La música, parte del tratamiento prescrito en cuatro de los hospitales públicos canarios
La música acompañará a pacientes de cuatro hospitales públicos de Canarias como parte del tratamiento médico prescrito para aliviar sus dolencias este año al ampliarse un proyecto terapéutico que arrancó en 2015 en el Materno Infantil y se ha ido extendiendo progresivamente por otros centros.
Un proyecto impulsado por la Fundación Mapfre Guanarteme cuyos beneficios psicológicos se han constatado ya, y “especialmente en el área de cuidados paliativos”, por lo que se ha decidido que llegue al hospital Insular de Gran Canaria, integrado en el mismo complejo que el Materno Infantil, al Doctor Negrín de la misma isla y al Nuestra Señora de Candelaria y al Universitario, en Tenerife.
Puesto que ese programa, denominado Musicoterapia Hospitalaria, “ha sido un éxito” y “ha tenido una magnífica respuesta”, ha asegurado el consejero de Sanidad del Gobierno Autónomo, José Manuel Baltar, al presentar la nueva edición preparada para este ejercicio.
Un equipo integrado por cuatro terapeutas y que se estudia reforzar con un profesional más se harán cargo de ofrecer a personas ingresadas en los referidos centros sanitarios la asistencia organizada a través de ese proyecto, consistente en sesiones de música en directo que persiguen “crear un entorno sonoro que envuelva y lleve a un entorno que le guste” al paciente.
Con una duración que oscila entre cinco minutos y una hora, en función de las necesidades de cada enfermo, y un formato que puede ser individual o grupal, según se crea conveniente, en esas sesiones se trabaja “siempre con improvisación”, ya que lo que se pretende es “dar música a lo que va sucediendo, que la música interprete el dolor” y ayude a sobrellevarlo, así como a reducir la ansiedad.
Con lo cual “se contribuye a mejorar la calidad de vida del paciente”, ha argumentado al explicar el proyecto su coordinadora, Guacimara Molina.
Quien ha insistido en el mensaje de que esta Musicoterapia Hospitalaria “realmente es un éxito”, y que prueba de ello es que ya desde 2016, cuando solo llevaba un año en marcha, “la demanda fue tan grande” que hubo que aumentar de uno a cuatro los profesionales encargados de ofrecerla.
El progresivo crecimiento del programa, que ha llegado a convertirse en “referente a nivel nacional” y ha aumentado hasta atender a 1.098 pacientes en un total de 1.680 sesiones a lo largo de 2017, todavía sin implantarse en el tinerfeño hospital Universitario de Canarias, ha determinado ahora que también se incrementen los centros que se beneficien de él, ha dicho.
Los resultados de la iniciativa han sido alabados igualmente por el presidente de la Fundación Mapfre Guanarteme, Ignacio Baeza, que ha sostenido que “este proyecto es mucho más de lo que parece” y forma parte de la asistencia sanitaria misma, porque lo que ofrece es “una terapia prescrita desde el punto de vista médico”.
De hecho, “son los propios sanitarios y el equipo médico quienes lo recetan a los pacientes”, ha declarado al respecto Guacimara Molina.