La portada de mañana
Acceder
La izquierda presiona para que Pedro Sánchez no dimita
Illa ganaría con holgura y el independentismo perdería la mayoría absoluta
Opinión - Sánchez no puede más, nosotros tampoco. Por Pedro Almodóvar

Un viaje a Sao Tomé y Príncipe, la joya más pequeña del Golfo de Guinea

Apenas 10.000 turistas al año visitan Sao Tomé y Príncipe, uno de los destinos por descubrir más apasionantes de África. Van Eykeren

Viajar Ahora

El primer reto que seguro debes afrontar a la hora de programar el viaje al destino propuesto es ubicarlo correctamente en el mapa. Sao Tomé y Príncipe es una pequeña república insular situada en el Golfo de Guinea. Está formada por dos islas principales y algunos islotes y comparten un pasado colonial vinculado a Portugal desde mediados del siglo XV, cuando los portugueses colonizaron estas dos islas que, por aquel entonces, estaban deshabitadas. Como curiosidad hay que señalar que los primeros colonos, que se dedicaron al cultivo de la caña de azúcar, eran sefardíes españoles exiliados. Es un país pequeño. Para tomar conciencia de sus dimensiones basta con echar un vistazo a sus dos islas ‘grandes’. Sao Tomé tiene 854 kilómetros cuadrados (algo más grande que Menorca) y Príncipe 136 (El Hierro tiene 256). Es uno de los micro estados más pequeños del mundo, pero tienen una naturaleza apabullante; una colección de playas increíble y una buena colección de construcciones coloniales (Portugal concedió la independencia al país en 1975).

La primera razón para aconsejar un viaje a sao Tomé y Príncipe es que es un país fácil de visitar. Es un destino muy seguro y en el que te vas a encontrar con gente amable y muy hospitalaria. Junto a otros países como Cabo Verde o Gambia, es uno de los mejores lugares para tener el primer contacto con el África subsahariana y animarse a visitar otros lugares. Otra de las ventajas es que es un territorio aún por descubrir. El país es uno de los menos visitados del mundo (apenas unos 10.000 turistas al año) algo que ofrece la ilusión del descubrimiento. El pequeño tamaño es la otra gran ventaja: permite llegar casi a cualquier rincón sin el hándicap de los viajes interminables de los países africanos.

COMO LLEGAR Y MOVERSE POR LAS ISLAS.- El Aeropuerto Internacional de Sao Tomé tiene dos vuelos regulares con Lisboa operados por las compañías TAP y STP Airways (desde 450 euros). Esta última es la encargada de unir Sao Tomé con la isla de Príncipe. CEIBA conecta el país con la vecina Gabón (desde 250 euros), mientras que Transportes Aéreos Angolanos hace lo propio desde Luanda (desde 500 euros). También existe la posibilidad de viajar en barco entre las dos islas. No hay horarios fijos y hay que preguntar en el puerto cuándo está previsto que salga alguna embarcación hacia Príncipe. La travesía dura unas ocho horas. Para moverse en el interior de Sao Tomé la mejor opción es alquilar un vehículo privado con guía para hacer excursiones (entre 60 y 80 euros al día) o alquilar un 4x4 (entre 40 y 50 euros) en alguna de las agencias o a los particulares que se dedican a este negocio. Junto al Mercado de Sao Tomé paran los taxis y camionetas que recorren las principales rutas de la isla uniendo las poblaciones. Salen cuando se llenan y son muy baratos. En Príncipe pasa lo mismo.

CUANDO Y CUANTO IR.- El país está en zona ecuatorial y las lluvias son frecuentes. Las temperaturas suelen mantenerse en torno a los 26 grados de media durante todo el año así que el elemento que marca la mejor época para viajar es la cantidad de lluvia. Aquí no hay temporada seca, pero entre los meses de junio y septiembre puedes tener la suerte de tener cuatro, cinco o, incluso, más días sin que caiga uno de esos chaparrones ecuatoriales africanos. La humedad es una constante y los días totalmente soleados son escasos. Los picos de lluvia se producen en los meses de marzo-abril y desde mediados de octubre hasta inicios de diciembre (ver clima promedio). La temperatura media del mar es agradable y se sitúa entre los 25 grados de media que se registran en agosto y los 29 de marzo. Para conocer bien las dos islas se necesitan, al menos, diez días sin contar con el de llegada y salida. En Príncipe aconsejamos un mínimo de tres días. Lo mínimo ideal son dos semanas completas.

¿HACE FALTA VISADO? Si eres ciudadano de la UE, Estados Unidos, Canadá o cualquier país de habla portuguesa y tu estancia va a ser inferior a los 15 días no hace falta solicitar ningún visado. Basta con tener un pasaporte con una validez mínima de seis meses y el billete de vuelta. Para otros nacionales o estancias mayores si es necesaria la petición de visado. En la página oficial del gobierno del archipiélago puedes iniciar los trámites. Para viajeros españoles, la embajada más cercana es la de Lisboa (E-mail: embaixada@emb-saotomeprincipe.pt ).

