El presunto homicida de un anciano en el Polígono de Cruz de Piedra atribuyó su agresión a los efectos de la droga

Antonio Aridane L.R., 'Zapata Chico', presunto homicida de un anciano en el Polígono de Cruz de Piedra (FACEBOOK)

Iago Otero Paz

Las Palmas de Gran Canaria —

La causa contra Antonio Aridane L.R., Zapata Chico, sigue adelante después de que se haya abierto el procedimiento abreviado por un presunto delito de robo con violencia y lesiones en concurso con un delito de homicidio por la muerte de José S.G., anciano de 85 años vecino del Polígono de Cruz de Piedra.

Como ya había señalado este periódico el pasado 22 de julio, la investigación judicial relacionaba al autor de una agresión en Franchy Roca en diciembre con la muerte de un anciano como consecuencia de las heridas de un ataque sucedido en la madrugada del 1 de noviembre en la calle Farmacéutico Pedro Rivero de la capital grancanaria.

Según la reconstrucción de los hechos, Antonio Aridane salió en la noche de Halloween de fiesta a un evento que se celebraba en Las Brujas, en la zona de Barranco Seco. Esta fiesta fue interrumpida por la Policía debido a la presencia de menores y Antonio Aridane se separó de su grupo de amigos después de que perdiera su cartera. Así, regresó a su vecindario, aunque de camino a su casa fue visto por dos amigos que también volvían al barrio en taxi, por lo que lo recogieron y lo dejaron en la calle Farmacéutico Pedro Rivero sobre las 06.30 horas.

En la arteria principal del Polígono de Cruz de Piedra, Antonio Aridane se cruzó sobre las 06.40 horas con José S.G., y tras seguirlo, le atacó violentamente por detrás y posteriormente le propinó un codazo en un lado de la cabeza para robarle la cartera, dejándolo en el lugar malherido y llevándose el dinero, entre 120 y 150 euros. Tras cometer esta agresión, Zapata Chico se encontró con su amigo Ismael Luis M.R., que regresaba a su casa, pero termina acompañándolo a comprar cocaína, gastándose unos 100 euros en esta droga. Ambos se encontraron tras adquirir la droga con conocidos en un piscolabis del barrio y utilizaron el teléfono de una de ellas para contactar con el grupo de amigos que encubrieron al presunto autor de la muerte del anciano.

Tras reunirse con la pandilla, formada por tres chicas y otros dos chicos, Antonio Aridane les contó que acababa de golpear a un anciano para robarle, y que por ello tenía dinero y droga para seguir de fiesta hasta las 11 de la mañana, hora en la que volvió junto a Ismael Luis M.R. a su casa. Antes de irse, le dejó parte del dinero sustraído a una de las amigas para que pudiera tomar un taxi.

Encubriendo a 'Zapata Chico'

El imputado fue llamado a declarar por primera vez por esta agresión el 10 de noviembre, mintiendo en su testimonio al igual que su círculo de amigos y amigas, quienes le ayudaron con la coartada de haber estado con ellos de fiesta en el momento de los hechos. En la primera de las declaraciones, Antonio Aridane aseguraba que fue a un after que se celebraba en las proximidades de la fábrica de cerveza Tropical, en el que estuvo hasta las 08.45 horas, momento en el que se fue solo y a pie, llevándole un vehículo desconocido y de color morado hasta su barrio, permaneciendo en la calle hasta las 10.30 horas.

Por su parte Ismael testimonió que cuando iban al after Antonio Aridane volvió a buscar su cartera y regresó después, llegando a la fiesta sobre las 06.45 horas y permaneciendo allí hasta las 07.30 horas, cuando se marchó, y volvieron a encontrarse en el barrio sobre las 09.00 horas. Ambos relatos fueron falsos respecto a las horas con el objetivo de encubrir la presencia del presunto homicida en el lugar de los hechos entre las 06.30 horas y las 07.00 horas. Ismael Luis y el resto de amigos volverían a declarar el pasado 30 de junio, pero en esta ocasión reconocieron que habían mentido y que Antonio Aridane, tras perder la cartera en la fiesta, se quedó sin dinero y no siguió en Barranco Seco, regresando al Polígono de Cruz de Piedra mucho antes que los demás, sobre las 05.30 horas. Desde ese 30 de junio Antonio Aridane L.R. cumple prisión provisional por esta causa, aunque ya estaba en la cárcel como principal sospechoso de la agresión en la zona del Puerto.

Entre las causas para llegar a un pacto de silencio que permitió proteger a Antonio Aridane L.R. estaba el temor a su carácter violento ya que los amigos reconocían que solía meterse en peleas, aparte de la carrera delictiva de parte de su familia materna, los Zapata. Incluso los jóvenes intentaron borrar el rastro de las conversaciones que mantuvieron sobre el tema en Whatsapp.

“Como yo estaba...ni me di cuenta”

José S.G. falleció 11 días después de la agresión, el 12 de noviembre, tras haber ingresado en el hospital en estado muy grave y sin haber podido prestar declaración sobre lo sucedido. Cuando la noticia llegó al barrio, una de las amigas, menor de edad en la fecha de los hechos, le recriminó a Zapata Chico la muerte del anciano, siendo la contestación de este por el Whatsapp “como yo estaba...ni me di cuenta”, atribuyendo su acción al hecho de haber consumido drogas y alcohol, a lo que se le unió el enfado por no saber dónde estaba su cartera. El joven le restó importancia al asunto, se rió y cambió de tema.

Días antes de que falleciera el anciano, una llamada desde un cabina telefónica al 091 ponía sobre la pista a la policía de que Antonio Aridane era el autor del presunto robo. Esta persona identificó como autor del hecho a Zapata Chico basándose en el rumor que se extendía por el barrio.

El presunto agresor siguió en libertad y la noche del 6 al 7 de diciembre delinquió presuntamente otra vez, al propinar una piña a un joven en el barrio del Puerto, dejándolo en coma. El suceso fue noticia en varios medios, llegando a publicarse la cara de Antonio Aridane. Dos días después un taxista recogió a una pasajera que hablaba a través de mensajes de voz en Whatsapp de una agresión con resultado de un joven en coma, y dijo que “si se entera la policía que la persona que apareció desnucada fue también él el que lo hizo, se va a comer un marrón de cuidado”. Después de que el taxista la identificara gracias a que aparecía en Facebook como amiga del presunto agresor, la joven prestó declaración y al principio negó haber grabado ese mensaje y dijo que en ese momento se encontraba con una vecina (quien la contradijo), pero posteriormente confesó en los mismos términos que en la conversación del taxi.

A la investigación, realizada por el Juzgado de Instrucción número 8 de Las Palmas, le llamó la atención la ligereza con la que hablaban de la muerte violenta de una persona a manos de un amigo. De hecho las jóvenes, según manifestaron en el Juzgado, no pensaron nunca en denunciar e incluso no llegaron a pensar en ningún momento que si el presunto agresor hubiese sido detenido tras el suceso de la noche de Halloween, este no habría podido cometer la agresión que realizó un mes más tarde.

Etiquetas
stats