Causó auténtico estupor en los ambientes políticos y ciudadanos de Tenerife lo que publicamos aquí mismo ayer acerca de la dudosa continuidad de Pedro Anatael Meneses como consejero de la Autoridad Portuaria. Ya saben que su militante oposición al puerto de Granadilla le ha granjeado muchos enemigos, especialmente en el stablishment tinerfeño, vinculado a ese conchabo mediático, político y empresarial, que pretende que se desbloqueen media docena de grandes proyectos entre los que se encuentra ese puerto, la segunda pista del aeropuerto, el cierre del anillo insular de carreteras y los tendidos eléctricos. Adán Martín y Luis Suárez Trenor, presidente de la Autoridad Portuaria, estuvieron meses bloqueando su nombramiento como consejero portuario, y desde entonces no han cejado en su empeño de que Fomento se lo quite de enmedio. La noticia sorprendió a Pedro Anatael en Londres, o mejor dicho, apenas le sorprendió, aunque lo que le ha dejado extrañado es que Puertos del Estado no le hubiera advertido de lo que estaba sucediendo. Las muestras de apoyo al ex presidente de los puertos tinerfeños y ex director de la Marina Mercante no cesaron este miércoles, lo que debe alegrar a toda la gente decente. Y bloquear su defenestración, de paso.