¿HACE FALTA ALGUNA VACUNA? Sólo si vienes de algún lugar con Fiebre Amarilla debes mostrar la carta de vacunación preceptiva; en este sentido son muy exigentes así que si en tu pasaporte figura algún sello de países afectados por esta enfermedad deberás estar vacunado. Cada año hay un par de casos de malaria en cada una de las islas. Por eso es conveniente tomar las medicinas preventivas (profilaxis contra el paludismo) y tomar precauciones para evitar las picaduras de los mosquitos.

QUE VER Y HACER EN SANTO TOMÉ.- El archipiélago es un auténtico paraíso natural; tanto tierra adentro como en la costa, que alterna cantiles, grandes extensiones de manglar y playas quenada tienen que envidiar a las caribeñas. Algunas de estas playas son famosas por el desove de tortugas marinas (las más impresionantes, en este sentido, son Jalé e Inhame en Santo Tomé y Praia Grande en Príncipe). El desove de las tortugas se produce entre los meses de septiembre a abril y los huevos eclosionan entre 50 y 80 días más tarde. En esta época no es difícil encontrarse con este espectáculo sublime de la naturaleza. `La ONG local Marapa organiza excursiones para ver las zonas de desove y nacimiento de tortuguinos y los principales manglares. Aguas adentro hay visitantes ilustres como la Ballena jorobada y residentes habituales como los delfines.

La herencia colonial portuguesa se concentra en Santo Tomé, capital de la joven república y su población más importante. El Mercado Municipal (Avenida Conceição) es el corazón de la capital; un lugar bullicioso donde se puede comprar prácticamente de todo. En torno al mercado se desparrama la antigua ciudad portuguesa; la falta de pintura y los desconchones deslucen este pequeño casco histórico de claro sabor portugués. La ciudad vivió tiempos mejores, pero sigue siendo atractiva y fotogénica. La Catedral de Nuestra Señora de Gracia, las casas de la Avenida 12 de Julio y el Fortín de San Sebastián (sede del Museo Nacional), son los edificios más notables de una ciudad de apariencia caótica dónde se alterna el ladrillo, la madera y la chapa. Otra de las huellas profundas de la presencia portuguesa son las plantaciones de cacao (las Roças). Antaño símbolos de tiempos históricos oscuros vinculados con la esclavitud, hoy algunas de las haciendas se han convertido en instalaciones en las que se combinan el cultivo de cacao (uno de los mejores del mundo), el turismo rural, la nueva cocina local y hasta las actividades de carácter artístico y cultural. Uno de los mejores ejemplos de ello es la Roça de São João dos Angolares (Acceso EN-2) una de las paradas obligadas de la ruta sur junto a maravillas naturales como la Boca del Infierno, una curiosa formación rocosa que nos recuerda a la Calzada del Gigante irlandesa, o la Cascada de Praia Pesquera, dónde el agua se precipita a pocos metros de la orilla del mar formando un charco glorioso. Algunos kilómetros más al sur ya empezaremos a ver el Pico Cao Grande, una impresionante aguja de basalto de 600 metros de altura que emerge como una columna desde la selva. Es una de las imágenes paradigmáticas de la isla

En Santo Tomé las excursiones obligadas son cuatro: La ruta norte hasta Santa Catarina pasando por pueblecillos y aldeas de pescadores de la costa como Morro Peixe (con espectaculares playas dónde también desovan las tortugas); la ruta sur hasta las impresionantes playas (Micondó, Grande, Inhame, Piscina y la imponente Jalé) y manglares (como los que se forman en la desembocadura del Río Malanza); darse un salto hasta la pequeña Isla das Rolas y hacer, al menos una incursión al Parque Natural Obo pasando por los pueblos y roças del interior (como Monte Café). Las maravillas naturales del interior de la isla son incontables. Algunas son relativamente accesibles como la Cascada de san Nicolás. Otras demandan largas caminatas por terrenos habitualmente embarrados. El mejor trek de la isla es el que lleva hasta el Lago Amelia. Otro clásico más exigente es el ascenso al Pico de Sao Tomé (ambos senderos parten desde el Jardín Botánico de Bom Sucesso.

PRÍNCIPE, UNA ISLA DE OTRO MUNDO .- La belleza de Príncipe es apabullante. Desde la Bahía de las Agujas la vista hacia el interior de la isla recuerda a los paisajes salvajemente irreales de las películas de dinosaurios o las sagas épicas tipo el Señor de los Anillos. Los picos volcánicos y morros emergen del bosque a pocos kilómetros de la orilla del mar creando un paisaje imponente. Hasta Príncipe llega muy poca gente, lo que acentúa la sensación de pisar tierra virgen. Hasta su capital, San Antonio, es pequeña y pulcra. Un pueblecito que, a diferencia de Sao Tomé, ha cuidado las casas coloniales que lucen casi como nuevas. Las playas se apelotonan al norte, con Bom Bom como buque insignia del incipiente turismo y el buceo, Bananas como verdadera evocación del paraíso y Praia Grande como el mejor lugar del Archipiélago para ver tortugas.

A dos pasos de la capital se localizan las roças más importantes y mejor conservadas de Príncipe (Porto Real; Terreiro Velho y Sundy) y más al sur, ocupando más de la mitad del territorio insular, bosque virgen impenetrable. El sendero de Pico Papagayo es una de las pocas opciones para adentrarse en las frondas espesas del bosque tropical.

Fotos bajo Licencia CC: David Stanley ; Helena Van Eykeren ; Chuck Moravec

Etiquetas
stats