La plataforma Stop Ganadería Industrial ha celebrado el “amplio rechazo popular” al plan regional de biometanización, cuya elaboración y evaluación ambiental fueron “adjudicadas a dedo” a una empresa que “desarrolla plantas de biogás”. El colectivo afirma que se han presentado más de 13.000 alegaciones al Plan Estratégico de Biometano en la región, y ha vuelto a alertar de que las macroplantas pueden suponer un “efecto llamada” a las instalaciones porcinas.
Por otro lado, señalan que, “según los datos de la Junta”, ya hay más de 50 plantas de biogás y biometano en tramitación. Este “aluvión” de proyectos ha generado la aparición de una veintena de colectivos vecinales que rechazan un modelo de macroplantas de biogás que consideran “hecho a medida para las empresas del sector para maximizar sus beneficios y que ignora las consecuencias ambientales y de salud pública para las poblaciones vecinas”.
Desde Stop Ganadería Industrial, recuerdan que la Consejería de Sanidad también se ha mostrado “en contra” de este plan. En el informe de la dirección General de Salud Pública, explican, se cuestionan “seriamente” muchos de los apartados del Plan y de su Evaluación Ambiental Estratégica. “La Consejería de Sanidad afea a la Consejería de Desarrollo Sostenible que no haya ninguna referencia a aspectos sanitarios en el Plan que va a regular las plantas de biogás en Castilla-La Mancha”. “No se detalla el riesgo de escape de gases que provocan irritaciones respiratorias, enfermedades pulmonares y otros daños”, citan desde los colectivos.
Biogás sí, pero “no así”
Según las plataformas vecinales, “este Plan fomenta un modelo de planta de biogás de enormes dimensiones, de alto impacto social y ambiental, que aumenta los riesgos ante cualquier incidente en la planta y que sólo busca la rentabilidad económica en detrimento del modelo más lógico de pequeñas plantas que respondan a los intereses concretos del territorio en lugar de a los intereses de las compañías energéticas y fondos de inversión”.
El modelo propuesto por el Plan, consideran, “va a ahondar en los desequilibrios territoriales, va a tener una contribución nula a la descarbonización y mitigación del cambio climático, no va a contribuir a la generación significativa de empleo en el mundo rural”.
Además, señalan que el tamaño medio de los proyectos de plantas que se están promoviendo es superior a las 150.000 toneladas, muchas de 200.000 y de 300.000, lo que estas plataformas consideran “una barbaridad pensada sólo para la cuenta de beneficios de las energéticas y fondos de inversión”. Este tamaño es muy superior al modelo de planta de biogás que es frecuente en países como Alemania.
Para estos colectivos, es innegable que las plantas de biogás en la región provocarán un efecto llamada para la instalación de más macrogranjas en nuestra región, además de las molestias que provocarán para la población y sus riesgos ambientales. Ponen de ejemplo la planta construida en la localidad valenciana de Lluxent donde el ayuntamiento se ha sumado a las frecuentes protestas de sus habitantes por malos olores, aparte de haber sufrido un incendio y otros incidentes.
Las plataformas vecinales “no consideran realistas ni las expectativas de empleo ni de inversión, y mucho menos las de fijación de población y también se oponen en todos los casos al uso directo del digestato, subproducto que generan las plantas de biogás, en los campos sin ningún tratamiento previo”. Además “es gravísimo que la Consejería de Desarrollo Sostenible pretenda aprobar un Plan redactado por la propia industria del biogás y que despierta alarma en la Consejería de Sanidad por no considerar las repercusiones sanitarias”.