Vuelve a primera línea de fuego la Audiencia de Cuentas de Canarias gracias a un suculento comunicado de Comisiones Obreras (ce-ce-o-o, en genial transcripción de Urdaci) en el que se denuncian los manejos para colocar al personal eventual del organismo. Lo último que supimos de esta institución dependiente del Parlamento de Canarias (que ya es solemnidad) fue que el presunto escándalo Amorós fue en realidad un problema de “falta de coordinación” entre diversos estamentos de la Administración que se distrajeron a la hora de fiscalizar unos pocos cientos de cuentas corrientes. Ahora lo que toca es colocar al personal amigo, no vaya a ser que con esto de las renovaciones no dejen fijo de plantilla a quienes pretenden ser renovados. Y sus efectos colaterales, claro.