Cuatro Puertas y el sol: una visita sencilla a uno de los más completos yacimientos arqueológicos de Gran Canaria

Interior de la gran sala excavada de Cuatro Puertas.

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Los canarios vivieron con un ojo puesto en la tierra y el otro en el cielo. En julio de 2019 la UNESCO incluía en su catálogo de Patrimonio Mundial un conjunto monumental de yacimientos arqueológicos vinculados con las cumbres de la isla: Risco Caído y los Espacios Sagrados de Montaña. Los canarios y canarias formaron una sociedad singular y perfectamente adaptada a las duras condiciones de su hábitat. Tuvieron que adaptarse a un lugar extraño en el que, por ejemplo, no había posibilidad alguna de encontrar metal. Y aún así colonizaron la isla, la transformaron, la cultivaron y la hicieron escenario de una cultura única que, en el plano simbólico y religioso, rendía culto a los astros como mensajeros del transcurrir de las estaciones. Muchos de estos espacios sagrados de montaña son lugares artificialmente transformados para determinar el paso del tiempo a través del juego de luces y sombras provocado por el sol y la luna en las diferentes efemérides astronómicas (usando como puntos de referencia los solsticios y equinoccios). La propia Risco Caído y el Bentayga son los máximos exponentes de estos observatorios astronómicos en las cumbres de Gran Canaria. Pero en la isla hay otros lugares ‘sagrados’ vinculados por la ciencia con la observación del camino de los astros.

Los atardeceres de los días cercanos al 21 de junio son mágicos en Cuatro Puertas. Cuando el sol se tumba hacia las cumbres buscando la tarde, una rendija de sol se cuela entre los pilares de piedra de esta magnífica cueva artificial creando un fenómeno tan sencillo como grandioso. La luz del sol se va transformando en dos manchas de luz que recorren la sala de la gran sala hipogea hasta llegar a la pared oeste poco antes de que el sol se oculte tras las montañas. Sólo sucede en un lapso de tiempo que va desde los días previos al solsticio de verano hasta la noche de San Juan (24 de junio). El resto del año, el interior de esta enorme cueva artificial que orienta sus enormes cuatro puertas (de ahí el nombre) hacia el norte no recibe un solo rayo del sol. No puede ser casualidad. Se trata de un fenómeno totalmente intencional metódicamente diseñado para anunciar la llegada del verano. Aquellas gentes necesitaban controlar el paso del tiempo para organizar los trabajos de siembra y cosecha. Dependían de ello para sobrevivir. Y no es de extrañar que estos fenómenos astronómicos se convirtieran en festividades religiosas. Como la Navidad cristiana, que coincide con la vuelta del sol hacia el sur tras el parón de tres días tras el solsticio de invierno; o la pascua (equinoccio de Primavera y la idea de muerte y resurrección); o San Juan (verano) o Todos los Santos (otoño y ese universo simbólico de la muerte).

Lo mejor de Cuatro Puertas no es sólo su fácil acceso y su cercanía a grandes núcleos de población como Telde o Las Palmas de Gran Canaria (está a apenas 42 kilómetros de Maspalomas y se puede acceder en transporte público desde Telde, Ingenio y Agüimes). Lo mejor de este lugar es que permite ver, en un solo lugar, un hábitat casi completo vinculado a los antiguos canarios. Sobresale la enorme cueva artificial excavada a golpe de piedra de 17 metros de largo, siete de ancho y más de dos de altura; sus tres pilares enormes; las cazoletas y silos de su interior; la terraza que mira al norte cubierta de agujeros que debieron soportar vigas y algún techo… Pero hay más. Mucho más. Primeramente hay un paisaje formado por viejas terrazas de cultivo hoy abandonadas que bajan hacia un mar próximo en lugares como Tufia y la Península de Gando (lugares íntimamente ligados a los aborígenes y algunos hechos históricos de la conquista de la isla y hasta el descubrimiento de América). Ese paisaje debió ser el que cultivaron aquellos hombres y mujeres que esperaban nuestro 21 de junio para festejar la llegada del verano.

Muy cerca de la cueva hay otra estructura excavada en la roca que, según los expertos, sería otro de los recintos religiosos del yacimiento. El conocido como Almogarén es un lugar despejado y alisado de manera artificial en el que se excavaron grandes canales que describen un enorme círculo  que se prolonga hacia el este con varios canales rectilíneos. Un canalillo zigzagueante se excavó en uno de los extremos internos del círculo y desemboca en el canal principal. Es un lugar con un diseño complejo al que hay que añadir cazoletas y curiosos grabados en la cara oeste de la terracilla. Dicen los que saben de esto, que aquí practicaban los canarios sus ritos y sacrificios en forma de leche y agua. Desde aquí se domina la costa este de la isla y en los días claros puede verse la vecina isla de Fuerteventura. Ya lo que hemos visto justifica per se una visita. Pero es que hay más. Para muchos, este es el yacimiento más bonito y completo de la isla. Es mucho decir con lugares como La Fortaleza, Lomo de Los Gatos o la famosa Cueva Pintada. Pero es uno de los lugares que hay que ver sí o sí si te gusta la historia y pasas por la isla.

Una ciudad vertical.- Desde la zona del Almogarén parte un antiguo camino excavado en la roca por los antiguos canarios que conecta el ‘área ritual’ con la zona residencial de la Montaña Bermeja, que es el nombre de la colina donde se localiza el yacimiento. Ya el camino es toda una obra de ingeniería que incluye vados, escaleras y hasta dos túneles excavados en la roca. Las cuevas artificiales que servían como viviendas se encuentran en la cara sur de la montaña. En un lugar protegido de los vientos fríos y húmedos que en Canarias soplan desde el norte. Eso refuerza el significado religioso y simbólico del gran hipogeo de Cuatro Puertas. Allí, sencillamente, haría mucho frío y viento para vivir cómodamente. Pero las cuevas de la fachada meridional están al resguardo. Aquí te vas a encontrar varias cuevas instaladas en andenes de la pared de la montaña. Las más impactantes son la primera que te encuentras nada más llegar y una de las más alejadas. La primera es conocida como Cueva de los Papeles y su importancia radica en la existencia de grabados en forma de triángulos invertidos que se identifican como amuletos propiciatorios para la fertilidad. Aquí fíjate también en la calidad de la puerta de entrada, su canal de expulsión de agua y hasta los huecos para encajar los marcos y puertas de madera.

La segunda de los espacios del que te hablábamos es la conocida como Cueva de los Pilares, una enorme cavidad excavada que soporta el peso de su techo en grandes columnas; una de ellas realizada con piedra seca. Esta parte del yacimiento es la que presenta peor estado de conservación y pueden verse varios restos de derrumbes. Algunas piedras gigantescas y cuevas a medio desmoronar ponen de manifiesto que este lugar debió ser más grande y mucho más espectacular en sus buenos tiempos. También se pueden ver restos de graneros y huellas de las escaleras y veredillas que debían conectar esta verdadera aldea vertical desde la que se domina una buena porción del levante grancanario.

Yacimiento Arqueológico de Cuatro Puertas: Lugar de Cuatro Puertas sn; acceso por GC-100. No tiene centro de visitantes.

Cómo llegar: La localidad de Cuatro Puertas se encuentra a 6,3 kilómetros de Telde, a 8 de Ingenio y 11,6 por la GC 100. La línea 35 de la empresa de transporte público Golbal conecta estos tres lugares con el entorno inmediato al yacimiento.

Horario del monumento: Abierto las 24 horas

Precio de la Entrada: Gratuito

Patrimonio Mundial de la UNESCO: No

Fotos con Licencia CC: Jan Helebrant

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