García Montes pide la absolución de Santiago Mainar
HUESCA, 25 (EUROPA PRESS)
El abogado Marcos García Montes, que representa a Santiago Mainar, imputado por el asesinato del alcalde de Fago (Huesca) Miguel Grima, en el juicio que celebra la Audiencia Provincial de Huesca, pidió este miércoles, en la última sesión de la vista oral, que se excluya del sumario el disco compacto con el que la Guardia Civil grabó la declaración autoinculpatoria de Mainar, así como la transcripción de esta grabación. El juicio, por la muerte de Grima, hechos ocurridos el 12 de enero de 2007, quedó visto para sentencia.
García Montes dijo que la grabación que, legalmente, pertenece al sumario está sucia, es decir, que no permite conocer los datos que, según la Benemérita, incriminan a Mainar. Judicialmente, esta grabación “no existe”, proclamó. García Montes pidió la libre absolución de su cliente.
De la investigación “en absoluto podemos manifestar que fuera Santiago Mainar Sauras” el autor del asesinato, afirmó el letrado. Asimismo, el letrado negó toda validez a la declaración, puesto que Mainar fue asistido, en el momento de su detención, por una abogada de oficio que fue convocada por el Juzgado número dos de Jaca. A esto añadió que la reconstrucción de los hechos se hizo sin que Mainar estuviera presente, lo que en su opinión invalida esta prueba. El abogado reiteró que Mainar se “autoinmoló” al autoinculparse.
Según García Montes, la Guardia Civil encontró AND de varias personas en el coche de Grima, entre ellas la de Mainar. En el tirador interno y externo hay AND de varias personas, pero no de Mainar, por lo que pudo “entrar por la ventana”, dijo el letrado irónicamente. También restó valor al proceso de recogida de las muestras de AND.
Respecto a las pruebas de AND, García Montes se remitió a la doctrina profesional española, reconocida internacionalmente, para restar valor a la recogida de muestras al afirmar que le tomaron las muestras antes de estar formalmente imputado, tras lo que afirmó que es “inconstitucional” en el ordenamiento jurídico español.
García Montes inició su última intervención negando toda validez a varias de las pruebas incriminatorias aportadas por la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, de las que se han servido el Ministerio Fiscal y las acusaciones, al tiempo que afirmó que las acusaciones, implícitamente, dan por bueno el diagnóstico psiquiátrico pericial que exculpa a Mainar, al no haber aportado informes en contra.
Igualmente, aseveró que Mainar padece astigmatismo, un defecto de la vista humana que dificulta notablemente la visión cuando hay ausencia de luz, lo que --según el letrado-- impidió de hecho a Mainar fijarse en la matrícula en la noche cerrada del Pirineo.
El letrado manifestó que los datos que aportó a la Benemérita en el momento de ser detenido había sido hechos públicos por la Prensa y se habían comentado en el pueblo desde que se inició la investigación, justificando así que conociera estos datos.
Mainar “conocía todo lo que públicamente se iba diciendo” cuando fue detenido, ya que el 2 de febrero se habían hecho públicos numerosos datos sobre el lugar del asesinato, el cuerpo de Grima y el coche en el que viajaba cuando sufrió la celada, según García Montes, quien agregó que el Ministerio Fiscal y las acusaciones construyeron su relato incriminatorio en función a una interpretación “de lo que dice Mainar”, es decir, mediante hipótesis, no con los datos aportados por el imputado.
El letrado madrileño aludió al testimonio prestado por el médico vasco Iñaki Bidegain, quien se cruzó con el asesino poco después de que muriera Grima, y recordó cómo Bidegain describió al asesino aportando unos datos que no se pueden atribuir a Mainar, como el hecho de que tuviera la voz ronca o midiera más de 1,80 metros.
García Montes negó toda credibilidad a la medición que hicieron funcionarios de la Guardia Civil del tiempo que había tardado Mainar en realizar el trayecto que separa el casco urbano de Fago con el lugar donde apareció el coche de Mainar, en Berdún (Huesca), unas mediciones que encajan con la investigación y que incriminan a Mainar como autor del asesinato. De estas mediciones García Montes aseveró que sólo podría recorrer esta distancia un campeón mundial de maratón o de 1.500 metros lisos, lo que no es el caso de Mainar.
García Montes calificó de “relevante” que no se haya comprobado si Mainar quemó un gorro y unos guantes con los que habría perpetrado el asesinato. También hizo ver que si Mainar transportó el cadáver, después habrían aparecido restos de sangre en el vehículo, lo que no ocurrió o no fue detectado por la UCO. El abogado de la defensa aludió a los testigos del Instituto Nacional de Toxicología, quienes dijeron, días atrás, que “jamás” se podría determinar la distancia exacta desde la que el asesino disparó a Grima.
DOS FASES EN LA INVESTIGACIÓN
La defensa estimó que, en este caso, hay dos fases en el proceso de investigación, una anterior a la detención, en la que “se investiga a todo el pueblo” por parte de la Guardia Civil “y no se localiza nada”, aunque se realiza “una investigación deductiva” hasta que Santiago Mainar es detenido, momento en el que se entra en un “volcán errático”, de tal manera que la Benemérita trata de demostrar que el culpable es Mainar.
García Montes lamentó la decisión de la autoridad judicial de negar la realización de varias pruebas periciales durante la instrucción, entre otras la psiquiátrica.
El letrado madrileño criticó de forma “respetuosa” la “amnesia colectiva” y las “mentiras” de las acusaciones, que dan por cierto el dato, según el cual, Mainar dejó la escopeta con la que habría perpetrado el asesinato en el asiento del copiloto del coche de Grima, cuando lo trasladó a la pista forestal de Berdún, mientras que la investigación de la Guardia Civil demuestra que no había restos de pólvora ni otros elementos que permitan demostrar la presencia de la escopeta en este asiento.
García Montes sacó a colación una carta exculpatoria de Mainar enviada desde Valencia después de que el imputado fuera detenido, una carta de la que la Benemérita obtuvo las huellas dactilares, que corresponden a Enrique Barcos Barcos, que fue teniente de alcalde de Miguel Grima. “Habría que investigar si es cierto o no es cierto”.
El abogado, quien proclamó su apoyo al cuerpo de la Guardia Civil, lamentó “la forma peculiar de investigar” en este caso y precisó que “todos somos ciudadanos” e iguales ante la Ley, negando así que el testimonio de los peritos de la Benemérita pueda tener alguna prioridad respecto del testimonio de otros peritos.