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La Unidad Canina del Cabildo de Tenerife identifica el uso de raticidas en espacios naturales protegidos

Unidad canina del Cabildo de Tenerife

Europa press

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Teno y Jama, los dos pastores belgas malinois de la Unidad Canina de Medio Natural del Cabildo de Tenerife trabajan desde comienzos de año en los espacios naturales protegidos de la isla con la asistencia del cuerpo de agentes de Medio Ambiente identificando y marcando sustancias peligrosas para la biodiversidad.

Tras un periodo de aprendizaje, los canes ya han obtenido sus primeros resultados sobre el terreno, contando en su ficha de trabajo la identificación de varias sustancias tóxicas depositadas sin control en los espacios protegidos.

En la primera semana de mayo, la Unidad Canina del Cabildo ha realizado una jornada de trabajo en presencia de la Unidad Canina del Seprona de la Guardia Civil de Madrid para intercambiar conocimientos en cuanto a metodologías de trabajo.

La jornada de trabajo tuvo lugar en la zona de El Caletón, dentro del Paisaje Protegido de Costa de Acentejo, detalla el Cabildo.

Los agentes quisieron conocer la metodología de trabajo que se estaba llevando a cabo por parte de la Unidad Canina del Cabildo de Tenerife y para ello se les hizo una demostración de rastreo de los perros para marcaje de veneno en el Medio Natural.

La colaboración con este equipo del Seprona, que atesora más de 25 años de experiencia, ha aportado a la Unidad Canina del Cabildo nuevas formas de actuar que son de interés para mejorar la eficacia y profesionalización de la unidad.

“La utilización de cebos envenenados en el medio natural constituye una de las prácticas más nocivas para los ecosistemas. Nos encontramos ante un grave problema de conservación que afecta a especies amenazadas de nuestra fauna silvestre”, ha indicado la consejera de Gestión del Medio Natural y Seguridad, Isabel García, quien apuntó que “una vez puesta en marcha la unidad canina, y de la manos de los agentes de Medio Ambiente, se están empezando a obtener resultados al encontrar cebos de venenos o inclusos cadáveres de animales que ya los han ingerido”.

Costa de Acentejo

En febrero, durante un reconocimiento por terrenos aledaños al Paisaje Protegido Costa de Acentejo, concretamente en zona limítrofe entre los municipios de Tacoronte y El Sauzal, los perros realizaron marcaje a varios paquetes de veneno colocados entre las piedras de un pequeño murete.

Algunos días después se produjo un segundo hallazgo, esta vez en el Parque Natural de la Corona Forestal, concretamente en el municipio de La Esperanza.

Ahí, la Unidad Canina, junto con una pareja de agentes de Medio Ambiente que se encontraba batiendo una zona tupida de vegetación, cuando los perros marcaron unas garrafas blancas en cuyo interior había unos paquetes cuyo veneno fue retirado.

En ambos casos las sustancias identificadas eran Brodifacum, Alfaclorosa y Bromadiolona distribuida en paquetes de pesticidas que se usan comúnmente para el control de ratas y ratones en zonas agrícolas.

“El uso de este tipo de venenos es un método no selectivo e ilegal que se suele utilizar para eliminar animales que se consideran dañinos para la ganadería y la agricultura y su uso está restringido a zonas aledañas a las viviendas siempre y cuando se coloquen en contenedores de acceso únicamente a estos roedores”, apuntó José Alberto Delgado, jefe de Biodiversidad del Cabildo de Tenerife, quien señaló que desde el área de Gestión del Medio Natural y Seguridad del Cabildo Insular de Tenerife pretenden “avanzar en el conocimiento y la lucha contra el uso de estos venenos que ponen en jaque a flora y fauna endémica de la isla de Tenerife”.

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