La fuerza expresiva de Antony and The Johnsons ha resonado hoy en el Primavera Sound amplificada por los 40 músicos de la Orquesta Sinfónica de Barcelona y Nacional de Cataluña (OBC) que han logrado poner la piel de gallina a las miles de personas que se han congregado en el Parc del Fòrum.
Mesiánico, el británico ha aparecido sobre el escenario con una túnica blanca y ha logrado generar a su alrededor un ambiente litúrgico, a pesar de que pocos lugares se parecen tan poco a un templo como un festival multitudinario de música.
El ritual ha empezado con una 'performance' de Johanna Constantine que parecía querer dar tiempo al público para situarse cerca del escenario, cosa nada fácil en ocasiones, sobretodo si los espectadores vienen de un concierto previo en la otra punta del enorme espacio del Parc del Fòrum, que tiene dos kilómetros de punta a punta.
Lo cierto es que la intención de la 'performance' no era hacer tiempo, sino crear el ambiente necesario para entrar en materia, porque Antony es capaz de hacer levitar a su público, pero hay que estar en sintonía con él.
“¿Pero es él o es ella?”, se preguntaban en las últimas filas los menos afines y aquellos que no vienen a los festivales a levitar, sino a bailar, escuchar rock y conocer gente.
En las primeras filas el ambiente era muy diferente. La voz envolvente de Antony Hegarty y la calibrada intensidad de los músicos de la orquesta ha logrado cautivar al público, con un repertorio que ha recorrido toda la discografía del británico afincado en Nueva York.
“You are my enemy”, “Ghost”, “Cripple and the Starfish”, “Swanlights”, “Cut the world” y “I fell in love with a dead boy” se han ido sucediendo, mientras en la pantalla situada tras los músicos se proyectaba la grabación de una 'performance' grotesca y llena de simbolismo.
Aunque las imágenes despistaban más que ayudaban, la fragilidad y la sensibilidad del intérprete ha ido calando en la audiencia, así como su reivindicación de la feminidad y la necesidad de reencontrarnos con la naturaleza.
Tras lograr que el público entonara una nota sostenida mientras Antony cantaba a capella en lo que ha sido una clase magistral de interpretación vocal, el clímax ha llegado al final, con “Hope There's Someone”, aunque un fallo técnico ha impedido que sonara en todo su esplendor este tema que popularizó en España Isabel Coixet, al introducirlo en la banda sonora de “La vida secreta de las palabras”.
Antony Hegarty ya había colaborado con otras orquestas sinfónicas en anteriores ocasiones, pero lo había hecho en espacios más apropiados para tal fin, como el Teatro Real de Madrid, The Royal Opera House de Londres o Radio City Music Hall de Nueva York.
Con la actuación de hoy, el personalísimo interprete ha demostrado que es capaz de trasladar su mundo interior y su estilo intimista a cualquier entorno, incluido un festival como el Primavera Sound, donde el público que le rodeaba podía venir de escuchar minutos antes el rock ochentero de The Replacements y después ir en busca del blues-rock de The Black Keys o apostar por propuestas más electrónicas.
Más de cincuenta conciertos al día es lo que ofrece el festival Primavera Sound, uno de los más prestigiosos de Europa y una auténtica fiesta que no ha hecho más que empezar.
La primera jornada ha arrancado con Baxter Dury y sus melodías profundas interpretadas a pleno sol, que han inundado de buen rollo la apertura del festival.
The Replacements han convertido el Primavera en una revolución ochentera y Childhood han derramado su rock psicodélico sobre los presentes.
Pero lo mejor está por venir, o por lo menos eso parece pensar el expectante público de este multitudinario evento, que hoy han entrado en el Fòrum con el espíritu del primera día de vacaciones.
Rosa Díaz