Cantabria realizará la reválida de Bachillerato, si finalmente hay que hacerla, pese a haberla recurrido ante el Tribunal Supremo, para no perjudicar a los estudiantes. Así lo ha reconocido el consejero de Educación, Ramón Ruiz (PSOE), ante el riesgo de que los alumnos no tengan luego la nota para acceder a los estudios universitarios.
Lo ha confirmado durante el acto oficial de apertura del curso escolar 2016-2017, que se ha llevado a cabo en el Centro de Profesorado de Viérnoles en Torrelavega y al que también han asistido el presidente regional, Miguel Ángel Revilla, y la vicepresidenta, Eva Díaz Tezanos.
A pesar de este anuncio y de garantizar que “Cantabria está preparada por si hay que hacerlo”, ha asegurado que “confía sinceramente” en que finalmente se “entre en razón” y que no se lleven a cabo en España las reválidas previstas en la Ley Orgánica de Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE) en 4ª de Educación Secundaria Obligatoria ni en Bachillerato.
Respecto a la de 4ª de la ESO, también recurrida, Ruiz ha asegurado que la comunidad autónoma se opondrá “con toda la fuerza” a esta prueba.
En su intervención, el consejero ha subrayado que las reválidas que prevé la LOMCE, una ley a la que ha recordado que el Gobierno autonómico “se opone” al considerar que “no mejora la calidad” de la educación y “segrega a los alumnos”, supone un “paquete impresionante” de gasto económico y de recursos humanos.
Como ejemplo, ha señalado que solo la de Bachillerato exigirá preparar pruebas para 51 materias (8 troncales, 20 de opción y 23 específicas), lo que supondría tener que emplear en su preparación a entre 160 o 200 profesionales de la educación. “Es un gasto humano y económico increíble”, ha advertido.
De hecho, el consejero ha explicado que el hecho de que la LOMCE se haya implantado este curso ya “plenamente”, llegando a 2º ESO y 4º ESO, ya ha generado un “gasto económico” y de “recursos humanos”, por, entre otros aspectos, la necesidad de hacer “desdobles” de aulas en algunas materias.