Los vecinos del edificio que será desahuciado este martes en Arona piden un proceso judicial “limpio”

Documento enviado a los 'okupas' de los dos edificios en Arona.

Efe / Canarias Ahora

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“Reclamamos un proceso judicial limpio, de desalojo normal, corriente y civilizado” porque “hemos sido tratados como un rebaño, con argumentos sin base”, cuenta a EFE Eloy Outerial, portavoz de las 90 familias que serán desalojadas este martes en el edificio de Chasna de Costa del Silencio, en el municipio de Arona, en el sur de Tenerife.

Ante la “debilidad estructural y riesgo de desplome” de un inmueble a medio construir, el Juzgado de Primera Instancia número 3 de Arona, tal y como adelantó Canarias Ahora el pasado viernes, ha ordenado el desalojo de las 44 viviendas del edificio, en las que residen personas mayores, bebés y mujeres embarazadas, mientras el Ayuntamiento trata de encontrar una alternativa habitacional.

Afirma Eloy Outerial que el edificio que será objeto de desalojo ha estado abandonado durante 53 años y que las familias que residen en él lo han rehabilitado “con fines sociales”, dotándolo de agua y luz propia, con depósitos que surte un camión y paneles solares con sus respectivas baterías.

Outerial, que también reside en el inmueble, atiende a EFE mientras desmonta su cama y repasa todo aquello que ya está retirado, como los paneles y las baterías soltares, es decir, todo aquello en lo que han invertido en los últimos cinco años y que ronda entre 3.000 y 5.000 euros por vivienda.

Él vive en el edificio 8 y asegura que la parte que tiene el litigio judicial en cuestión es el número 10, y que esta “se basa en una observación exterior del edificio” y en una resolución administrativa de un proyecto “incompleto”, y, con ello, afirma que el juez ha incluido también el número 8 en ese título de ejecución.

“Es gravísimo que no esté claro y lo que reclamamos es un proyecto judicial limpio, de desalojo normal, corriente y civilizado”, reclama el portavoz que opina, con cansancio, como “esto tiene que ser declarado como nulo por humanidad”.

Además, el portavoz vecinal critica la forma en la que se les ha informado de esta situación, a través de una carta “pegada en el portal, ausente de sello y firma”, y tras haber avisado a un vecino para que diera cuenta al resto.

Sobre lo que les espera, el desahucio de mañana, ha explicado a EFE que hace un mes solicitaron un pabellón al Ayuntamiento de Arona, pero opina que como quizá pensaron que no iba a tener transparencia, la alternativa fue negada.

Por otro lado, dice que el Ayuntamiento de Arona les ha comentado que desde 2021 están informados de la situación del edificio y tienen constancia de que hay personas allí, pero él se pregunta cómo después de esa fecha el consistorio ha seguido empadronando a personas, superando las 60.

“¿Qué es, un experimento social?”, asegura Outerial, que afirma que en un mes de litigio “nadie ha venido a apuntalar el edificio” cuando existe, según les han dicho, “un riesgo inminente”: “desde el minuto 0 tenían que haberlo hecho, como sucede en otros casos”.

Cuando es preguntado por la situación de las familias, describe que el edificio está habitado por una amalgama de casos, entre los que se encuentran refugiados ucranianos, con asilo y protección, además de personas discapacitadas y enfermos crónicos, y expone que “todo eso ha sido obviado”.

Alude a la orden judicial que, según contó a EFE la concejala de Servicios Sociales del Ayuntamiento de Arona, Ruth Martín, “no ha tenido en cuenta los informes de vulnerabilidad por primar, en este caso, la seguridad de las personas”.

“La sensación es de desamparo total y vemos que esto es una cacicada”, resume el portavoz de las familias, que se reafirma ante EFE en que las 90 familias que residen en el edificio Chasna “no son okupas, no quieren romper puertas ni engancharse a la luz y al agua; somos trabajadores”.

“Nos tratan como okupas ausentes, como si fuéramos pibitos que tomamos una nave, como si viniéramos a pasarlo bien y luego la dejamos cerrada”, comenta.

La predisposición de los vecinos de este edificio en Costa del Silencio es afrontar el desahucio de mañana “con resignación” pero con “resistencia pacífica”, sobre todo aquellos que residen en el número 8, la parte para la que “solo existe una resolución administrativa sin finalizar y no existe informe”.

“Nuestra intención es que si un edificio está abandonado, y pueden vivir en él los gatos, ¿por qué no dejan vivir a las personas?”, manifiesta mientras matiza que si se quiere recuperar el edificio que, al menos, les dejen recoger los 8 años de vida que tienen en él.

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