Triángulo amoroso en Ses Illes

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“ Alegra’t, poble, creix, avença

sense temors pel teu destí 

ara que un món més ric comença

i pots capir la força immensa 

dels coets que a la lluna fan camí …“

Miquel Dolç. Mallorca, 1984

El periodista y político  Vicent Ventura i Beltràn (Castelló, 1924- València, 1998), cuando escribía sobre la debatida vinculación del País Valenciano a los territorios del Triángulo Mediterráneo —País Valenciano, Baleares y Catalunya- afirmaba: “A mí me gusta pero, es que además conviene”. Interesa a cada una de las partes y al conjunto. Luego se enquistó el anatematizado concepto de los Països  Catalans .Que dio el pretexto más retrógrado a la caverna  para fabricarse un enemigo inexistente. A los expertos les queda todavía por valorar el alto coste que ha tenido, para la economía y la sociedad valencianas, la imposición del extrañamiento de unas relaciones con profundas raíces  económico-empresariales. Basadas en los flujos naturales del comercio y la vecindad. Aderezadas por la historia, la cultura, la lengua, la tradición, la política y el sosegado transcurso del tiempo.

Idilio

El triángulo amoroso que componen el País Valenciano, Catalunya y Baleares  se inició con el  hallazgo de la “Comonwealth mediterránea” que formuló el president de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, en Barcelona. Prosiguió en el encuentro del Cercle d’Economia, previo a la concesión de los indultos  a los políticos presos del “procés”. Cuando el presidente de CEOE, el bilbaíno Antonio Garamendi, fue convencido por Foment del Treball –la gran patronal catalana y fundadora de CEOE—de que una  declaración benevolente con la gracia a los encarcelados de Catalunya, allanaría  el acercamiento de las patronales dominantes al reparto de los fondos europeos—140.000 millones de euros—que han de llegar a España para la recuperación tras la pandemia.  Estos días ha tenido lugar un encuentro bigubernamental  entre los Consells de Ses Illes Balears  y de la Generalitat Valenciana. Se ha superado el bueno y repetido entendimiento interpresidencial entre Francina Armengol  y Ximo Puig. Han participado miembros de ambos gobiernos autonómicos pertenecientes a los diferentes partidos coaligados:  Més per Mallorca, U. Podemos, PSOE y Compromís.

Empresarios

Esta cumbre política C. Valenciana-Ses Illes Balears  forma parte de una estrategia de integración participativa entre políticos y empresarios.  Cuya prolongación está anunciada en una reaproximación, desde 1995, entre las Cámaras de Comercio de Barcelona (Catalunya) y la de València (Comunitat Valenciana).    Que tomará forma, según lo anunciado, con unas sesiones de trabajo en otoño,  entre ambas corporaciones. La Cámaras no han comparecido en  la cita de julio en Palma de Mallorca. Sin embargo ha sorprendido la nutrida representación empresarial, presidida por el jefe de facto de las entidades económico-empresariales en la CV,   Vicente Boluda Fos, en su calidad de cabeza visible de la Asociación Valenciana de Empresarios (AVE). Le acompañaban personajes  de relieve: Adolfo Utor, presidente de Balearia, Carlos Bertomeu, presidente de Air Nostrum, Salvador Navarro, refundador de la CEV, Eva Blasco, vicepresidenta  de CEV y posible alternativa a Navarro en la patronal autonómica. Junto a ellos el director del IVIE, Francisco Pérez y  redactor de los documentos de reivindicación económica valenciana, frente al gobierno central del Estado.

Relación 

Y no podía faltar el considerado ideólogo de esta operación de recomposición del Arco Mediterráneo español, Josep Vicent Boira. Ahora Alto Comisionado para el Corredor Mediterráneo, dependiente del ministerio de Movilidad y Transportes, con sede en  València. El Corredor Mediterráneo y la necesidad de rehacer las congeladas relaciones de negocio entre Baleares, País Valenciano y Catalunya, han actuado de espoleta para que se replantee, si no la voluntad, sí la conveniencia, que expresó y batalló en con tanta convicción y empeño, Vicent Ventura, Con  inteligencia y efectividad. A juzgar por la trayectoria y la diversa red de relaciones—las que hereda Boira de Ventura, sin saberlo—. Las que merecen un profundo estudio por parte de quienes quieren explorar de nuevo esa fórmula eficaz de liderar los intereses valencianos de todo tipo. Por todas partes –en Bruselas y en Madrid-- y condicionado por la persecución continuada de que fue objeto en su tierra y desde el Régimen Franquista.

