No las tires: diez usos para tus viejas botellas de vino

En España producimos una de cada diez botellas de vino que se consumen en el mundo. Además, nos bebemos 10,5 millones de hectolitros (hl) al año, según la Organización Internacional de la Viña y el Vino. Aunque tal vez no seamos tan conscientes del impacto que tiene nuestra pasión vinícola para el planeta: cada botella de vino implica verter entre 0,8 y 1,28 kilogramos de dióxido de carbono equivalente (kg de C02 equivalente, la medida utilizada para valorar los gases de efecto invernadero) a la atmósfera.

Este daño ambiental incluye el ciclo de vida completo del vino: el cultivo de las vides, la recolección de la cosecha y su procesado en la bodega. Pero fabricar y después reciclar la botella de vidrio (recuperamos más del 76% de ellas, dice Ecovidrio) también contamina: de hecho, el 39% de estas emisiones se generan durante la fabricación o reciclaje de la botella39% de estas emisiones, según un estudio de 2012 que analizó el ciclo de vida de una botella de Verdejo en España. A una conclusión similar llega un estudio anterior realizado por la Universidad de Zaragoza.

Porque tu amor por el vino deja huella climática

Si eres un bebedor de vino medio, consumes 24,94 litros (l) al año, y el 80% vienen en botellas de vidrio de 75 centilitrosbotellas de vidrio de 75 centilitros (cl), según el Observatorio Español del Mercado del Vino. Esto suma 27 botellas de vidrio por cabeza, solo en vino. Entre todos: 1.400 millones desechadas al año. Para recortar esta dionisiaca huella climática, los expertos señalan varias acciones.

Hay que instaurar un sistema de recuperación y reutilización de estas botellas en bodega. Además, es importante hacerlas más ligeras: aunque la mayoría pesan 390 gramos390 gramos (g) vacías, las hay que sobrepasan los 700. La mayor parte del vino no necesita botellas tan pesadas: y cuanto más pesa, más energía se consume tanto en su fabricación como durante su transporte y su posterior tratamiento como residuo. De hecho, solo con reducir 20g el peso de la botella ya estarás recortando tu huella climática hasta en un 5%.

Pero podemos hacer algo más: dar una segunda vida en casa al bacanal recipiente. No estarás salvando el planeta, pero según estos estudios dejarás de emitir 100 g de CO2 por botella, ya que no habría que transportarla ni tratarla en la planta de reciclaje o el vertedero. Aquí van unas ideas para empezar.

Diez usos caseros para tus viejas botellas

Lo primero: necesitas quitar las etiquetas del envase. Es sencillo si calientas agua en una olla y las metes dentro entre cinco y diez minutos, porque la etiqueta suele despegarse sola. Para retirar los restos de pegamento, frota con quitaesmalte y un algodón. Este método también funciona para reciclar los frascos de conserva, y darles una segunda vida.

1. Píntalas y decóralas. Internet está plagado de ideas para colorear, forrar y transformar tus viejas botellas de vino en objetos de decoración. Un ejemplo: puedes cubrirlas de arena o con papel -si antes les aplicas una capa de cola sin diluir-, utilizar un aerosol, crear diseños geométricos en su superficie o anudarles cuerdas. Puedes usarlas tal cual para decorar un espacio o darles uso, por ejemplo, como florero. Y hasta para levantar paredes. Echa si no un vistazo a esta casa de botellas en Rhyolite, Nevada.

2. Soporte para estantería. Si tienes unos tablones y varias botellas de vino viejas, tienes una estantería para el salón. Las botellas se colocan de dos en dos para dar más consistencia al conjunto y sostener las baldas. Si aseguras los tablones con tensores de ganchos, puedes hacerla de hasta cinco o seis alturas. 

3. Dispensador de jabón lavavajillas. Solo necesitas un tapón dosificador que encaje en la boca de tu botella (los venden en ferreterías). Y llenarla con tu jabón preferido.

4. Candelabros. Es un clásico de la reutilización. Solo hay que introducir velas finas en la boca de la botella. A medida que la cera se derrita, y después se enfríe al caer por el vidrio, lograrás un efecto casi dramático, y muy barroco. Para hacerlas más chulas, usa cada vez una vela de un color distinto. Perfectas si en carnaval vas a disfrazarte de vampiro. 

5. Jardín vertical en casa. Necesitas un tablero como soporte, y unas alcayatas a las que amarrar los envases. Solo necesitas meter el cuello de la botella a través de la alcayata y fijarlas a la madera. Cuélgalo con un gancho a la pared, y ya puedes llenarlo de flores para adorar al dios Baco. 

6. Patas para una mesa. Hazte con tablón y unas diez botellas. Ponlas de pie debajo de la madera y en grupos, para que constituyan un soporte más fuerte.

7. Centros de mesa. Si coloreas o decoras varias y las colocas juntas o atadas con cuerda, tienes un coqueto centro de mesa. Esta idea suele resultar más interesante si juntas botellas de diferentes tamaños.

8. Lámparas para casa o para la terraza o jardín. Puedes utilizar esa botella de gran reserva que tantas alegrías te trajo para fabricar una lámpara colgante o una guirlanda luminosa para la terraza. Si la recortas a la medida que quieras (con ayuda de una cuerda, alcohol y un mechero), las ideas son infinitas. 

9. Bebedero y comederos para pájaros. Una botella de vino vacía sirve para fabricar un bebedero o un comedero para aves: construye un soporte de madera, llena de la botella de semillas y dale la vuelta: ya tienes un dispensador de comida para pájaros.

10. ¿Y qué hago corchos? No nos hemos olvidado de ellos. También puedes reutilizarlos: recortando su huella climática hasta en un 5% construye macetas (solo hay que pegarlos entre ellos y darles la forma que quieras) o mételos dentro de una botella de boca grande para decorar. También sirven para insertar la hoja de un cuchillo de mantequilla pequeño, y utilizar el corcho como mango. Y para clavar los anzuelos si vas de pesca. 

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