Tensión en el intento de boicot de un grupo de ultras al mural de Elías Taño que critica la sentencia de Alsasua

Cerca de las 13 horas de la tarde se han congregado un grupo de ultras para boicotear el mural de Elías Taño en el que se solidariza con los presos de Alsasua. Taño dibujó un mural en un acto con las familias de los jóvenes condenador por la agresión a varios guardias civiles y sus parejas en una sentencia que ha causado numerosos debates, considerada por muchos sectores desmesurada.

Entre los que se han congregado contra el mural, la Policía ha identificado al presidente de la Federación Coordinadora d'Entitats Culturals del Regne de Valencia, Juan García Sentandreu, que portaba un rodillo en la mano. Los ultras han protagonizado varios momentos de tensión con la Policía, cuando le han impedido pintar sobre el mural. Al llevárselo al vehículo policial, algunos de los concentrados han increpado a los agentes al grito de “no tenéis vergüenza”, “catalufos” o “proetarras”. También se han proferido amenazas a periodistas y se ha pedido la dimisión del alcalde, Joan Ribó, por ceder el espacio para el mural.

Otro momento de tensión se ha producido cuando un pequeño grupo de jóvenes contrarios al borrado del mural se ha aproximado a la zona y ha intercambiado insultos con los que sí querían taparlo. Frente al muro se ha visto también a varios hombres que han desplegado una bandera de España con el mensaje 'Únete a la resistencia-España 2000'.

Donde el domingo había escrito “llibertat joves Alsasu” los miembros de estos grupos han pintando “som valencians, mai catalans” y “Regne de València”.

El contenido del mural ha provocado críticas las críticas de PP y Ciudadanos y entidades como el Colectivo de Víctimas del Terrorismo, que ha reprochado que el Ayuntamiento de València haya “desatendido su petición, realizada el 25 de junio, para que no se consagre en las calles un discurso basado en el odio y la discriminación”.

Además, el presidente de VOX en Valencia, José María Llanos, ha presentado una denuncia contra el alcalde de València, Joan Ribó, por presunto delito de odio y omisión del deber de impedir delitos, al considerar que ha cedido un espacio público para enaltecer a los condenados por la agresión de Alsasua.