San Roque Maspalomas critica el “acoso” de Sanidad
Cirujanos sin operar, el servicio de oftalmología cerrado junto a dos plantas y la prohibición de atender a pacientes en Urgencias, es parte del resultado de la campaña de “acoso y derribo” denunciada por el Hospital San Roque Maspalomas contra el Servicio Canario de Salud.
Sebastián Sansón, el gerente del referido centro sanitario, ha explicado a EFE que un hospital comarcal de nivel 2 como este debe acercar el servicio al ciudadano con una dependencia del sector público no inferior al 70 por ciento, sin embargo, ha bajado en los últimos años hasta situarse en el 45 por ciento, 30 puntos por debajo de la media nacional “que no pueden justificar”.
El último “ataque” de la Consejería a raíz de nuestras protestas ha sido la reducción de pacientes provenientes de las listas de espera, ha asegurado Sansón.
“Mis cirujanos generales están sentados en una silla porque el Servicio Canario de Salud no les envía pacientes y tampoco los hay en Oftalmología ni en Cirugía Vascular, donde la lista de espera es amplia”, ha lamentado Sansón.
El gerente ha revelado que existe incluso una doble discriminación entre los ciudadanos del norte y del sur de Gran Canaria en las listas de espera, y como ejemplo ha indicado que para realizar una resonancia magnética el paciente del sur debe esperar seis meses más.
Además, ha informado de que a costa del propio centro admiten a los pacientes de la Seguridad Social de manera directa.
“La Consejería no nos paga este servicio pero nosotros admitimos a los ciudadanos que acudan al servicio de urgencias del hospital, a pesar de que no recibiremos prestación alguna”, ha precisado Sansón.
Esta decisión se hace porque “no estamos dispuesto a asumir el riesgo de sacar a un paciente de la puerta de urgencias y los problemas que pudieran generar esta actitud”.
El hospital San Roque Maspalomas se construyó por una empresa privada porque la Administración Pública no disponía de capital para su financiación, lo sacó a concurso privado y se diseñó según las directrices marcadas por el Gobierno de Canarias, que estableció el número de camas, los quirófanos y los paritorios, entre otras dependencias, ha recordado el gerente.
Sin embargo, cuando llega la explotación del centro, “Sanidad no envía pacientes, no concierta los paritorios así como el servicio de diálisis, y además quiere cerrar la puerta de urgencias con el resultado de pérdidas por valor de 22 millones de euros desde 2007 a 2012”.
Si a esta cantidad se le suma la inversión inicial y se le resta la amortización, la cifra se eleva a más de 50 millones de euros “tirados a la basura”, ha asegurado el gerente.
Por otra parte, los denominados médicos de cupo, que se encuentran en los centros de atención especializada y operan en los centros hospitalarios concertados geográficamente, han disminuido hasta en un 95 por ciento sus intervenciones en el referido hospital.
Como resultado de esta situación, Sansón ha señalado que el pasado vieres fueron despedidos 28 de los 272 trabajadores del centro en el tercer Expediente de Regulación de Empleo que la empresa realiza en un año: el primero fue una reducción de jornada y en el segundo se rebajó el salario al 80 por ciento de la plantilla.
Asimismo, si las condiciones actuales persisten, en los próximos sesenta días se procederá a un segundo bloque de despidos; y el siguiente paso será la ruptura del contrato con el Servicio Canario de Salud, ha indicado Sansón.