Una excursión al Parque Rural de Teno: la trastienda hermosa de Tenerife
Más allá de Buenavista del Norte se abre una Tenerife remota y hasta ignota no sólo para buena parte de los turistas que la visitan. Muchos isleños e isleñas toman el cruce que conduce hasta El Palmar (TF-436) como una especie de frontera que esconde lugares míticos como Masca, el Monte del Agua o los paisajes alucinantes de Teno Alto. Teno es el resultado de millones de años de cataclismos. Las 8.063 hectáreas de este imponente parque rural llevan en sí el pedigrí de los primeros tiempos, pues es uno de los tres edificios volcánicos que dieron origen a Tenerife hace unos 7,4 millones de años. Erupciones volcánicas, desplomes gigantescos y el trabajo paciente del agua y el viento han modelado un paisaje marcado por las alturas de Teno Alto y Monte del Agua, la feracidad del Valle del Palmar y la impresionante línea de costa marcada por Los Gigantes, con cantiles que alcanzan los 500 metros de caída casi vertical sobre el mar. Ésta es, sin duda alguna, una de las zonas más impresionantes de la isla.
Como te decíamos, el punto de partida propuesto es el pueblo de Buenavista del Norte, final de ruta de la costa norte. Antes de seguir adelante no dejes la oportunidad de pasar por El Aderno (La Alhóndiga, 8; Tel: (+34) 922 127 368) una de las mejores reposterías de toda Canarias en la que puedes comprar dulces de escándalo. A nosotros nos encantan sus dulces tradicionales (sobre todo los bollitos y las truchas de batata) y no dejamos de pasar por aquí cada vez que visitamos la comarca. En Buenavista puedes darte una vuelta por su bonito casco urbano, donde puedes ver algunas casonas de arquitectura tradicional. Vete hasta la Plaza de los Remedios y camina por los alrededores antes de volver a la ruta.
El Camino hacia Punta de Teno.- La primera aventura que te proponemos es llegar hasta la Punta de Teno (9,5 kilómetros). Partimos desde Buenavista del Norte y seguimos en dirección oeste por la TF-445. Poco después de dejar atrás las últimas casas de la localidad la vía se estrecha y se convierte en un camino de montaña que, literalmente, se aferra los riscos que caen a plomo al mar. No te asustes. La carretera está en buen estado y si está abierta es que se puede transitar sin problemas. Pasarás por varios túneles antes de iniciar el descenso hacia el punto más occidental de la isla. Punta de Teno es un lugar impresionante. Situado en el extremo noroccidental de Tenerife, en este lugar los Acantilados de Los Gigantes mueren en una especie de llanada formada por grandes coladas volcánicas que se adentran en el mar en lo que es la propia punta. Aquí encontrarás una pequeña playa, un faro, vistas increíbles y aguas cristalinas que invitan al baño. Aunque parezca mentira, hay muchos habitantes de la propia isla que nunca han llegado hasta este lugar. Y no saben lo que se pierden. Desde aquí parte un sendero que aprovecha los derrubios de Los Gigantes para subir hasta Teno Alto, otro de los mitos de la comarca.
De El Palmar hasta Masca.- La TF-436 asciende hacia el Valle de El Palmar trazando una verdadera serpiente que gana altura con rapidez. Pronto llegarás a un enorme valle flanqueado por dos pequeñas sierras; a levante, una sucesión de colinas cubiertas de bosques que forman Monte del Agua y a Poniente una sucesión de picos rocosos que forman Teno Alto. Párate un rato en El Palmar y échale un vistazo al Centro de Visitantes Parque Rural de Teno (Finca Los Pedregales, sn; Tel: (+34) 922 447 974; E-mail: tenoparque@tenerife.es). Aquí vas a poder entender en su totalidad este espacio que, como descubrirás, trasciende lo natural o paisajístico; este es, también, un lugar cultural transformado por siglos de ocupación humana. El Palmar es la ‘capital’ de Teno pese a no ser más que un par de decenas de casas apelotonadas a lo largo de la carretera. Pero es un lugar importante. Un paseo por la zona te va a mostrar todo un mundo de terrazas de cultivo y viejas acequias de lo que, aún es, uno de los graneros de la isla. Si te gusta la tradición en mayúsculas no dejes de visitar el Molino El Palmar (Calle la Cruz, 11; Tel: (+34) 625 587 319), que produce uno de los mejores de la isla. El Palmar ocupa la zona central del valle. Desde aquí puedes acceder al sendero que sube hasta el Monte del Agua, una de las manchas de fayal-brezal y laurisilva más importantes de Tenerife.
