, ni en lo referente al estado de salubridad general de los talos, los investigadores indican que es aconsejable mantener un seguimiento periódico de estas estaciones con el objeto de prever y poder actuar en el futuro caso de observarse algún tipo de alteración.