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Grazalema: pueblos blancos y bosques milenarios en las sierras de Cádiz

Cabras montesas en las cumbres de Grazalema.

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El pinsapo es una de las reliquias vegetales más raras y escasas del mundo. Esta conífera de gran porte (puede superar los 30 metros de altura) y de silueta elegante tiene sus últimos refugios en torno al Estrecho de Gibraltar: en las dos orillas. Del lado marroquí, el pinsapar se reduce a pequeñas manchas en el sorprendente Parque Nacional de Talassemtane, uno de los lugares más bonitos e intensos del norte del país alauita. Y en la orilla norte, se le puede encontrar, de manera natural, en el recientemente creado parque Nacional de la Sierra de Las Nieves, en Sierra Bermeja y en Grazalema. El pinsapo es un árbol exigente. Demanda grandes cantidades de agua durante todo el año, algo que podría considerarse poco coherente si hablamos del sur de las provincias de Cádiz y Málaga. El pinsapar es una auténtica esponja que requiere de buenas precipitaciones durante todo el año y que, como otras coníferas, tiene la capacidad de ordeñar las nubes gracias a sus hojas en forma de pequeñas agujas apretujadas. Una verdadera red que atrapa el agua y lo precipita hacia el suelo creando verdaderos vergeles en las sierras atlánticas y mediterráneas de Andalucía Occidental. El Pinsapo es la especie emblema de la Sierra de Grazalema, un lugar único de las serranías gaditanas dónde llueve casi más que en la lejana Galicia.

El Parque Natural de Grazalema se encuentra a 121 kilómetros de Sevilla, a 112 kilómetros de Cádiz y a apenas 85 kilómetros del Aeropuerto de Jerez. Así que da perfectamente para una escapada de puente o para un fin de semana. ¿Dónde alojarse? La propia localidad de Grazalema no es mala opción: aquí hay varias casas rurales y alojamientos familiares. Otras opciones a escasa distancia del parque natural son Zahara de la Sierra (con varios alojamientos rurales y un hotel) y el pueblo de Ubrique. Esta zona de las sierras de Cádiz da para mucho y lo mejor es hacer kilómetros por las carreteras de montaña e ir conectando los diferentes puntos de interés y senderos para ir descubriendo los tesoros que guarda la montaña. Pequeños pueblos; grandes bosques; dehesas; encinares; castillos; yacimientos arqueológicos…

El Pinsapar; la joya de la corona.- Lo primero que tienes que tener en cuenta antes de internarte en este bosque mágico es que para realizar la travesía del Pinsapar hay que inscribirse en el Centro de Interpretación que se encuentra en la localidad de El Bosque (Federico García Lorca, 1; Tel: (+34) 956 709 733) o, más conveniente por el escaso número de permisos diarios que se reservan, hacerlo previamente a través de correo electrónico (cvelbosque.amaya@juntadeandalucia.es). El sendero lineal del Pinsapar tiene una longitud de 11,2 kilómetros y un desnivel máximo de unos 300 metros de subida (saliendo desde Benamahoma) y otros 900 de bajada hasta el parking de Las Canteras. El camino transcurre por la cara norte del Pico Torreón, que con sus 1.648 metros sobre el nivel del mar es la cima de la provincia de Cádiz. Aquí podemos ver al Pinsapar en todo su esplendor (unas 400 hectáreas de extensión); y también viejos pozos de nieve, fuentes, acequias y canalizaciones.

Benamahoma y el agua.- El pequeño pueblo de Benamahoma es una de las localidades que se encuentran en pleno parque. Y también un ejemplo de la importancia del agua en la comarca: desde el punto de vista natural y cultural. El Río Majaceite atraviesa esta parte de Grazalema y corre hacia el oeste para alimentar las vegas de El Bosque y Ubrique (en el Embalse de Los Hurones). Desde aquí parte el Sendero del Majaceite que baja junto al cauce hasta el vecino pueblo de El Río pasando por la Cascada Honda de Benamahoma. Pero antes de echarte a caminar puedes visitar el Ecomuseo del Agua del Molino de Benamahoma (Nacimiento, 37) un viejo batán industrial (máquinas movidas por el agua) que pone de manifiesto la importancia de los cauces para la economía local más allá de su aprovechamiento agrícola y ganadero.

