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Tenerife tiene ya un inventario de su Patrimonio Histórico Industrial con más de 1.000 edificios y bienes

Espacio Cultural del Tanque en Santa Cruz de Tenerife

Europa Press

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El Gobierno de Canarias, a través de su Dirección General de Patrimonio Cultural, ha concluido el inventario del Patrimonio Industrial de la isla de Tenerife.

El trabajo, a cargo de la doctora y experta en Historia del Arte por la ULPGC, Amara Florido, se llevó a cabo en siete fases, desde 2012 a 2019, y ha servido para documentar 1.018 elementos, edificios y bienes inmuebles de tipologías muy diversas, en general poco conocidas hasta ahora.

La estructura del inventario se fundamenta en una base de datos integrada por un conjunto de fichas personalizadas para cada uno de los elementos dignos de consideración.

El objetivo final es identificar con rigurosidad y exactitud cada uno de los bienes, “utilizando un lenguaje sencillo, directo y clarificador que aporta una información precisa y lo más completa posible, facilitando con ello la consulta” reza una nota emitida por el Gobierno de Canarias.

Gran Canaria y Fuerteventura: pioneras en el estudio del Patrimonio Industrial

Los trabajos de catalogación del Patrimonio Histórico Industrial en Canarias se han acometido de manera ininterrumpida desde el año 2009, financiados por la Dirección General de Patrimonio Cultural del Gobierno de Canarias.

La primera isla objeto de estudio fue Gran Canaria, donde se llegaron a registrar un total de 1.014 elementos de interés, de los cuales 616 se incluyen en la categoría de bienes inmuebles y 398 restantes en la de bienes muebles.

En el 2011 se ejecutó el estudio de Fuerteventura, contabilizando 286 registros, de los cuales 214 pertenecen a la sección de inmuebles, y actualmente, se está finalizando el inventario de la isla de La Gomera.

“El inventario surge de la necesidad de salvaguardar la memoria histórica de la industrialización de la isla, en consonancia con otros proyectos y realidades que se han venido acometiendo con éxito en el resto del territorio español”, precisa la directora general del área, Nona Perera.

Por otra parte, comenta, “al tratarse de un patrimonio en rápida transformación y deterioro y por lo tanto en grave peligro de desaparición, se hace necesaria una rápida y efectiva catalogación de lo que hasta la fecha se conserva”.

En su opinión, “este inventario constituye una base de datos objetiva de los bienes del Patrimonio Industrial de Tenerife, identificando, describiendo y valorando los testimonios registrados para su protección, difusión y puesta en valor”.

El Gobierno resalta en una nota que el patrimonio industrial es un concepto relativamente nuevo en el marco del patrimonio cultural y los bienes que lo conforman poseen un extraordinario valor social, como señas de identidad de una comunidad y de sus trabajadores.

Desde finales del siglo XIX hasta los años 70

A ello se le une el valor tecnológico y científico en la historia de la producción, la ingeniería y la construcción, sin olvidar el valor estético, al tratarse de unas construcciones que ofrecen una calidad y diseño peculiares.

En cuanto a la delimitación cronológica, en el caso de Canarias, dada sus especiales particularidades, los límites temporales se situarían desde fines del XIX hasta los años sesenta de la pasada centuria.

“Estamos hablando, por tanto, de un patrimonio relativamente reciente, del que incluso nuestros mayores guardan aún viva en la memoria etapas en que estas industrias estaban en plena actividad”, comenta.

La experta, Amara Florido, alerta sobre la fragilidad del patrimonio industrial pues “es vulnerable, infravalorado, incomprendido y, por tanto, amenazado, situación que ha dado lugar a la destrucción y el abandono de estructuras, máquinas e instalaciones de indudable significación histórica y cultural”.

En su opinión, “el gran reto de los investigadores, asociaciones y organismos que han surgido en las dos últimas décadas en defensa del reconocimiento del patrimonio industrial, como parte indisoluble del patrimonio histórico y cultural es despertar la sensibilidad hacia el legado derivado de la industria”.

El valor del patrimonio industrial de la isla “llega tarde en algunos casos”

En Tenerife, por ejemplo, la toma de conciencia sobre el valor de la huella derivada de los procesos industriales en las islas, como recurso susceptible de conservación y reutilización, “ha llegado demasiado tarde en algunos casos”, provocando la desaparición de instalaciones fabriles de extraordinaria importancia como la Fábrica de Gas (1906) y la Compañía Central Eléctrica e Industrial de Tenerife (1897), en Santa Cruz de Tenerife; la Estación de bombeo La Gordejuela (1903), en Los Realejos; La Fábrica de destilación (1900), en Los Cristianos (Arona) o la Estación del Tranvía Eléctrico (1901), en La Cuesta (La Laguna).

“Durante muchos años, las viejas fábricas fueron consideradas un estorbo, un obstáculo en el progreso y un objetivo a eliminar, arrasando con la memoria del lugar, la memoria del trabajo, en favor del concepto de progreso. Esta circunstancia se vio favorecida por la ausencia de instrumentos de protección, la desidia y la impasividad de la sociedad y la actitud implacable del mercado inmobiliario”, apunta Florido.

Afortunadamente, prosigue, “la sensibilización hacia este desconocido patrimonio es cada vez mayor, y la toma de conciencia por parte de las Administraciones locales y autonómica cristaliza paulatinamente en la conservación y rentabilización del Patrimonio Histórico Industrial por su alto valor testimonial”.

Rehabilitación de edificios históricos

En el caso de Tenerife, los intereses se han centrado en la rehabilitación de lagares de vino, chimeneas y elementos del patrimonio mueble como trilladoras o grúas.

Por su peculiaridad, en el patrimonio industrial de la isla destaca el Espacio Cultural El Tanque, en la capital tinerfeña, abierto al público en 1997, tras la rehabilitación de uno de los antiguos depósitos de carburante de la Refinería de Santa Cruz.

Entre los proyectos en trámite, o a la espera de finalización, se encuentran el antiguo Secadero de Tabaco (Granadilla de Abona) como centro cultural; los almacenes de empaquetado de Sixto Machado (Candelaria), como espacios polivalentes, al igual que el almacén de empaquetado de la FAST (Garachico).

El patrimonio industrial de los siglos XIX y XX se incluyó como figura nueva de protección en la Ley de Patrimonio Cultural de Canarias de 2019.

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