Primer día de no fumar cerca y con mascarilla hasta en las playas canarias: “Lo que no queremos es que nos confinen otra vez”

Primer día con mascarilla en la playa. EFE/Carlos de Saá

Silvia Álamo

Las Palmas de Gran Canaria —

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Entre nubes y claros amanecía este viernes de mascarilla obligatoria y prohibición de fumar en la playa de Las Canteras, el pulmón de Las Palmas de Gran Canaria. La nueva normalidad -aplicada tras la publicación en el Boletín Oficial de Canarias este mismo día- era celebrada por la mayoría de los viandantes y quienes disfrutaban de un día de terraza o playa. El convencimiento general pasa porque a partir de ahora la gente comenzará a concienciarse de todo lo que está ocurriendo, sobre todo en la capital de la isla de Gran Canaria, donde se registra el 56% de los casos activos en toda Canarias. 

Adaptados a la situación y con ganas de que todo esto acabe cuanto antes, algunos vecinos de avanzada edad de los barrios de Guanarteme o Mesa y López, que visitan la playa cada día, aseguran que para ellos no supone “nada” este nueva resolución, anunciada este jueves por el presidente del Gobierno de Canarias, Ángel Víctor Torres. “Desde que comenzó la pandemia de la COVID-19 yo he salido a la calle siempre con mascarilla, no he estado con mucha gente y no fumo”, contaba uno de ellos. “Nosotros nos cuidamos porque tenemos miedo de que nos entre el virus y nos vayamos para arriba”, bromeaba uno de sus amigos, “espero que ahora mi hijo deje de fumar”, rezaba. Coinciden en que estas medidas -al igual que el cierre de discotecas- “tenían que haberse tomado con anterioridad”, ya que “muchas personas aún no son conscientes de lo que está ocurriendo”. 

Guardando la distancia de seguridad disfrutaban del día en la playa mientras comentaban la nueva situación. A su lado, uno de sus compañeros no tenía la mascarilla puesta. “Tengo el papel del médico en el que me autoriza a no tenerla, soy asmático y con ella me asfixio”, explicaba a este periódico. Cree que es una “buena medida” ya que es una persona de “mucho riesgo” frente al virus. “Para mí es un alivio, aunque siempre guardo la distancia de seguridad. Si sé que todo el mundo lleva mascarilla me siento seguro”.

Muchas cafeterías se encontraban repletas, “tampoco ha cambiado tanto la situación ¿no?”, preguntaba un cliente a uno de los camareros. “Bueno para los fumadores sí pero a lo mejor es la oportunidad para que dejen de hacerlo”. A su lado otro cliente sonreía, es fumador y está sufriendo las consecuencias de la nueva medida, “llegó la hora de plantearme dejar el cigarro”, comentaba, “bueno, si esto no va a durar mucho quizás no”, meditaba mientras tomaba un café. El camarero prefería ser cauto y no comentar nada hasta que se vea la evolución de las nuevas medidas. Considera que puede llegar a afectar al negocio ya que mucha gente “llega a la mesa y se pide un café mientras se fuma un cigarro”. No obstante, es consciente de que en la situación en la que está el país -y Gran Canaria en particular con 476 casos activos- se tienen que tomar medidas de seguridad. “De una forma u otra tendremos que aprender. Lo que no pueden hacer es confinarnos de nuevo porque eso acabaría con nosotros”, reprocha. 

La medida estrella para todos es el cierre de discotecas. “Creo que es lo mejor que han hecho. Cada noche había mucho descontrol por estas calles traseras, la gente sale y si está bebida no se acuerda de las normas de seguridad”, criticaba otra clienta. “Y si no se puede fumar mejor, así el suelo está más limpio”, argumentaba con una sonrisa en la cara. “Estuvimos tanto tiempo encerrados y no hemos aprendido nada”. 

Los corredores guardaban su mascarilla antes de empezar la carrera y según acababan se la ponían para seguir caminando. “Es incómodo, pero tengo que hacerlo”, reconocía uno de tantos al acabar de hacer deporte. En la orilla de la playa muchas escuelas de surf comenzaban los calentamientos antes de meterse en el agua, otros salían de la playa dispuestos a dejar las tablas y lo hacían respetando las normas. De un modo similar actuaban los usuarios del Centro Deportivo Go Fit La Cicer, entraban al recinto con su mascarilla, guardando la distancia de seguridad y una de las trabajadoras le ponía gel desinfectante en las manos. “Ahora tenemos que hacer mucho deporte para liberar tensiones”, comentaba uno de los usuarios. 

El director del centro, Fran Díaz, afirma que desde que se produjo el desconfinamiento aumentaron todas las medidas para prevenir los contagios en sus instalaciones. Aunque cuenta que al principio fue “caótico”, a medida que han pasado las semanas la gente ha ido cambiando su comportamiento. El límite de aforo ha hecho que no se concentren tantos usuarios a determinadas horas del día, algunas máquinas están paneladas para que sean independientes, al igual que en los vestuarios. El aire se renueva cada siete minutos y en la zona de aguas el sistema de cloro natural la desinfecta constantemente. “No ha disminuido mucho el porcentaje de deportistas, solo hemos visto que no viene gente que padecía patologías anteriores”, afirma, mientras agradece la buena respuesta y el comportamiento de los usuarios.  

El paseo estaba repleto de familias, muchas con niños y niñas pequeños, algunas hacían uso de las instalaciones como parques infantiles, otras preferían no hacerlo por miedo a los contagios. “Esto muchas veces es un descontrol y preferimos que nuestra hija no entre al parque, disfrutamos de la playa un rato y nos vamos, después de comer viene mucha gente”, contaba un vecino junto a su mujer y su hija. La pequeña no rozaba los seis años de edad pero sus padres han decidido que debe llevar mascarillas como los adultos. “Prefiero que la lleve, nunca se sabe lo que puede pasar”, comentaba su madre.

Jóvenes y mayores coinciden en que “es la mejor decisión” frente a los rebrotes en la ciudad y esperan que -como anunció el presidente canario este jueves- se empiecen a ver resultados dentro de 14 días. El mayor deseo es no volver al confinamiento de meses anteriores.

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