''Me pasé con ella y le pido perdón'', alegato final del asesino de Cathaysa
Condenado anteriormente a 46 años de cárcel por violar y asesinar a la niña Cathaysa, de 12 años, en Gran Canaria, el agresor, J.A.H. escuchó este miércoles por vídeo conferencia, en la Audiencia Provincial de Madrid, la declaración de la menor y de su progenitora, que es de origen marroquí.
La madre contó que vio a la niña bajar del piso donde fue violada con la “cara morada, llorando, asustada y con las braguitas en la mano” y también afirmó que el acusado, para quien el fiscal pide 15 años y la acusación 24 de cárcel, le dijo a su hija: “ha llegado el momento, te estaba buscando hace tiempo”.
Desde una sala contigua y por vídeo conferencia para evitar que la menor tuviera que ver al acusado, y en una sesión vedada al público y a los medios, la víctima contó que su agresor, vecino del barrio, la amenazó continuamente con un cuchillo mientras la violaba, y según su abogado, Jesús Garzón, el relato “ha sido desgarrador”.
En declaraciones a los medios, el letrado añadió que se trata de una agresión sexual “brutal”, con el agravamiento de las lesiones físicas, porque “sufrió numerosos golpes, puñetazos, desgarramientos y tirones de pelos”.
De acuerdo con la misma fuente, el agresor le abordó en la calle con un cuchillo en la mano, la tapó la boca para que no gritara y la introdujo en su vivienda para cometer la violación.
La noche anterior, y de acuerdo con el letrado, fue cuando a través de un mensaje de texto le dijo “te estaba buscando hace tiempo”.
Según la madre, que no pudo contener el llanto en un momento de su declaración, tanto ella como su hija han estado en tratamiento psiquiátrico y psicológico, y la niña lo pasa mal y “tiene miedo por las noches”.
La defensa alega “anomalías psíquicas” y adicción al alcohol
La defensa pide para el acusado la absolución y de forma subsidiaria una pena de 6 años de prisión y lo fundamenta en sus “anomalías psíquicas” y su “adicción alcohólica”.
Para el fiscal, no ha lugar para estas eximentes porque las anomalías psíquicas no están concretadas y porque no ha quedado demostrada la adicción alcohólica.
Según la trabajadora social que realizó un informe psicosocial de la familia de la víctima antes de los hechos, el entorno de la niña era problemático, ya que había antecedentes de malos tratos entre el matrimonio, y además la madre y uno de sus hermanos padecen una enfermedad visual.
Las forenses de Colmenar Viejo que trataron al acusado informaron en su día de que presenta un “trastorno adaptativo del control de impulsos, dependencia del alcohol y una desviación sexual con componentes pedófilos y voyeuristas”, y que éste “no se mostró arrepentido, porque en todo momento negó los hechos”.