Las apreciaciones de López Aguilar sobre la perversa mezcla de negocios y política que están protagonizando algunos cargos públicos canarios hasta el punto de poner en peligro la gobernabilidad y la credibilidad de las instituciones, viene a coincidir plenamente con lo dicho hace algunas semanas por Román Rodríguez, en una entrevista a doble página en Canarias7. Rodríguez, miembro destacado de CC, sector suyo propio, trató de dejar fuera a los empresarios, que en muchas ocasiones se ven obligados a tratar con algunos políticos con escasos escrúpulos y nula decencia. Pero el ex presidente, que sabía a la perfección de lo que hablaba, no provocó una interpelación de Paulino Rivero en el Congreso de los Diputados, del modo que el presidente de CC hizo cuando el ministro de Justicia calzó por José Carlos Mauricio, que va camino de ser socio de los socialistas si nada lo remedia y se confirman los pronósticos.