“El director le aclarará, ya lo puede usted jurar, que ni de coña, que si quiere ver la dichosa lista, lo tiene que hacer usted delante de él, en su despacho y ?lo antes que pueda porque, como comprenderá, tengo mucho trabajo que hacer y objetivos que cumplir?. Tranquilo, no diga nada. Ponga cara de sumisión, haga como que consiente y espere a tener el documento a la vista de usted. Esto es importante. Entonces, respóndale que comprende la gran y ardua tarea que reclama toda la atención de él y, para acabar enseguida la visita y no molestarle más, pídale al director que quiere hacer una fotocopia, para repasarla en casa, con el batin y las pantuflas. Oirá, seguro, otro ¡ni de coña!... ¡Ahora es el momento apoteósico!: Con ese móvil galáctico que le regaló su hijo por Reyes o con la máquina fotográfica digital que usted se ha llevado y que esconde en un bolsillo, podremos poner muy, muy nervioso a ese director. Dígale que, en ese caso, ante tanto impedimento, usted no tiene más remedio que fotografiar la lista”.