Noticia servida automáticamente por la Agencia EFE

“En vez de censura hay hartura”, dice el poeta articulista E. García-Máiquez

Sevilla —

0

Sevilla, 30 sep (EFE).- Poeta y profesor, Enrique García-Máiquez publica artículos a diario y ahora una antología agrupa los que hablan de “la pandemia deportiva” de sus amigos y los que describen a Papa Noel encaramado a un balcón como “la exacta imagen de un ladrón entrando a destiempo y a traición en los hogares”, por lo que ha dicho a EFE que “hoy en vez de censura tenemos hartura”.

“El burro flautista” es el título de esta antología periodística que ha sido publicada en una colección netamente literaria como es La Veleta, que dirige Andrés Trapiello para la granadina editorial Comares, una colección que además de incluir antologías de artículos del propio Trapiello ha reunido las glosas de Eugenio d'Ors, escritas originalmente para la prensa.

“Nunca insistiremos lo bastante en la alegría. El ecologismo, en cambio, se complace en sus alarmas y jamás cae -ni siquiera por guardar el equilibrio- en jalear las noticias excelentes”, escribe García-Máiquez para celebrar el hallazgo de una nueva especie de molusco en Cádiz, mientras que en otro artículo glosa la captura de un buitre leonado en una azotea de San Fernando (Cádiz), como José María Pemán hizo con otro que se posó en el monumento a Las Cortes de Cádiz hace más de medio siglo.

El autor ha dicho a Efe que en estos artículos navega “contra viento y marea; no sólo contra el viento de lo políticamente correcto, ni principalmente, porque casi no han entrado en la antología artículos políticos; más que nada contra el viento de la caducidad de publicar en los periódicos”.

Sobre el espíritu de su antología ha citado al marqués de Tamarón y su último libro, titulado “Por gusto” y que lleva como colofón el emblema de Saavedra Fajardo “In contraria ducet”, ya que le gustaría que su antología fuera “una defensa indirecta de la literatura que se sigue haciendo en prensa”.

“Quizá estemos viviendo una edad de plata del columnismo literario; durante el franquismo, que fue su edad de oro -Foxá, Camba, Ruano, Pemán, Fernández Flórez- quizá ayudó que no se pudiera hablar de política; y como ahora en vez de censura tenemos hartura, los artículos costumbristas son recibidos por los lectores con ansia, los encuentran refrescantes; y vista nuestra rabiosa actualidad no me extraña”, ha comentado con la misma ironía que emplea en sus artículos.

Sobre el título, “El burro flautista”, ha dicho: “Todavía no sé si es humilde o vanidoso; a primera vista, autodenominarse 'burro' no parece una prueba demasiado palpable de orgullo, pero el 'flautista' lo compensa con un 'in crescendo' de fábula”.

“Que la música suene de vez en cuando, aunque sea por una mezcla muy mía de perseverancia y potra, o incluso, poniéndonos dramáticos y estupendos, de expiración e inspiración, no es moco de pavo... Para la burricie tengo la prueba masiva de todos los artículos que no he seleccionado; los artículos seleccionados saltan de mes en mes mientras que yo escribía todos los días, como un borrico amarrado a su noria”, ha exclamado con humor.

También ha confesado: “Espero que mi libro haga trabajar a los lectores como burros -flautistas-, porque creo que la buena literatura se escribe siempre a medias entre el escritor y el lector, que tiene que leer entre líneas, que darle la vuelta a la ironía y cogerles las vueltas al autor”.

Sobre “el valor” de “El burro flautista” ha insistido en que “es una apuesta por recuperar esa literatura que va en los periódicos y que se llevaría la corriente de la actualidad, si no se hiciesen estas antologías”.

Chesterton, Eliot, Nicolás Gómez Dávila, Auden, William Carlos Williams, el doctor Samuel Johnson y su “sombra” James Boswell se citan en estas páginas junto a devociones más recientes como Luis Alberto de Cuenca, las cuales adornan puntos de vista curiosos, como cuando emplea “un punto de vista metafísico” para analizar un valla publicitaria que promete, mediante cirugía y unas fotos de 'antes' y 'después', unos “pechos perfectos”: “Los pechos de antes no estaban, en mi humilde opinión, nada mal”.

Alfredo Valenzuela