¿Qué edad (humana) tiene mi gato?

Garabato o Tigre se erigen como los reyes de ronroneo y han conquistado por méritos peludos propios tu sofá preferido. Pero también dominan el arte del disimulo. Los gatos son absolutamente brillantes cuando se trata de ocultar su dolor, una enfermedad o cualquier síntoma de estrés felino que pueda delatar que no se encuentran bien. El motivo está en la evolución: para un gato que vive fuera de casa resulta natural cazar ratones, pero él mismo tiene un tamaño lo suficientemente pequeño como para convertirse en presa, por ejemplo, de un zorro.

Por lo tanto, si tienes que ocuparte de ti mismo ahí afuera, mostrar debilidad no parece buena idea. Para nosotros, sus humanos y amigos de dos patas, este mecanismo de autodefensa felino no constituye una gran ayuda, ya que convierte el hecho de detectar un problema de salud en nuestro minino en una tarea titánica. Lo que, tristemente, implica que en ocasiones busquemos ayuda para nuestros gatos demasiado tarde.

Todo ello nos obliga a actuar como detectives peludos, a estar muy atentos a todos los comportamientos de nuestro gato que puedan señalar un posible problema de salud: la pérdida repentina de peso, una merma de apetito o cambio en el consumo de agua, falta de ganas de jugar, alteraciones de sus hábitos de sueño, así como en el modo o frecuencia de sus interacciones con nosotros. Además, un gato que deja de usar el arenero o, al contrario, que de pronto lo utiliza con mucha mayor frecuencia, también puede estar sufriendo un problema de salud o de estrés gatuno en su casa.

Resumiendo: un minino nunca llorará tan fuerte como un perro cuando se haga daño, ni cojeará de un modo tan llamativo. Los gatos no son perros; se comportan y muestran sus emociones de forma completamente distinta. Por eso, nos corresponde a nosotros interpretar todos los pequeños cambios en el comportamiento de nuestro felino y prestarles suficiente atención para cuidarles como merecen.

¿Los gatos tienen siete vidas? Más bien, seis

Tu felino no siempre será igual: sus necesidades cambian según su edad. Si un cachorro resulta un explorador incansable que necesita fortalecer su sistema inmune con las vacunas apropiadas, un minino de quince años preferirá pasar más tiempo en el lugar más caliente y mullido del salón y precisará que vigilemos de cerca su salud dental, así como su alimentación para protegerle de una diabetes.

Por eso, desde el punto de vista de la salud felina resulta muy descriptivo hablar de seis grandes etapas en la vida del gato. Desde su edad de cachorro, de cero a seis meses, pasando por el revoltoso minino adolescente, el gato adulto y el maduro hasta llegar al gato mayor y el anciano, cuando supera los quince años. Y puesto que la esperanza de vida de nuestros felinos aumenta, y traspasan esa edad con cada vez mayor frecuencia, aún cabría añadir otra subdivisión más: gatos súper ancianos, a partir de los 20 años, lo que equivaldría a un humano que rebasa el siglo de vida.

Esta división permite atender las diferentes necesidades de tu amigo peludo y constituye una ayuda para prevenir los problemas de salud más frecuentes en cada etapa. También hace más sencillo conocer sus necesidades físicas, psíquicas y emocionales. Cuando uno entiende que ser un gato de diez años se parece mucho a ser un humano de 56 años, resulta más fácil de comprender que nuestro minino necesite visitas regulares al veterinario, una ayuda adicional para cuidar sus dientes y que habrá sitios de la casa que pueden resultarle más inaccesibles que antes, por lo que una rampa para alcanzar su cama preferida será una ayuda valiosa.

Edad gatuna, edad humana

Aunque desde el punto de vista de las necesidades emocionales de nuestros gatos y su psicología, los expertos en comportamiento felino haríamos una división algo distinta, estas son las seis etapas de la vida felina y su equivalente en edad humana, según el consenso de los veterinarios.

1. Gato cachorro: de cero a seis meses

  • 0-1 meses (gato): 0-1 años (humano)
  • 2 meses: 2 años
  • 3 meses: 4 años
  • 4 meses: 6 años
  • 5 meses: 8 años
  • 6 meses: 10 años

2. Gato adolescente: de siete meses a dos años

  • 7 meses (gato): 12 años (humano)
  • 12 meses: 15 años
  • 18 meses: 21 años
  • 2 años: 24 años

3. Gato adulto: de tres a seis años.

  • 3 años (gato): 28 años (humano)
  • 4 años: 32 años
  • 5 años: 36 años
  • 6 años: 40 años

4. Gato maduro: de siete a diez años

  • 7 años (gato): 44 años (humano)
  • 8 años: 48 años
  • 9 años: 52 años
  • 10 años: 56 años

5. Gato mayor: de 11 a 14 años

  • 11 años (gato): 60 años (humano)
  • 12 años: 64 años
  • 13 años: 68 años
  • 14 años: 72 años

6. Gato anciano: 15 años o más

  • 15 años (gato): 76 años (humano)
  • 16 años: 80 años
  • 17 años: 84 años
  • 18 años: 88 años
  • 19 años: 92 años
  • 20 años: 96 años (aquí cabría ya hablar de gatos súper ancianos)
  • 21 años: 100 años
  • 22 años: 104 años
  • 23 años: 108 años
  • 24 años: 112 años
  • 25 años: 116 años

Solemos subestimar la edad de nuestros felinos y olvidamos lo rápido que pasa el tiempo. Es normal: no nos gusta pensar en la idea de que enfermen. O que no vayan a vivir para siempre. Sin embargo, conocer su edad humana y utilizarla para vigilar su salud de cerca resulta tan sencillo como aplicar esta tabla. Y puede suponer una diferencia enorme para nuestros gatos.

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