Dice Álvarez de Miranda que Vicente López Pascual pudo haber pedido aquel extraño destino en El Salvador después de una estancia en Venezuela, donde “debió hacer determinados trabajos en temas de terrorismo” que no nos queremos ni imaginar. Preguntado por lo que pasó con el “agente López”, el que fuera embajador de España en El Salvador confirma que “volvió a España antes del asesinato de Ellacuría, pero me comentaron que le habían regalado unas tierras en aquel país y que a su mujer la nombraron cónsul de El Salvador en una comunidad española”. La comunidad española, o más concretamente la provincia española donde hicieron cónsul honoraria a la que entonces era su esposa no es otra que la de Las Palmas. Su mujer, efectivamente, es natural de Gran Canaria, pero ya abandonó esa plaza consular. Él logró infiltrarse aquí engañando a unos y a otros, consiguiendo incluso que Manuel Hermoso lo designara, al menos por unos días, director general de Telecomunicaciones e Informática del Gobierno de Canarias. Pero parece que ya se le vació la chistera.