Dos investigadoras, una de ellas de la ULL, proponen que se rebaje el nivel del ruido submarino de las embarcaciones para no afectar a los cetáceos
Investigadoras de las universidades de La Laguna y de Murdoch en Australia han propuesto que se establezca un estándar de ruido submarino máximo en las embarcaciones dedicadas a la observación de cetáceos, con el objetivo de que esta actividad se desarrolle sin afectar a los animales. La investigación la han desarrollado Patricia Arranz, de la Universidad de La Laguna (ULL), y Kate Sprogis, de la de Murdoch, que utilizaron sensores de sonido para el medio acuático (hidrófonos) para medir el ruido submarino de las embarcaciones de observación de cetáceos frente a Exmouth (Australia) y Tenerife.
La revista internacional Marine Policy ha publicado los resultados de esta investigación, ha señalado la ULL en un comunicado en el que añade que los niveles de ruido de los barcos de observación comercial pueden variar en 20 decibelios (dB) y una embarcación con un nivel fuente menor de 120 dB referenciada por un micropascal de presión y que se encuentre a 100 metros de distancia de los cetáceos no añadiría ruido sobre los niveles existentes en el ambiente de forma natural, por lo que el riesgo de efectos en el comportamiento y de enmascaramiento de las señales en los cetáceos sería muy bajo.
De esta manera, el estándar para el ruido fuente emitido por la embarcación de observación de cetáceos que propone el estudio es, para un nivel de tercio de octava, que no exceda los 120 dB re 1μPa (RMS) ya mencionados.
Según las autoras, esto haría mucho por garantizar un mínimo impacto en las poblaciones objetivo y facilitaría la creación de una certificación internacional de baja emisión acústica submarina para las embarcaciones. Así estaría más cercano el doble objetivo de lograr una industria de avistamiento sostenible y un océano libre de ruido.
La ULL desarrolla desde 2003 diversas investigaciones sobre la biología y el comportamiento de los cetáceos en Canarias y en concreto el proyecto CETTUS (CEtáceos: Transporte marítimo y TUrismo Sostenibles), liderado por Patricia Arranz, surge en este contexto para ofrecer asesoría científico-técnica y transferencia de conocimiento a la industria relacionada con el avistamiento de cetáceos y tráfico marino en el archipiélago.
Es una iniciativa desarrollada dentro del programa Agustín de Betancourt financiada por el Cabildo de Tenerife, y cofinanciada por el Fondo de Desarrollo de Canarias (FDCAN) del Gobierno de Canarias.
Los barcos de observación de cetáceos pasan potencialmente una gran cantidad de tiempo en las proximidades de ballenas y delfines, animales que dependen del sonido para mediar muchas funciones biológicas, continúa la ULL en su comunicado. Por lo tanto, es de interés que se preste atención a la firma acústica y niveles de ruido generados por las embarcaciones de observación comercial, para evaluar el impacto de dicho ruido a luz de las condiciones ambientales y proponer un límite de ruido aceptable para promover una observación respetuosa minimizando el impacto en los cetáceos.
El proyecto de Arranz y Sprogis ha sido desarrollado con el objetivo de proporcionar una base informada para que los reguladores, las partes interesadas y los operadores de la industria de la observación de cetáceos faciliten una industria sostenible, añade el centro docente.
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