¿Estás pensando en pasarte al nuevo pitillo electrónico de Philip Morris? Esto es lo que opinan los científicos

Aunque el producto lleva comercializándose en nuestro mercado desde 2016, no fue hasta la pasada primavera que Philip Morris International, fabricante de Marlboro, hizo la presentación oficial del dispositivo IQOS a la prensa española. Desde entonces la extensión del mismo de ha multiplicado en nuestro país, fomentado sobre todo con una enorme inversión publicitaria tanto en medios como a pie de estancos.

Hasta el punto de que hoy IQOS (acrónimo de I Quit Ordinary Smoking, 'Dejé de fumar tabaco ordinario') se puede adquirir en más de 1.000 estancos en toda España, y las unidades de tabaco que calienta el aparato se venden en más de 6.000 establecimientos. Los paquetes de dichas unidades, por otro lado, no son tan caros como los de los cigarrillos tradicionales, ya que soportan un IVA del 45% frente al 78% que se grava en los otros y que ha incidido decisivamente en la caída de sus ventas.

¿Qué es IQOS, el tabaco sin combustión?

Para aquellos que no han oído hablar de IQOS, baste explicar que es un cartucho con una resistencia eléctrica que genera un calor de 300ªC, y al que se aplica una carga de tabaco laminado -en lugar de picado- que se calienta a esta temperatura pero no se quema: de ahí el nombre de 'tabaco sin combustión'. Al calentarse, el tabaco libera diversas sustancias clásicas del cigarrillo, sobre todo nicotina, que son aspiradas por el fumador, pero en teoría -así lo vende Philip Morris- evita otras altamente cancerígenas que se producen cuando hay combustión.

Philip Morris asegura que el IQOS “implica un significativo menor riesgo para la salud” que el cigarrillo tradicional al no quemar el tabaco, pero sin desmerecer la experiencia de fumar; en consecuencia, lo presenta como la alternativa para una evolución de los fumadores a un producto más sano y que no produce las sensaciones sintéticas del vapeo, que se basa en un líquido con nicotina.

Por el momento, y bajo esta premisa, IQOS ha entrado en los mercados de unos 30 países y ha logrado más de cuatro millones de consumidores, sobre todo en Japón, su principal laboratorio de comercialización. Está actualmente entrando en España con importantes campañas publicitarias, a la espera de que el Ministerio de Salud de un dictamen oficial sobre la idoneidad del producto, y en Estados Unidos espera la aprobación de la FDA (Food and Drugs Administration) para ser comercializado.

Esto es lo que dicen los expertos sobre IQOS

¿Es IQOS una alternativa más saludable sin dejar de ser tabaco, tal como asegura Philip Morris? Por lo pronto en lo que hay acuerdo es en que es tabaco al fin y al cabo, y en consecuencia algunas administraciones comienzan a hacerse determinadas preguntas. Así, el Departament de Salut de la Generalitat de Catalunya, a través de su responsable, Joan Guix, anunció durante la VIII Jornada de la Sociedad Catalana de Atención y Tratamiento del Consumo del Tabaco (Scatter) la apertura de un expediente informativo sobre IQOS.

El mismo estudiará si es preceptivo que un producto basado en el tabaco pueda realizar campañas publicitarias cuando el cigarrillo tradicional tiene prohibido anunciarse en los medios de comunicación. En cuanto al ministerio de Sanidad, por el momento se ha limitado a prohibir su uso en establecimientos cerrados, aplicando la misma norma que sirve para el cigarrillo tradicional, y aunque tilda a IQOS de “potencialmente perjudicial”, asume por el momento la premisa de Philip Morris de que lo sea menos.

No obstante, en Estados Unidos no existe tanta complacencia y según informa Reuters, la FDA estaría cerca de tumbar la suposición de que “es una alternativa menos perjudicial” para la comercialización del producto, aunque permitiría la misma bajo la premisa de que es otra manera de fumar, igual de dañina, minando así la estrategia comercial de la tabaquera. Uno de los motivos serían diversas investigaciones de la propia agencia Reuters en las que reveló un plan de marketing y cabildeo para presionar a las autoridades de diversos países, especialmente Japón. 

Reuters también desveló las numerosas irregularidades en los experimentos llevados a cabo entre 2013 y 2015 para demostrar la supuesta mejor toxicidad de IQOS frente al cigarrillo tradicional. Entre otras se descubrió a científicos que firmaron estudios sin leerlos, directores de equipo sin conocimientos de neumología e investigaciones completamente sesgadas, incluyendo a individuos que no fumaban previamente al estudio, por lo que dieron resultados mucho mejores de lo esperado.

Por otro lado, dos estudios independientes han puesto de manifiesto que IQOS no es más saludable que el cigarrillo tradicional. Por un lado, un estudio dirigido por un investigador de la Universidad de Berna, el doctor Reto Auer, encontró en las exhalaciones del aerosol generado por IQOS un 84% de la nicotina de un cigarrillo, así como menor cantidad de otros componentes de combustión. Pero paradójicamente, encontró el doble de acenaftaleno que en un pitillo. El acenaftaleno es uno de los carcinógenos más activos del tabaco.

El segundo estudio fue encargado por el Comité de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 y la OMS, y fue llevado a cabo por el equipo del neumólogo Kanae Bekki, miembro del Departamento Nacional de Salud Pública de Japón. La conclusión fue que, aunque se encuentra en el aerosol de IQOS una menor concentración de carcinógenos, estos siguen estando presentes y no existe todavía literatura científica que cuantifique qué límites son saludables respecto a estas sustancias.

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