Pero hasta los futbolistas más experimentados pasan apuros cuando, al ir a conservar el empate, comprueban que el rival bombea constantemente sobre el área y remata a puerta sin el menor pudor y con serio peligro para la imbatibilidad. La acusación popular y la fiscalía asaetearon al empresario a preguntas con las que verificar el grado de implicación de los dos imputados (Soria y Fernández) en los delitos que se les atribuyen: cohecho, prevaricación y negociación prohibida a funcionario público. Uno de esos balones colgados al área estuvo a punto de hacer sucumbir al empresario y a su abogado, que lo es a su vez de Fernández, José Antonio Choclán. El letrado José Manuel Rivero, de Justicia y Sociedad, preguntó a Santana Cazorla por una de las conversaciones telefónicas detectadas por la Policía en el marco de la operación Góndola, concretamente en un pasaje en el que el empresario comenta que había acudido a la Consejería de Medio Ambiente para ver a dos altos funcionarios en compañía de “Manuel”.