No es que estemos en Sicilia, ni mucho menos, pero hay cosas que no pueden moverse de su lugar natural a no ser que se produzca un cataclismo. Si por ejemplo alguien piensa en quiénes son los empresarios más influyentes en Lanzarote, concluye que los Rosa; en Tenerife la cosa se la reparten entre Pedro Luis Cobiella y Antonio Placencia; en Gran Canaria están Tadeo, López y Santana Cazorla... Y en Fuerteventura, los Rodríguez, de Cororasa. Jamás nadie imaginó que un concurso al que concurriera Cororasa pudiera presentarse alguien del núcleo de Asamblea Majorera, más que nada porque los Rodríguez apadrinan a los asamblearios desde antes de que se destetaran.