Notas para una ruta por la Sierra Norte de Sevilla

Las Dehesas ganaderas son una parte fundamental de los paisajes serranos de Sevilla.

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Andalucía es generosa en lugares que visitar. Cada una de las provincias andaluzas es un destino completísimo en sí mismo pero es verdad que en Sevilla el protagonismo casi absoluto de su capital opaca todo lo que puede ofrecer el resto de la provincia. Sierra Morena actúa de frontera natural entre el sur de la Península y ese universo propio de las mesetas. Las serranías de Huelva, Córdoba y, especialmente, las de Jaén son uno de los paraísos del turismo rural de España. Y este cordón de sierras que corre en paralelo al Valle del Guadalquivir también tiene su lógica continuidad en el norte sevillano: y la verdad es que no sólo hay mucho y bueno que ver desde el punto de vista natural. Estamos hablando de una comarca histórica con un patrimonio apabullante que se remonta mucho más atrás de la romanización peninsular. Aquí vas a encontrar castillos, viejas minas romanas, pinturas rupestres y una colección de pueblos blancos que no tiene nada que envidiar a sus vecinas (como Cádiz o Málaga). Así que no es mala idea planificar una ruta por estos parajes como complemento a una visita a Sevilla o como escapada.

Un entorno natural de altura.- La mejor manera de entender este espacio es subir hasta el Mirador de la Capitana (a casi mil metros de altitud) y alternar con buitres y águilas. Si vas con un coche 4X4 es fácil llegar hasta casi el pico de la montaña, pero si quieres subir andando vas a tardar algo más de una hora de subida y lo mismo de bajada. Este es un lugar que ejemplifica a la perfección esta comarca: hacia el sur podrás ver todas las cadenas de picos y colinas y hacia el norte los primeros valles que adelantarán la cercanía de la mítica dehesa extremeña. La Sierra es fecunda en maravillas naturales. Destaca el espacio de Las Navas-El Berrocal (Acceso desde el Mirador del Monte Calvario), un trozo de bosque mediterráneo muy bien conservado de más de 8.000 hectáreas. Aquí mandan la encina y el alcornoque, que han reconquistado su terreno en un paisaje marcado por las colinas suaves y los valles amplios que se usaron desde siempre como dehesas ganaderas. Un viejo cortijo ganadero sirve de Centro de Interpretación (que sólo abre los sábados y los domingos) dónde puedes ver uno de los troncos de árbol fosilizado mejores conservados del mundo (éste tiene más de 300 millones de años). Jabalíes, ciervos, nutrias en los arroyos, águilas reales e imperiales… Ahora mismo se está realizando una reintroducción del conejo para la posterior llegada de un vecino ilustre: el lince ibérico. Otro punto importante de este tramo de la sierra es el cauce del Arroyo Calzadillas, que tiene un tramo de cascadas y pozas que es una preciosidad.

El otro gran conjunto natural de la comarca es el cauce alto del Río Huéznar que coincide con uno de los pueblecitos blancos que hay que ir a ver sí a sí. Aquí vas a matar dos pájaros de un tiro. Por un lado vas a poder ver pequeñas joyas históricas como el Puente Romano (aunque en realidad es de finales de la Edad Media) o la Iglesia de San Sebastián y San Diego (de un precioso estilo mudéjar y con un retablo barroco impresionante). Y por el otro puedes disfrutar del propio Huéznar y su tributario Arroyo de Los Parrales. En este último vas a poder ver el puente romano y una estupenda playa fluvial; y de ese Huéznar recién nacido hay que destacar su propia fuente y, un poco más abajo del pueblo, unas cascadas muy bonitas.

Una comarca minera desde hace varios milenios.- Estas tierras atrajeron la codicia de los hombres desde hace milenios. La presencia humana en toda la comarca desde antes de la llegada de los romanos queda patente en lugares como la Cueva de Los Covachos , con algunas pinturas rupestres y más de 10.000 inscripciones posteriores, o la Necrópolis de La Traviesa (Finca Pública La Traviesa), en la que podemos ver viejas cistas de piedra que datan de la Edad del Bronce (el yacimiento ha sido musealizado). Casi todos los pueblos que anduvieron por estas tierras aprovecharon sus riquezas naturales: y la minería fue la actividad más importante. De tiempos de los romanos (que seguramente ocuparon minas anteriores) tenemos la Cantera de Mármol de Los Covachos (junto a la cueva), la Mina de la Lima (Acceso desde El Pedroso) y la Mina de Cerro de Hierro (Acceso SE-103), que tuvieron en explotación hasta mediados del siglo pasado. Pero la explotación minera por antonomasia de la comarca está en Villanueva del Río Y Minas (en el extremo sur y ya con un pie y medio en la vega del Guadalquivir). Aquí se explotaron vetas de carbón hasta probablemente antes de ayer y aún pueden visitarse instalaciones antiguas como las del Pozo Número 5 , uno de los mejores conservados de Europa en su especie.

