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¡¡¡¡Mariooooo!!!!

La noche ha sido muy calurosa. Tras un verano tenue, en la velada que se fallaban los Premios Nacionales de Gastronomía la canícula ha caído a plomizo. Pero nada importa cuando los nervios acucian. Como periodistas optaban tres: Alberto Luchini (El Mundo), Emma Sueiro (ABC) y Pablo Amate (Vocento). Ha sido el último el que se ha alzado con el reconocimiento. «La nominación ya me pareció fabulosa pero el haber conseguido el premio ha sido increíble». Amate, que aprendió de los mejores del Sur, no cabía en sí de gozo.Otro de los premios ha ido para la Comunidad Valenciana. Por primera vez en los 39 años de los Premios Nacionales de Gastronomía el galardón de Mejor Jefe de Sala ha ido a parar un valenciano. Javier de Andrés, del Grupo La Sucursal andaba pletórico. «A nivel personal, no te imaginas lo que es. Inimaginable. Y a nivel Comunidad Valenciana esto es un salto cualitativo, este premio viene a decir que existe alta hostelería en nuestra Comunidad». De hecho, Cuchita Lluch, presidenta de la Academia Valenciana de Gastronomía, «para la Comunidad significan muchísimo las nominaciones, pero el premio de Javier ha sido increíble. ¡Vale mucho!».

Otro nominado, dentro de la categoría de jefe de cocina, ha sido otro levantino, Kiko Moya. Y aunque el ganador ha sido Mario Sandoval (Coque, Columbus), no se ha mostrado en absoluto alicaído pues «la nominación es la antesala de que el premio llegará». Rafael Ansón, Presidente de la Real Academia de Gastronomía suscribía las palabras de Moya: «Sin duda. Su trabajo es excelente y le llegará en otro año su premio». Según Ansón, los premios este año se han elegido por «unanimidad».

El plato fuerte ha sido el galardón a Mario Sandoval, un cocinero madrileño que ya cargaba en sus espaldas una tercera nominación. «Ha sido increíble, muy emotivo», decía el chef. Sandoval, que desde hace unos meses ha supuesto un revulsivo en la gastronomía nacional al hacerse cargo de FACYRE (la Federación de Cocineros de España) no podía ocultar su emoción. Acompañado por su hermano Diego, ha acabado la velada con sus más afines celebrando un premio que se le resistía.

La convocatoria, en la Terraza del Casino, ha suscitado gran interés y ha reunido a lo más granado de la gastronomía. Por un lado, Juan Echanove, académico y gastrónomo de pro, ha ejercido de maestro de ceremonias, y el ministro José Manuel Soria ha dejado bien patente el importante papel que ejerce la cosa culinaria en la industria turística española. El Presidente de la Real Academia de Gastronomía, en declaraciones a El Diario ha destacado que «lo importante es la continuidad de los premios, y por otro lado, que se premie la innovación y la creatividad, y eso se ha conseguido».

Los Premios Nacionales de Gastronomía han congregado a buena parte de la prensa gastronómica y a una importante representación del sector. En palabras de Ramón Freixa, «los premiados me parecen un diez. Son auténticos profesionales en sus respectivas disciplinas».

Lo cierto es que, a pesar de haberse entregado a mediados de julio, había muchos nombres importantes del sector como la inteligentísma Cuchita Lluch (Presidenta de la Real Academia de Gastronomía de Valencia, que ha sabido comunicar la excelente gastronomía que se está desarrollando en el Levante español), Joan Ras (Presidente de la Academia de Gastronomía Catalana), y cocineros de renombre como Diego Guerrero, Estanis Carenzo y los propios nominados como Kiko Moya y Mario Sandoval, a excepción de Eneko Atxa.

La noche, para los cercanos a Mario Sandoval, acabó en Columbus, su buque insignia en la capital.

La noche ha sido muy calurosa. Tras un verano tenue, en la velada que se fallaban los Premios Nacionales de Gastronomía la canícula ha caído a plomizo. Pero nada importa cuando los nervios acucian. Como periodistas optaban tres: Alberto Luchini (El Mundo), Emma Sueiro (ABC) y Pablo Amate (Vocento). Ha sido el último el que se ha alzado con el reconocimiento. «La nominación ya me pareció fabulosa pero el haber conseguido el premio ha sido increíble». Amate, que aprendió de los mejores del Sur, no cabía en sí de gozo.Otro de los premios ha ido para la Comunidad Valenciana. Por primera vez en los 39 años de los Premios Nacionales de Gastronomía el galardón de Mejor Jefe de Sala ha ido a parar un valenciano. Javier de Andrés, del Grupo La Sucursal andaba pletórico. «A nivel personal, no te imaginas lo que es. Inimaginable. Y a nivel Comunidad Valenciana esto es un salto cualitativo, este premio viene a decir que existe alta hostelería en nuestra Comunidad». De hecho, Cuchita Lluch, presidenta de la Academia Valenciana de Gastronomía, «para la Comunidad significan muchísimo las nominaciones, pero el premio de Javier ha sido increíble. ¡Vale mucho!».

Otro nominado, dentro de la categoría de jefe de cocina, ha sido otro levantino, Kiko Moya. Y aunque el ganador ha sido Mario Sandoval (Coque, Columbus), no se ha mostrado en absoluto alicaído pues «la nominación es la antesala de que el premio llegará». Rafael Ansón, Presidente de la Real Academia de Gastronomía suscribía las palabras de Moya: «Sin duda. Su trabajo es excelente y le llegará en otro año su premio». Según Ansón, los premios este año se han elegido por «unanimidad».