Un testigo identifica a uno de los acusados por el crimen del taxista
Un testigo afirmó martes que vio al acusado Roberto Carlos Jurado Almeida conducir el vehículo del taxista Antonio Hernández Rosales la mañana en que fue asesinado, el pasado 9 de abril de 2002 en el barrio de Marzagán de la capital grancanaria.
Esta declaración se produjo durante la segunda jornada del juicio que se sigue en la Audiencia de Las Palmas contra Roberto Carlos Jurado y otros dos jóvenes por el apuñalamiento y degüello del taxista, a quien supuestamente también intentaron robar el dinero que llevaba.
El testigo, que declaró tras un biombo para ocultar su identidad, informó al tribunal jurado que ese día salía del bar Parrado, próximo al lugar donde fue hallado el cuerpo de la víctima, cuando vio a Roberto Carlos Jurado, a quien identificó como el hijo de Tato, nombre con el que se conoce al padre del acusado en el barrio.
Así mismo, señaló que le vio “un poquito la cara”, a una distancia de un metro, que tenía el pelo rubio -como así lo llevaba entonces el acusado- y que el taxi bajaba de la Cuesta del Parrado y se saltó un stop porque iba deprisa.
Otro testigo, J.R.S., que atendía el Bar Chico en el barrio de Vegueta, aseguró que sobre las cinco y media de la mañana de ese día, dos de los acusados entraron en el local y le pidieron dos cervezas, pero no quisieron abonarlas, una actitud que dijo que había sospechado al llamarle la atención uno de ellos “por su forma de estar” y su “chulería”.
El testigo indicó que no hubo insultos, pero que temió que se produjera un incidente mayor, y que a los dos días del suceso narró lo ocurrió en el bar a un policía local e identificó a uno de los acusados después de que se le mostraran ocho fotografías, si bien este martes no pudo identificar a ninguno de los tres debido a los cinco años transcurridos, refirió.
J.R.S. se ratificó en sus declaraciones anteriores y añadió que uno de los acusados llevaba una cazadora de cuero negra y tenía una cicatriz en la cara.
Otro testigo de los que prestaron declaración en la jornada de este martes relató al tribunal que ese día también vio a un joven conducir un taxi sobre la hora en que ocurrió el suceso y que le llamó la atención por su aspecto “desastroso”.
Indicó que podría tener “cierto parecido” con uno de los acusados, si bien tampoco lo pudo identificar este martes.
Los tres acusados, Roberto Carlos Jurado Almeida, de 24 años; Jauad Soussy, de 24; y Ángel Yeray Santana Márquez, de 25, para quienes sus defensa solicitan la absolución, negaron este lunes ser los autores del crimen.
Los tres se enfrentan a unas penas que oscilan entre los de 22 años de prisión que solicita la fiscal por los delitos de asesinato y la tentativa de robo con violencia, y los 30 que demanda la acusación particular ejercida en representación de la Asociación de Trabajadores Autónomos del Taxi de Las Palmas.
Según las calificaciones provisionales de la fiscal, los tres cogieron el taxi conducido por Antonio Hernández en el barrio de Vegueta de Las Palmas de Gran Canaria en la mañana del 9 de abril de 2002 y acordaron dirigirlo hasta una zona deshabitada para robarle la recaudación.
Para ello le pidieron que se dirigiera al camino de la Cuesta del Parrado, en Marzagán, donde le exigieron al taxista que les entregara el dinero que llevaba.
Ante la negativa del taxista, los acusados le apuñalaron, aunque logró descolgar la emisora del taxi y pedir auxilio, pero los acusados, dispuestos a matarlo para evitar ser identificados, le cortaron el cuello, según la fiscal.
Los acusados dejaron a Antonio Hernández tirado en el camino y huyeron, aunque primero cogieron el taxi y lo llevaron a un camino próximo e intentaron quemarlo.