Si vas con poco tiempo te aconsejamos dejar para otra ocasión este sendero. La prioridad es subir hasta Teno Alto. La carretera de acceso a esta zona parte desde el Centro de Visitantes y aunque impresiona (es estrecha y empinada) está en buenas condiciones. Y da acceso, literalmente, a otro mundo. Teno Alto es un pequeño barrio rural que se sitúa en lo más alto del macizo. El lugar es mágico. En los últimos años, una densa capa de vegetación ha ido cubriendo los bancales dónde se plantaba el cereal. El pueblo actúa como pequeño núcleo de una verdadera red de caminos que conectan antiguas fincas con sus casas, sus eras y corrales. Estamos en las montañas que caen a plomo sobre el mar a través de Los Gigantes. Las vistas sobre la vecina La Gomera son, simplemente, espectaculares: como si pudieras saltar sobre ella. Y si miras a tus espaldas podrás ver como El Teide emerge tras las llanadas verdes de la meseta que forma el macizo. Deja el coche junto a la pequeña ermita y camina un ratito. No te vas a arrepentir.
Fin de fiesta en Masca.- Hablábamos antes de fronteras. En el seno del parque también hay dos zonas bien diferenciadas: el Valle de El Palmar y sus montes y, por otro lado, el risco. Los Altos de Baracán sirven de nexo entre estos dos mundos. Aquí, el camino deja el entorno de El Palmar y se interna en un paisaje marcado por la verticalidad y los abismos. Este lugar sirvió durante siglos de cruce de caminos entre Teno y los pagos del sur tinerfeño a través de los llanos de Santiago del Teide. Aquí, el camino se pega a las laderas de la montaña conectando pequeños pueblos que ocupan las cabeceras de barrancos que caen con rapidez hacia el mar. El más famoso de ellos es Masca, un lugar que se ha convertido en una especie de meca mítica para propios y extraños. Masca es un pueblecito bonito con casitas tradicionales que se aferran a un par de andenes naturales lo suficientemente anchos para dar cabida a dos o tres casas. Un lugar espectacular que sirve de arranque de uno de los senderos más paradigmáticos de la isla.
Bajar hasta la Playa de Masca es adentrarse en las tripas de Tenerife. Este sendero de poco menos de cinco kilómetros de longitud requiere de unas dos horas. Mucho tiempo para tan poca distancia (lo normal es caminar algo más de cuatro kilómetros en una hora). Pero es que deberás pasar bajo enormes piedras; subir y bajar; usar una pequeña ‘vía ferrata’ inofensiva; saltar de piedra en piedra. Este camino recorre en toda su longitud el Barranco de Masca. El primer tramo transcurre en un vallecillo agradable con palmerales pequeñas manchas de bosque termófilo y terrazas de cultivo, pero pronto se encajona entre paredes verticales que alcanzan los 400 metros de altura y apenas dejan ver un trocito de cielo. Aquí nos encontraremos con viejas rocas que datan de aquellos primeros años de existencia de la isla; son, literalmente, sus entrañas. La meta es una playa que alterna piedras y una pequeña franja de arena cuando baja la marea. Un lugar muy especial. La manera más cómoda de hacer este sendero es a través de alguna empresa que se encargue del transporte o dejar el coche en Puerto Santiago –Los Gigantes-, tomar un taxi hasta Masca y volver a Puerto Santiago en barco.
La ruta propuesta abandona el área de Teno rumbo a la hermosa población de Santiago del Teide. Haz una parada en el Mirador de Cherfe y mira la divisoria entre las dos comarcas. Una buena manera de terminar el paseo es llegar hasta la Playa de los Guíos, en Puerto Santiago, y ver los acantilados desde la perspectiva contraria a Punta de Teno.
Fotos bajo Licencia CC: Udo Schröter; Franco Vannini; Vasile Cotovanu; Jon Gudorf Photography; Carsten Frenzl; Tony Hisgett; Around Tenerife
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