Sesenta años de fidelidad a la Peña La Vieja

Haga frio, rebozo, marejada, olas fuertes, llueva o truene, desde hace sesenta años un grupo de amigos se da cita todos los 1 de enero para darse un baño en Las Canteras, más concretamente en la Peña de la Vieja.

Desde hace años los contemplo normalmente desde la terraza de la playa, a veces también me he dado un chapuzón porque otro grupo de amig@s desde hace unos 20 años también han querido bañarse delante de la Peña de la Vieja, y a mí me embarcan de vez en cuando, o de vez en vez, si bien si hace mucho frío prefiero hacer de cameraman y de fotógrafo. Se reúnen en este caso el 31 de diciembre a las doce del mediodía, y después del baño se termina con una tradicional paella.

Para unos y para otros hay que terminar o empezar el año inmersos en la playa de Las Canteras, para todos la mejor del mundo con permiso de Las Teresitas, y dos piedras. De ahí que los dos grupos sean coincidentes, pero indudablemente la historia, el peso de la veteranía está con los que firmaron la Carta de la Peña de la Vieja en 1950, que sesenta años no son nada.

Termino mi breve introducción, porque me parece más importante lo que ha escrito Vicente García, uno de los firmantes del compromiso histórico de hace sesenta años. En 1950 era un niño, y apenas si llegaba a la Peña de la Vieja con mi padre, cuando ya Vicente García y los demás amigos firmantes hacían exhibiciones en la playa, en la Barra de Las Canteras, en El Charcón y Punta Brava, en el Muro Marrero y en La Puntilla. Felicidades a todos, los vivos y a los que se fueron por el cielo azul de Las Canteras.

Carta de La Peña La Vieja, 61 años después (por Vicente García Rodríguez)

Erase una vez, y no es un cuento, un grupo de amigos de por allí por la Peña la Vieja, que firmaron un compromiso el día 1º de Enero de 1950. Las edades de estos playeros podemos ponerlas entre 15 y 21 años. La convivencia entre nosotros, sobre todo en verano, era casi a diario. Practicábamos innumerables juegos playeros entre los que se contaban el futbol,- estaría bueno que no-, maratones saliendo de la Puntilla desde los barquillos frente al Real Club Victoria, corriendo por la orilla de la marea hasta Punta Brava, allí tumbábamos hacia la derecha y nadando llegar hasta la Barra Amarilla o Barra Partida, correr por ella dando saltos, al agua de nuevo hasta la Barra de Enmedio, otra zambullida para llegar a la Barra Grande y con un nuevo galope llegar hasta la meta situada en el punto de partida.

En estas galopadas no era extraño pegarse un buen partigazo con incrustaciones de erizos negros y canelos incluidos. Participé en todas las maratones pero no gané ni una. Dos ganadores, que yo recuerde, fueron Tony Gallardo y Juan Antonio Mentado. Otro juego fue el cachascán, destrozo integral de catch as you can, un tipo de lucha libre que traducido sin complejos sería algo así como: agárralo como y por donde puedas. Tú verás. Competiciones de natación, de la orilla a la Peña, de los Lisos a la Peña, de Punta Brava a la Peña, de la Puntilla a la Peña. Siempre, siempre la Peña como motivo principal. Aún lo sigue siendo. Bueno, pues de esa convivencia, surgió un culto, un respeto hacia el Honor y la Amistad. En esa juvenil y romántica época a alguno de nosotros se le ocurrió la siguiente idea: ¿por qué no nos comprometemos por escrito para reunirnos en la Peña el día primero de cada año? La idea fue aceptada y se redactó la carta de la Peña la Vieja.

Este primero de enero de 2010 no pude subirme a ella pues habían unas marejadas de tres mil diablos, pero la toqué con la planta de los pies y regresé a la orilla aprovechando los clásicos jacíos de la serie de seis o siete olas más calmadas. Los playeros saben de qué hablo. Muchos de los que firmaron la Carta no pueden acudir a la cita físicamente, pues cuando se acepta el contrato con la Vida, hay una cláusula en letra menuda, que es de obligado cumplimiento Final. Pero bueno, cada primero de año y cada cual a su manera están y estamos por aquí?¿con la seba?, ¿con el salitre?, sabe Dios, yo no lo se. Pero ellos cumplen pues eran, o mejor dicho, son gente de Honor.

A continuación vamos a pasar revista empezando por ellos. Por lo pronto son diez.

Tony Gallardo, Pepe Castellano, Wiso, Humberto Trujillo, Manolo Millares, Antonio González, Juan Rodríguez, Manuel Campos, Emeterio Cabrera, Gabriel Chacopino.

Seguimos con los restantes que aún no hemos finalizado el contrato.

Héctor López, Juan García, Carlos Gallardo, Manuel Fabre, Martín Chirino y Vicente García.

Vicente García Rodríguez.

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