La madre de Aitana pide que imputen a los médicos
La madre de Aitana, la niña de tres años que falleció el pasado 27 de noviembre a causa de unas lesiones que en principio se achacaron erróneamente a su compañero, ha solicitado al juzgado que declaren como imputados los médicos que certificaron que la niña había sufrido una agresión sexual y malos tratos.
La representación legal de la madre, que ejerce el abogado Marcos García-Montes, ha pedido al juez que instruye la causa que también declare “la institución o autoridad que filtró a los medios de comunicación” el primer informe del Centro de Salud de El Mojón que dio lugar “al error” de los medios informativos al achacar esa agresión a la pareja de la madre, D.P.V.
Así mismo, el letrado pide que declaren los guardias civiles y los policías locales de Arona que intervinieron en el atestado para explicar si algún médico les ratificó la existencia de esa agresión sexual y de los malos tratos.
El abogado solicita igualmente que declare la jefa de estudios, tutora y profesora de la niña, así como el director del colegio al que asistía y que ya manifestó en su día que “nunca se apreció ningún problema” y que la niña acudía a clase “con total normalidad” desde que se matriculó el pasado 26 de octubre.
Por último, la representación legal de la madre, que también pide ser escuchada para acreditar el comportamiento de los profesionales del centro de salud de Arona y del Hospital Nuestra Señora de la Candelaria de Tenerife, reclama que declare la familia y los vecinos de D.P.V. que le acompañaron al centro de salud cuando llevó a la niña para que fuera atendida.
En su escrito, el abogado pide además el sobreseimiento de la causa respecto a D.P.V. al “no existir indicio alguno de participación en ningún hecho delictivo”, ya que la autopsia descartó la existencia de malos tratos y agresiones sexuales.
Aunque en un primer momento el compañero fue detenido por estos hechos, posteriormente el titular del Juzgado de Instrucción número 7 de Arona lo puso en libertad sin cargos y en un auto señalaba que la decisión se debía a que la muerte de la niña se pudo producir, según los informes forenses, por un golpe que se causó en una caída accidental ocurrida cinco o seis días antes de su fallecimiento en una zona infantil de la urbanización en la que residía.
Aquél mismo día, el compañero sentimental de la madre la llevó a urgencias pero en ese momento sólo le apreció un traumatismo nasal.
El auto aludía a varios testigos, entre ellos la madre de la niña y su profesora, que ratificaban la declaración de D.P.V., quien manifestó que el golpe que presentaba la niña se produjo al caer de un columpio.
Los informes forenses indicaban que las lesiones que presentaba el cadáver de la niña “son enteramente compatibles con haberse producido por una caída presumiblemente accidental, de una antigüedad aproximada de unos 5-6 días”
En cuanto a las supuestas quemaduras, en el auto se indicaba que las lesiones no tienen características similares a unas quemaduras y su origen se le atribuye, entre otras causas, a un cuadro alérgico.
Además, descartaba que la niña sufriera agresiones sexuales y, respecto a las lesiones externas e internas que tenía el cuerpo de la menor, el informe médico forense señalaba que son totalmente compatibles con maniobras repetidas de reanimación“, mientras que el desgarro del meso intestinal no se puede descartar que se hubiera producido durante la manipulación quirúrgica del intestino.