El antiguo jefe de la oficina que supervisa el tráfico en Pekín, Song Jianguo, fue condenado esta semana a cadena perpetua por aceptar sobornos a cambio de matrículas para automóviles, informó la agencia oficial de noticias Xinhua.
En una ciudad donde la concesión de matrículas está muy limitada para intentar reducir los atascos y la polución, Song se aprovechó de su posición para que otras personas o empresas consiguieran placas con la letra A, que al parecer son un signo de estatus en la ciudad.
Entre 2004 y 2014, Song consiguió con este negocio más de 3,6 millones de dólares en sobornos, de acuerdo con la sentencia del Tribunal Popular Intermedio Número 1 de Pekín.
Las matrículas con letra A fueron las primeras de la serie actual en ser puestas en circulación por las autoridades de la ciudad, en los años 90, aunque actualmente son utilizadas sobre todo por vehículos gubernamentales o de empresas públicas (hace 30 años apenas había vehículos privados en Pekín).
Llevar estas matrículas no otorga a los conductores ningún tipo de privilegio a la hora de circular o aparcar, pero algunos potentados las buscan a toda costa para mostrar su posición social alta en la calle, destacó Xinhua.