Ha sido una campaña demasiado larga y demasiado dura la de la Cámara de Comercio. Las presiones y algunos sobornos, incluso plasmados en grabación digital, fueron muchos y casi continuos. Esa dureza se verá muy probablemente reflejada en algunas decisiones inmediatas y en la necesidad de que unos cuantos den explicaciones en los despachos pertinentes. Por ejemplo, a algún dirigente empresarial se le pudo oír este martes explicando la insoportable levedad de El Corte Inglés de Meloneras después de que su representante en Las Palmas dijera Diego donde él y su jefe máximo dijeron digo. Se podrán imaginar el escenario que ha quedado dibujado para los proyectos de esta cadena en la isla cuando una de las promesas fue hecha incluso ante las más altas instancias futuras de la región. Mal asunto para un empleado.