El Parque Rural de Anaga; un balcón natural a la vuelta de la esquina
El Parque Rural de Anaga es un espacio natural declarado Reserva de la Biosfera localizado a pocos minutos de la capital tinerfeña y, sin lugar a dudas, uno de los parajes naturales más bellos, diversos y mejor conservados de Europa, con montes, senderos, barrancos, playas y acantilados distribuidos a lo largo de sus 14.500 hectáreas en el extremo noreste de la isla.
Auténtico pulmón del municipio, el macizo de Anaga es uno de los enclaves fundamentales para el ocio y el esparcimiento de la ciudad, a la vez que un atractivo turístico de primer orden, aunque sus encantos en ocasiones no son lo suficientemente conocidos ni disfrutados por muchos de los propios residentes ni tampoco por aquellos que nos visitan.
El Parque Rural suma unas 14.500 hectáreas compartidas por los municipios de Tegueste, La Laguna y Santa Cruz de Tenerife, habitado por casi 3.000 personas distribuidas en casi una treintena de pagos o asentamientos, la mayoría de ellos en el distrito capitalino, unos pueblos o barrios de cierta entidad, otros como caseríos casi deshabitados, pero todos singulares y pintorescos, como pueden ser San Andrés, Igueste de San Andrés, Taganana, El Suculum, Almáciga, Valle Crispín, Benijo, El Draguillo, Valle Brosque, Chamorga, Taborno o Afur, entre otros enclaves dignos de conocer. En la mayoría de los casos con poblaciones envejecidas, en territorios casi deshabitados, dedicados a tareas agrarias y pesqueras y auténticos guardianes de tradiciones y saberes sustentados en el oficio de vivir en un aislamiento geográfico que los ha hecho únicos.
Naturaleza, flora y fauna, vegetación de otro tiempo, paisajes casi imposibles, calas de arena negra y senderos con todos los encantos y diferentes grados de accesibilidad, el Parque Rural de Anaga es un balcón privilegiado de Santa Cruz a la vuelta misma de la esquina.
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