Segundo (o tercer) acto de la comedia de desencuentro que el Partido Popular canario ha decidido escenificar para que el personal se crea que nada ha tenido que ver ni nada tendrá que ver en el futuro con Coalición Canaria. Le ha tocado el turno esta vez al pacto de inmigración, un documento que costó un año elaborar y en el que hay aportaciones de mucha gente, entre otras, del PP y del PSC. No vamos a entrar a valorarlo, pero sí a comentar cómo ha utilizado Soria dicho pacto para hacer un poco más de electorarismo y una nueva escenita de despecho a CC. De entrada, digamos que Soria ya había dado el visto bueno al documento, lo que pone de manifiesto o que se precipitó o que, como sospechamos, se le ocurrió el numerito. Dos: la excusa dada públicamente no se sostiene porque ni siquiera se encuentra eso de la mezcolanza de razas que tanto le rechinan en las resoluciones, sino en el preámbulo. Cualquiera que se lo lea puede interpretar lo que ha interpretado Soria, sin duda, pero echándole unas buenas dosis de rebuscamiento, que parece que es lo que se estila. Decir que se confunde pensionista teutón con pobre infeliz del Congo que viene huyendo de la guerra es una exageración injustificable. De todas maneras, leyendo las declaraciones de Soria que hoy mismo publicamos en esta edición se comprenden muchas cosas: le preocupa el teutón, parece claro, y se la trae al fresco el resto del mundo, es decir, el que no venga con la pasta por delante. Es respetable la valoración, sólo que es de las que demuestra el talante de quien la hace. Y eso no lo va a cambiar ni la campaña electoral.