Pueblos, ciudades, castillos.- Las riquezas atraen a las gentes. Y ahí están los rastros de la actividad humana desde tiempos antiquísimos. Casi todos los pueblos de la actualidad hunden sus raíces en tiempos de íberos, por ejemplo. Pero fueron los romanos los que crearon una verdadera trama de pequeños centros urbanos conectados entre sí para ocupar de manera efectiva toda la comarca. Algunos lugares se transformaron en los pueblos de hoy, pero otros, como la antigua Munigua (Cañada Real del Pedroso, sn) cayeron en el olvido hasta que llegaron los arqueólogos. Y por eso hoy pueden verse los cimientos de sus termas, el trazado de sus calles y la imponente mole del Templo de Fortuna y Hércules . Otras pequeñas ciudades romanas, como Constantia Julia han ido sumando capas de historia sobre sus cimientos y siguen ahí orgullosas de sus piedras nobles. Constantina es una verdadera villa monumental con un castillo de traza árabe pero de origen romano; una iglesia, Santa María de la Concepción , que se cuenta entre las más bonitas del norte sevillano (su torre renacentista es una pasada); un casco urbano de casas blancas y calles laberínticas; varios pozos de nieve históricos…

Los pueblos de la comarca son lindos que ver. Y casi cada uno es especial por alguna razón. En Alanís hay que ver su castillo árabe; de Guadalcanal destaca el templo gótico mudéjar de San Sebastián; de El Pedroso hay que destacar las pinturas renacentistas de la Iglesia de la Concepción; en el Real de La Jara merece la pena su castillo mudéjar y en Almadén de la Plata presume de su hospital del siglo XV y de su plaza de toros hexagonal del siglo XVIII (es de las más antiguas de España).

Una pequeña guía de Cazalla de la Sierra.- Hablar de Cazalla de la Sierra es ya otra cosa (sin desmerecer un ápice a sus vecinas). Esta población ostenta el título de Conjunto Histórico Artístico. Hay que tener en cuenta varios datos que explican esta importancia: el más notable es que era una de las paradas de la Vía de la Plata desde tiempos de Roma. Y de ahí su importancia como ciudad y la magnitud de algunos de sus monumentos. Sin ir más lejos, a la Iglesia de la Consolación (Plaza Mayor, 2) la llaman la catedral del norte. En torno al templo podemos ver los restos de un torreón y algunos arcos de herradura que nos recuerdan que aquí estuvo el castillo almohade de una ciudad que era clave para la defensa de Sevilla durante la época musulmana. De Cazalla destaca su arquitectura blanca, el trazado musulmán de sus calles y mil detalles. El Palacio de San Benito; el Mercado de Abastos –claustro de un antiguo convento-; la Plaza del Concejo; la calle Virgen del Monte; el Jardín de los Sentidos –o como los locales lo llaman micro jardín botánico emocional-… El pueblo entero es una maravilla y merece la pena pasar un par de horas descubriendo los rinconcitos, las ermitas, las viejas casonas.

Pero Cazalla es famosa por otras dos cosas. Una terrenal y otra espiritual. Aquí está una de las cuatro cartujas andaluzas. Este Monasterio Cartujo del siglo XV no tiene la vistosidad de sus homólogos sevillanos y granadino, pero es bonito de ver y está en un entorno espectacular. El otro de los elementos es la vid y los famosos vinos y aguardientes de Cazalla. En el Centro del Aguardiente de Cazalla (San Francisco, sn) se hace un recorrido histórico que muestra la importancia pasada y reciente de esta industria en la ciudad.

Fotos bajo Licencia CC: Julen Iturbe-Ormaetxe; Banco de Imágenes Geológicas; Ana Macarro ; Carole Raddato ; Cristina Fernández ; Nacho Aragón Mora ; Emilio Ortíz Coral ; Roger Ward

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