Gran Canaria ratifica su compromiso de preservar la Memoria Histórica en la presentación del libro 'Héroes de chabola'
“Estas son acciones de justicia debida”, manifestó este martes el presidente del Cabildo de Gran Canaria, Antonio Morales, en el acto de presentación del libro Héroes de chabola de Antonio Junco Toral, en el que el intelectual y trabajador de la Corporación Insular ya desaparecido relata las atrocidades que sufrieron él y el resto de los presos a manos de los franquistas en las cárceles y en los campos de concentración de Canarias durante la Guerra Civil, por defender su ideología republicana.
Y es que, a juicio del presidente insular, este libro ayuda a entender qué ocurrió en las Islas tras el 18 de julio de 1936 y “todo avance en pos de la memoria histórica debe ser bienvenido, por cuanto resulta un compromiso con la justicia, la solidaridad y la convivencia democrática”. Porque consideró, que su lectura supone reafirmarse en la idea de que el derecho a conocer es también el derecho a la verdad que asiste a las víctimas y al conjunto de la ciudadanía, “y ello implica un compromiso que, entendemos, debe asumirse desde las instituciones, a fin de promover cuantas iniciativas sean necesarias para este fin”, sostuvo.
El presidente Morales, que estuvo acompañado por el historiador Sergio Millares, la hija de Junco Toral, María del Carmen Junco Lojendio, y la nieta del autor, Cristina Vallejo Junco, puso de relieve que esta era la primera ocasión en que el Cabildo de Gran Canaria recupera en un acto público la memoria histórica, con el objetivo de reparar el daño injustificado que causó el franquismo a un funcionario de la Institución, por el mero hecho de ser demócrata de izquierdas. Sergio Millares, comentó su preocupación por “la situación actual con respecto a la Memoria Democrática. En los últimos tiempos han proliferado lo que podemos llamar negacionistas, es decir, aquellos que niegan que el golpe militar del 18 de julio de 1936 fuera eso, un golpe militar contra un sistema democrático”, y añadió que “ahora no es el momento de diseccionar las verdaderas razones de estos negacionistas actuales, pero sí decirles que este libro es el mejor desmentido”.
En su breve intervención, la hija de Junco Toral, María del Carmen Junco, hizo mención a la larga espera por sacar a la luz la obra de su padre, como “un homenaje a un luchador” y comentó que en una de las notas escritas por él en un álbum de fotografías, se podía leer en la reseña a la inauguración de un centro la siguiente frase “Esta obra se pudo realizar bajo los auspicios de Dios y la libertad”. Por su parte, Cristina Vallejo, realizó una síntesis biográfica, reconociendo que su propia familia sabía muy poco sobre Antonio Junco, porque “Los vencedores impusieron sobre los vencidos una pesada losa. Pero era su voluntad que saliera a la luz su historia”, por lo que se mostró agradecida.
Homenaje a las personas represaliadas en el Cabildo
El presidente insular, en su intervención anunció, que la Corporación insular, con motivo del 110 aniversario de su creación, ofrecerá un homenaje público a las y los miembros de su personal que fueron represaliados por el fascismo y que han sido identificados en una investigación realizada de forma conjunta por distintas áreas del Gobierno insular.
En este sentido, hizo hincapié en la especial relevancia que toman estas iniciativas en estos momentos de la historia. “Siempre fue justo recuperar la memoria. Y, hoy, además, es más necesario que en los últimos 45 años decir públicamente que los valores democráticos son innegociables”, aseveró. “Nos preocupa que la amenaza fascista en España no esté siendo un factor de contención de su propagación o de expectativas electorales. Y ante eso, ni un paso atrás, ni silencios cómplices. Estoy convencido de que la Corporación que presido asume convencida el compromiso de liderar, defender y transmitir la vigencia de los valores democráticos por los que fue torturado, inhabilitado y excluido Antonio Junco Toral”, subrayó.
De hecho, incidió en que este espíritu ya quedó recogido en la moción institucional aprobada por el Pleno del Cabildo de Gran Canaria en mayo del pasado año, en la que quedó claro que “esta institución, desde el más firme compromiso con las víctimas de la Guerra Civil y la dictadura franquista, quiere promover, en el marco de sus competencias, el fortalecimiento de una memoria democrática común”. Un posicionamiento que, añadió, “se hace desde el convencimiento de que las políticas de memoria deben tener un carácter institucional, por cuanto atañen al conjunto de la sociedad y constituyen un derecho irrenunciable al promover la convivencia, la justicia y la garantía de no repetición”.
Una labor conjunta con las asociaciones de memoria histórica
Antonio Morales rememoró la historia de Antonio Junco, quien fue recluido en el campo de concentración de Gando el 18 de marzo de 1937 procedente del Hospital San Martín, donde había sido ingresado después de sufrir tremendas palizas en La Isleta, en unos días en los que la represión franquista alcanzó unos máximos de crueldad desconocidos hasta el momento.
En este contexto, se refirió a muchos de aquellos presos, sobre todo los procedentes del noroeste de la Isla (Arucas, Agaete, Gáldar), que fueron 'liberados' para luego ser detenidos extrajudicialmente, asesinados y sus cuerpos arrojados al interior de distintos pozos de Arucas y de la Sima de Jinámar. “Aquella memoria que quiso ser borrada se ha ido materializando en los últimos años, gracias a la labor que desempeñan las asociaciones de memoria histórica y a los trabajos que viene desarrollando el Cabildo de Gran Canaria”, expuso el presidente.
Así, citó las actuaciones llevadas a cabo en El Pozo de Tenoya, la Marfea, el cementerio de Vegueta o la Sima de Jinámar, que, como declaró, forman parte del compromiso de la Corporación insular con las víctimas y con el conjunto de la ciudadanía, que muchas veces es desconocedora de esa parte de nuestra historia.
Concretó, finalmente, que el propósito de estas intervenciones es, además de la recuperación de los restos de los represaliados, convertir estos enclaves en lugares de diálogo, de encuentro intergeneracional y de aprendizaje, en 'lugares para la memoria'. “La publicación de esta obra, además de ser fundamental para la historia contemporánea, es una contribución imprescindible para la recuperación y construcción de esos lugares de memoria, de encuentro, de participación y de convivencia democrática”, concluyó.
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