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El incendio deja sin agua dos semanas a los vecinos de Juncalillo de Gáldar y acaba con las viviendas de madera

Gladia Montesdeoca, una de las vecinas de Gáldar afectadas por el incendio.

Natalia G. Vargas

Las Palmas de Gran Canaria —

Dos semanas sin agua de abasto y las conexiones telefónicas cortadas. Estas son las consecuencias que ha tenido para los vecinos y vecinas del Juncalillo de Gáldar el devastador incendió forestal que sufre la cumbre de Gran Canaria. Después de que el sábado de madrugada fueran evacuados, este lunes desde primera hora de la mañana los residentes de la zona han podido ya regresar a sus viviendas. Las de bloque no han experimentado ningún daño, pero las de madera han salido peor paradas y han quedado totalmente quemadas. 

El concejal de Cultura del municipio, Julio Mateo, se ha desplazado a la zona para valorar los daños y afirma que hay casos especiales como el de una mujer embarazada que hacía poco tiempo se había mudado a una casa de madera que ha sido destrozada por las llamas. “Es uno de los incendios más graves que ha sufrido Gáldar en toda su historia. Una lengua de fuego arrasó todo a su paso”, valora. 

Según el portavoz del grupo de Gobierno de Gáldar, cerca de 1.000 personas tuvieron que salir del área realojándose en casas de familiares o en espacios públicos habilitados por el Ayuntamiento. Es el caso del albergue ubicado en el casco histórico del municipio, donde se ha acogido a casi un centenar de personas y se les ha ofrecido comida, techo, e incluso ropa. “Tuvimos que salir con lo puesto en plena madrugada del sábado hasta hoy, y en el albergue nos ofrecieron todo lo que necesitábamos”, recuerda Gladia Montesdeoca, una vecina de la zona que lleva más de 50 años viviendo en el barrio de El Tablado. 

En la zona alta de Gáldar también se encontraban esta mañana cuatro miembros de Cruz Roja, trasladados allí para ofrecer ayuda psicosocial a las personas que volvían a sus viviendas. 

Mateo destaca que, al tratarse de una población rural, una de las grandes preocupaciones de las personas realojadas era el estado de sus animales. “Hoy, después de dos días sin comer ni beber, han podido asistirles”, señala. Además, este fin de semana el pueblo estaba de fiesta. El domingo estaba previsto que se celebrara el día de Santo Domingo Guzmán, pero el fuego invadió el lugar.

El concejal reconoce que el Ayuntamiento está preocupado por las consecuencias que pueda traer el incendio para los residentes de la zona alta de Gáldar. “El objetivo es retomar la normalidad lo más rápido posible”, adelanta. Una vez que se estabilice el desastre y los vecinos se “recuperen del sobresalto”, el portavoz asegura que pedirá ayudas al Gobierno de Canarias para paliar los efectos derivados del fuego. Asimismo, confía en que “la naturaleza y la lluvia hagan su trabajo” y contribuyan a paliar “el peor incendio que ha vivido Gáldar”. 

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