Oráculo

Toda maniobra de calado necesita un inspirador. Alguien que, con solvencia intelectual, tenga la capacidad, la credibilidad y las relaciones necesarias para ensamblar cada uno los mimbres. Los que han de conformar la urdimbre de una gran operación intergeneracional y territorialmente compleja.  El caso de Josep Vicent Boira, cuyo papel va más allá de su marchamo académico, de catedrático de Geografía Humana en la Universitat de València. Boira se inició como director de la Fundació Ignasi Villalonga, con actividad en los tres puntos neurálgicos del conjunto: València, Barcelona y Palma de Mallorca. En 2015 fue secretario autonómico de Infraestructuras en el primer Consell del Botànic y abanderado de la lengua auctóctona de las tres áreas autonómicas.Cuya colaboración puede cuajar un viejo proyecto de líderes de altura. En el rango de Ignasi Villalonga, Joaquim Reig i Rodríguez, Francesc Cambó, José Antonio Perelló Morales, Francesc de P. Burguera, Martín Domínguez Barberá, Joaquín Maldonado, Miquel Dolç, Román Perpiná Grau, Joan Reglà, Miquel Tarradell, Josep Fontana, Alfons Cucó, Joan Fuster  o Ernest Lluch.

Prudencia

La precaución congénita en Josep Vicent Boira le ha llevado a conjugar su adiestramiento universitario con las excelentes relaciones que le aproximan a la élite empresarial del principal lobby económico valenciano, AVE. En cuyo entorno gira el poder en las entidades económico-empresariales y su control efectivo. No sin animadversiones y sin desavenencias más o menos abiertas. Con una patronal autonómica (CEV) inconexa, con la institución Feria València desarbolada, con unas Cámaras de Comercio que han abandonado su papel básico  de ser entidades consultivas para las administraciones. Carecen de servicios de estudio y de capacidad parara dirigir el comercio exterior y la formación empresarial. La Asociación Valenciana de Empresarios impone sus exigencias sin  que apenas haya quien rechiste ni discuta  sus designios. Ni dentro ni fuera. Los de dentro si discrepan, se les expulsa y a los de fuera, se les declara no gratos y se les complica la vida. El Corredor Mediterráneo, en su faceta ferroviaria y en otras muchas, junto con la causa de la financiación autonómica justa, han servido de caldo de cultivo para poner de acuerdo a Baleares , catalanes y valencianos en torno al agravio comparativo para poder progresar. Catalunya si necesita complicidades y cooperación las ha de encontrar en el archipiélago de Ses illes Baleares y en el País Valenciano. La lengua, la cultura, la tradición de muchas generaciones, la historia y la forma de padecer el centralismo, han llevado al nacionalismo español a errar su camino y a extralimitar sus estratagemas.

Vectores

Más allá del secesionismo y el mantra de la independencia hay  un frente unánime que rechaza la vía extrema y unilateral. Sin dejar de lado las razones  por las que el triángulo del Arco Mediterráneo español, cierra filas para recuperar protagonismo periférico. En línea con el fenómeno político vasco, cuyas magnitudes y eficiencias doblan, por ejemplo, las valencianas. Catalunya ha sufrido mucho en todos los frentes desde hace 15 años y la burguesía catalana ya no puede permitirse el lujo de perder más tiempo ni de tener paralizado su habitual crecimiento económico y social. Los pobres sufren, los ricos, también y la clase media menestral , quiere crecer y despegar. Este objetivo es el que ha esbozado el valenciano Josep Vicent Boira para Catalunya  en el artículo publicado el pasado 18 de junio en La Vanguardia:“ Viva la relación”. Donde expone su conveniente vinculación multidisciplinar con Ses illes Balears y con el País Valenciano. Sus zonas naturales de ampliación, para cooperar y expandirse. Donde termina una, nacen y crecen las otras, con el efecto benefactor de la cultura mediterránea. Crisol de idiosincrasia, tradición y civilizaciones.

Buen puerto

Es difícil pensar que todas las partes involucradas en esta operación supraterritorial coinciden en sus planteamientos y objetivos. ¿Qué pasa cuando ponemos juntos a Josep Sánchez-Llibre con Vicente Boluda o si tienen que equilibrar posicionamientos y entidad las Cámaras de Comercio de Barcelona y la de València?¿ O las 14 Cámaras catalanas y las cinco valencianas, comandadas por José Vicente Morata, que no ha sido capaz de intronizar el valenciano como idioma cooficial en sus corporaciones. Quiso hacerlo, por temor, y la conselleria de Economía de Rafael Climent, no se enteró ni exigió el gesto. ¿En qué hablan Ximo Puig, Vicente Boluda y Salvador Navarro en sus deliberaciones? ¿Serán conscientes de que la lengua no es un juego ni un estorbo para entenderse, sino todo lo contrario. Pere Aragonés y Francina Armengol, sí que conocen y asumen su integridad cultural. ¿Se conseguirá que hagan lo mismo los valencianos, señor Boira? ¿O nos quedaremos en cuatro pretextos y tres apariencias para dar miedo de lo que no se es ni hasta donde se debería llegar? Si se sigue disparando con bravatas y proyectiles de fogueo, todo este entramado, que intenta consolidar Josep Vicent Boira con el entendimiento de las fuerzas vivas catalanas y mallorquinas será inútil. Ses illes, como es inevitable, se sienten aisladas y preteridas. Catalunya está herida por los cuatro costados. La parte valenciana todavía no ha despertado. Afortunadamente los supermercados tienen un amplio horizonte de expansión en Ses Illes y sobre todo en Catalunya. Lo sabe Juan Roig cuando sigue aferrado a la operación Corredor Mediterráneo, floreado con un magnífico puente para cruzar el mar hasta Ses Illes Balears.