Una excursión por los paisajes del vino en Lanzarote
El paisaje de Lanzarote está marcado por el fuego. Los volcanes construyeron varias veces la isla a lo largo de los milenios poniendo sucesivas capas de lava y cenizas que sirvieron de base para las sucesivas ‘lanzarotes’ que fueron superponiéndose una a la otra. Y no quedó nada mal el resultado. “El día 1 de septiembre de 1730, entre las nueve y las diez de la noche, la tierra se abrió en Timanfaya, a dos leguas de Yaiza y una enorme montaña se levantó del seno de la tierra”, contaba el párroco local Lorenzo Curbelo. Fue el inicio de un enorme episodio de erupciones y terremotos que se prolongó durante seis años, destruyó nueve pueblos y sepultó bajo campos de lava y cenizas casi una cuarta parte de la isla. Y fue ese cataclismo el que transformó para siempre al vino lanzaroteño. Hasta este momento, la isla apenas plantaba vid. Pero los nuevos campos de cenizas ofrecieron una oportunidad única. Los isleños sabían que las pequeñas piedras volcánicas son un excelente aislante que mantiene lejos al calor y conserva la humedad. Los viejos campos de cereal dieron paso a la vid como cultivo estrella y Lanzarote se convirtió en productora de vinos de enorme calidad.
La Geria es un paisaje singular. Para poder plantar la vid lo primero que hay que hacer es cavar un agujero (chaboco) hasta llegar al antiguo suelo vegetal (esto es, la superficie que había antes de las erupciones). El hoyo se cubre de una capa de picón o ‘rofe’ (las piedrecitas volcánicas) y se protege con un muro que sirve de paravientos. Las cenizas atrapan la humedad de los vientos oceánicos y aíslan las raíces de la vid. Ésta no sólo germina y prospera. También toma buena parte de las características del aire salino y de este suelo especial (magnesio y sodio sobretodo) lo que da a la uva un sabor muy especial. Las bodegas amparadas por la Denominación de Origen Lanzarote sacan al mercado entre 1,5 y 1,9 millones de botellas (según las estadísticas de las últimas cosechas) de vino de excelente calidad (una buena parte los famosos malvasías isleños). Pero el tesoro apenas circula fuera de Canarias. Apenas una pequeña porción de ese vino sale fuera del Archipiélago, donde el vino local es apreciado y demandado. Pero lo que si se exporta a millones son las fotos de este paisaje que aúna lo natural y lo cultural.
La carretera LZ-30 recorre el corazón de este paraje de altísimo interés agrícola y etnográfico entre las localidades de Uga (al sur) y el casco de San Bartolomé. Apenas son 19,2 kilómetros. Unos diez minutos largos en coche. Pero dan para mucho. La Geria es una parte fundamental para entender la historia reciente de Lanzarote hasta tal punto que hay bodegas que prácticamente se levantaron cuando las lavas aún estaban a medio enfriar. El Grifo (LZ-30, km 11; Tel: (+34) 928 524 951), por ejemplo, está abierta desde finales del siglo XVIII y es la más antigua de Canarias y se encuentra entre las 10 más veteranas de España aún en activo. Esta bodega es una de las visitas obligadas. Tiene un museo impresionante dedicado al vino local y presume de tener una de las bibliotecas temáticas más grandes en su género. Otra centenaria es La Geria (LZ-30, km 19; Tel: (+34) 928 173 178 y (+34) 928 659 235) que mantiene ininterrumpidamente su actividad desde finales del siglo XIX. Pero es que aún las marcas más recientes ocupan viejos caserones desde los que se domina ese paisaje tan característico marcado por la sucesión regular de chabocos: El Rubicón (LZ-30, km 11; Tel: (+34) 928 173 708; E-mail: rubicon@bodegasrubicon.com), por ejemplo, ocupa el ‘cortijo’ de una vieja hacienda cerealera del siglo XVII y es una de las grandes joyas históricas de la isla. Ahí mismo, entre Rubicón y El Grifo puedes ver la Ermita de La Caridad, otro edificio del XVII.
Un paseo por el Camino de La Caldereta.- Desde la LZ-30 puedes acercarte sin problema a la geografía de La Geria. Pero no es mala idea hacer dos o tres kilómetros del Camino de La Caldereta (Acceso desde la LZ-30 a 1,9 kilómetros de la rotonda de Uga) y ver el paisaje agrícola en toda su magnitud. Este camino de tierra (está en buenas condiciones) recorre el margen sur de las coladas volcánicas de las grandes erupciones del siglo XVIII y permite ver todo el entorno en su extensión plena. Desde aquí puedes hacer unas fotos alucinantes.
Pasear por el cráter de un volcán.- Entender La Geria sin los procesos geológicos que la formaron es imposible. El valle ocupa el extremo sureste de los campos de lava formados por las erupciones del siglo XVIII a cierta distancia del grueso de los cráteres que forman el Parque Nacional de Timanfaya. Pero en plena Geria también puede visitarse uno de estos volcanes que cambiaron la faz de Lanzarote. El Volcán El Cuervo se encuentra junto a la LZ-56 a dos pasos de la LZ-30. Lo mejor de este cono volcánico perfectamente conservado es que se puede visitar por dentro gracias a un sendero muy fácil de hacer. Una magnífica oportunidad para ver de cerca la estructura de estas bocas. El paisaje es brutal.
San Bartolomé, un pueblo muy campesino.- El paisaje agrícola de La Geria ‘se termina’ en la intersección de la LZ-30 y la LZ-20. Aquí se encuentra uno de los iconos visuales de la isla: el Monumento al Campesino. Esta escultura, obra del artista local César Manrique, es un homenaje a las mujeres y hombres de campo que se completa con la Casa Museo que se encuentra a su lado. En este centro se combinan la arquitectura tradicional y espacios de vanguardia (una de las características fundamentales de la obra de Manrique) para crear un pequeño museo dedicado a la arquitectura isleña y sus costumbres campesinas. San Bartolomé es uno de los centros urbanos históricos de la isla. Un pequeño pueblo de casas dispersas en el que puedes ver algunas joyas arquitectónicas como la Iglesia de San Bartolomé (Plaza León y Castillo, 6), un elegante edificio del siglo XVIII; la Casa Ajey (César Manrique, 33), uno de los mejores ejemplos de arquitectura tradicional de la isla o el Palacio del Mayor Guerra (Serpiente, sn). En san Bartolomé también puedes visitar el Museo Etnográfico Tanit (Constitución, 1; Tel: (+34) 928 802 549). Este edificio del siglo XVIII fue una de las primeras bodegas de la comarca y ahora alberga una interesante colección etnográfica que recorre toda la historia de Lanzarote desde antes de la conquista europea hasta la modernización de la isla durante el siglo XX.
Fotos bajo Licencia CC: Jan Helebrant; Iñaki Queralt; Krzysztof Belczyński; Viajar Ahora
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