Gran Canaria homenajea a sus cuatro artesanos más veteranos
La isla de Gran Canaria ha homenajeado a sus cuatro artesanos en activo más veteranos -Natividad de la Cruz, Antonio Yánez, Eusebio Ojeda y Juan Ramírez, todos con más de 85 años, enamorados de su oficio y transmitiendo sus ancestrales conocimientos a las nuevas generaciones para que no se pierdan-- durante un emotivo acto en el que el presidente del Cabildo, Antonio Morales, les prometió que la herencia del pasado “tendrá futuro”.
En este sentido, entrañables y atrevidos, hicieron reír y casi llorar al público con sus vivencias y sabiduría en el vídeo de su día a día, el que más o el que menos recibió una punzada con una inesperada enseñanza.
Y es que nacidos en la década de los 20 y 30 del siglo pasado, así no supieran leer o escribir, atesoran una filosofía de vida que solo los años tallan, según informó la Corporación insular.
Así, han recorrido los pueblos de la Isla a pie, Antonio Yánez hasta “principió” amistad con la reina Fabiola, y en común tienen que sus manos han sido las protagonistas de su vida y de la velada que les ofreció el Cabildo, cuyo presidente les agradeció que con ellas “conviertan lo cotidiano en mágico”.
“Tienen miedo de que otros no recojan el testigo, fueron niños que aprendieron mirando, un aprendizaje basado en el respeto a los mayores”, manifestó Morales, que añadió que “son depositarios de lo que la Unesco denomina patrimonio cultural intangible, cuya salvaguarda depende de la voluntad de quienes lo atesoran”.
Finalmente, los cuatro confesaron que si volvieran a nacer harían lo mismo pero dedicándole más horas y que les parecía divertido que les homenajearan por algo que les encanta hacer y que temen que su legado se pierda.
Los cuatro homenajeados
Los homenajeados son Natividad Cruz Pérez, bordadora de Firgas; Eusebio Ojeda González, cestero de caña de Moya; Juan Ramírez Pérez, cestero de junco de Santa Lucía de Tirajana, y Antonio (Yeyo) Yánez Dávila, latonero de Teror.
Natividad Cruz Pérez, con 90 años, reside en el barrio del Buen lugar, donde ha dedicado su vida al desempeño de su oficio de bordadora, enseñanza que se remonta a su infancia, si bien con posterioridad pudo estudiar y obtener el título de Corte y Confección.
Eusebio Ojeda González nació en 1930 en el barranco de Azuaje, donde su padre realizaba cestas con las cañas que nacían en la finca donde trabajaba como agricultor. De él aprendió el oficio de cestero de caña para elaborar las cestas en las que transportar el estiércol de los animales, una labor que fue perfeccionando con los años.
Juan Ramírez Pérez, cestero de junco de Santa Lucía de Tirajana, nació en 1931 en una familia de artesanos de su oficio, por lo que desde muy joven aprendió las artes para elaborar cestas con juncos, un oficio del que es el único artesano en activo que queda en Gran Canaria.
Antonio Yánez Dávila, más conocido por Yeyo, nació en 1931 en Teror, donde desde muy joven ha desempeñado el oficio de latonero, labor que ha afinado a través de la elaboración de innumerables objetos muy demandados en su época por la población insular, como lecheras, regaderas, palas y aros de queso.