El Castillo de Zahara de La Sierra.- Zahara de la Sierra está, por méritos propios, en el listado de pueblos más bonitos de España. Este pueblo blanco se abraza literalmente a un peñasco impresionante que sirve de fortaleza natural y mirador. Sólo por pasear por sus callejuelas y asomarse a sus miradores merece la pena la visita (con lugares bastante notables como la Iglesia de Santa María de la Mesa –con un retablo barroco muy bonito-). Pero el punto fuerte del pueblo es su antiguo castillo y recinto amurallado. La Puerta de la Villa da paso a la antigua Zahara, que en tiempos anteriores a la conquista cristiana estaba mayoritariamente encerrada por las murallas (lo puedes ver en el Centro de Interpretación de la Villa Medieval –El Fuerte, 15-). Murallas adentro podrás ver restos de la Iglesia Mayor (previamente mezquita), rastros de las antiguas casas, las murallas y la soberbia Torre del Homenaje, que corona la zona más alta del peñasco ofreciendo vistas brutales. Aprovecha que estás por aquí para visitar la Garganta Verde (CA-9104), una verdadera trinchera excavado por el Arroyo de los Ballesteros dónde puedes ver al mítico buitre leonado (hay que solicitar permiso a través del correo cvelbosque@reservatuvisita.es o en el teléfono (+34) 956 709 733).

La A-374 entre Grazalema y Ubrique.- La carretera de las maravillas. Esta ruta de 26 kilómetros recorre uno de los parajes más bonitos de toda la sierra. Casi siempre a los pies de peñas llenas de cuevas (como la de Las Dos Puertas muy cerca de Grazalema) en un ambiente que alterna grandes manchas de encinar y alcornocal con prados siempre verdes. Una ruta para ir haciendo paradas para conocer verdaderas joyas naturales como el Chaparro de las Ánimas, un enorme alcornoque singular que está íntimamente ligado a la historia del pueblo de Grazalema: el corcho de este árbol se dedicaba a la compra de aceite para las lamparillas de ánimas de la iglesia. También hay pequeños pueblos (Villaluenga del Rosario y Benaocaz) y algunos restos arqueológicos interesantes como la vieja calzada romana que atravesaba estas sierras desde Ubrique. Si te gusta andar no dejes de subir al Saltadero desde el Paraje del Cintillo, uno de los rincones más hermosos de la ruta. El camino no es largo y las vistas merecen la pena.

Ubrique: mucho más que la capital del cuero.-  Ubrique es uno de los famosos pueblos blancos de Cádiz y es conocido en Andalucía por la calidad de sus cueros que es la materia prima con la que se elaboran buena parte de los artículos de marroquinería de alta gama de Europa (aquí fabrican grandes marcas de la industria del lujo y varias empresas independientes). Una fama que no es nueva ya que las tenerías y los artesanos locales son famosos, por lo menos, desde principios del siglo XVI, aunque es probable que la tradición venga de tiempos de musulmanes o más atrás. El pueblo es muy bonito (hay que verlo desde arriba en la subida a la Cruz del Tajo). Y sólo por eso merece la visita, pero el cuero es un aliciente más. Y no es de extrañar que la punta de lanza del turismo cultural del pueblo sea un museo dedicado a la principal industria local que lleva el nombre rimbombante de Manos y Magia en la Piel (Herrera Oria, 10), que ocupa un antiguo convento de Capuchinos del siglo XVII. Muy cerca de aquí se encuentra El Rodezno, una zona bañada por las aguas que bajan desde Grazalema en la que funcionaron las tenerías del pueblo hasta casi antes de ayer.

Pero hay mucho más que ver en Ubrique. Dentro del pueblo hay que dejarse perder por sus callejuelas para ir descubriendo sus edificios más notables: la extraña San Juan de Letrán (San Juan, 9), una vieja iglesia de planta octogonal que alberga el Museo de Historia de Ubrique; la Ermita de San Antonio (La Torre, 60), construida sobre una vieja fortificación nazarí; la Casa del Dintel (San Juan, 6), un palacete del siglo XVI o la Parroquia de Nuestra Señora de la O (Francisco Fatou, sn), una sencilla basílica del XVIII. Mención aparte merece la antigua Ocuri, la población romana que dio origen a Ubrique y que puede visitarse en lo alto de un cerro muy cerca del pueblo actual. Subir por la calzada romana es toda una experiencia y lo que te encuentras arriba merece mucho la pena de ver incluyendo el sorprendente Mausoleo, uno de los edificios romanos mejor conservados de España.

Fotos bajo Licencia CC:  Pepe Rodríguez Cordon; Turismo Cádiz; José Luis Sánchez Mesa; Manuel Sánchez Velasco; Abel Maestro García; Konrad Hädener; Olive Titus

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