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Recordar quiénes han sido para no olvidar quiénes son

Oriol Puig

Barcelona —

La compañía Kulunka Teatro se creó en 2010, en Euskadi, por Garbiñe Insausti y José Dault, jóvenes pero experimentados artistas de extensa trayectoria teatral. La inquietud de sus integrantes es experimentar con diferentes lenguajes escénicos. Todo ello, sin olvidar la idea de hacer un teatro accesible para el público. Un teatro vital, actual, comprometido y conectado con la realidad.

Crean espectáculos sin fronteras, con la voluntad de descubrir un lenguaje que trascendiera más allá de la palabra. Un lenguaje capaz de emocionar y divertir. Para ello, se apoyan  fundamentalmente en un teatro de gesto, en el que la máscara actúa como puente hacia una poética visual. Ellos abren las puertas del imaginario hacia un mundo en el que todo es posible.

Por ejemplo, un pequeño salón, de cuyas paredes cuelga el pasado, y suenan las teclas de una máquina de escribir y las notas de un violoncello. Los protgonistas son André y Dorine: una singular pareja de ancianos que, como tantas otras, ha caído en la desidia provocada por la rutina. Desde el humor veremos como lo que antaño despertaba la pasión del uno por el otro, hoy en día se ha convertido en indiferencia o incluso motivo de discusión.

Pero un suceso viene a romper esta monotonía: la enfermedad. El Alzheimer, nuestro gran antagonista. Devorador de los recuerdos, de la memoria, de la identidad. Se inicia entonces un volver a empezar en la relación entre André y Dorine.

Sin articular palabra, y sólo con un acompañamiento musical hecho a medida, el montaje de André y Dorine engancha al espectador. La bella poética visual y la utilización de máscaras multiplican la emotividad que desprenden los personajes. La magia de la máscara y el poder a la hora de comunicar y de emocionar es muy potente y muy poderosa.

La de André y Dorine es una historia de superación y de amor a cualquier edad. Una historia en común en todo el mundo. Su lenguaje es universal independientemente de la cultura, del idioma, y del lenguaje. Como explican sus creadores, “la obra se vive, se siente y se disfruta de la misma manera”. Un viaje a través del recuerdo donde sus protagonistas recuerdan quiénes han sido para no olvidar quiénes son.

La compañía Kulunka Teatro se creó en 2010, en Euskadi, por Garbiñe Insausti y José Dault, jóvenes pero experimentados artistas de extensa trayectoria teatral. La inquietud de sus integrantes es experimentar con diferentes lenguajes escénicos. Todo ello, sin olvidar la idea de hacer un teatro accesible para el público. Un teatro vital, actual, comprometido y conectado con la realidad.

Crean espectáculos sin fronteras, con la voluntad de descubrir un lenguaje que trascendiera más allá de la palabra. Un lenguaje capaz de emocionar y divertir. Para ello, se apoyan  fundamentalmente en un teatro de gesto, en el que la máscara actúa como puente hacia una poética visual. Ellos abren las puertas del imaginario hacia un mundo en el que todo es posible.