Las Diputaciones forales no ponen fecha a la tasa turística, pese a que el Gobierno vasco cuenta con que esté implantada en 2026

Las Haciendas forales vascas no quieren poner una fecha para la entrada en vigor de la denominada tasa turística, que en realidad será un impuesto. Álava, Bizkaia y Gipuzkoa, que son las que están elaborando la normativa por la que se regirá este nuevo tributo, con el que se gravará la estancia de los turistas en Euskadi, carecen de un calendario para su tramitación y ninguna de las tres diputaciones forales quiere comprometer mes o año para su aprobación en las respectivas Juntas Generales, pese a que el Gobierno vasco cuenta con que esté implantada en 2026.

Itziar Gonzalo de Zuazo, diputada foral de Hacienda y Finanzas de Álava, reconoce en una respuesta escrita a EH Bildu, que el Gobierno foral “no tiene establecido un calendario de trabajo” para la elaboración de la norma foral sobre el impuesto sobre estancias turísticas. No obstante, señala que “está previsto la tramitación de la misma en la presente legislatura”. Es decir, un plazo a dos años vista y que no concuerda para nada con las previsiones del Gobierno vasco, que cuenta con que pueda estar en vigor el año que viene, por lo que ya se ha presupuestado 1,5 millones para reforzar al sector ante la implantación de este impuesto.

Fuentes de las tres Haciendas forales han reconocido que la tramitación está en una fase todavía muy preliminar sobre la que se está trabajando de manera conjunta en el seno del Órgano de Coordinación Tributaria (OCT). Las previsiones que manejan las tres es tener un proyecto de norma antes de final de este año para poder llevarlo a exposición pública. A partir de ahí, “ni fechas ni horquillas” sobre cuándo se podrá aprobar, primero por los respectivos Consejos de Gobierno y después por las Juntas Generales, y recuerdan que la celeridad de la tramitación dependerá mucho de las alegaciones que se presente en el periodo de exposición pública y también de las enmiendas por parte de los diferentes grupos.

El impuesto sobre estancias turísticas se llevará a cabo a través de una norma foral que se quiere que esté totalmente coordinada entre los tres territorios, y será de recaudación municipal. La idea es que sean los propios ayuntamientos los que decidan si se aplica o no, porque la realidad es muy distinta en cada municipio, en función del tensionamiento que tenga. También tendrá diferentes importes en según el tipo de alojamiento.

La fórmula primera que barajaba y defendía el departamento de Turismo, Comercio y Consumo del Gobierno vasco era que se tratara de un impuesto autonómico del que una parte revirtiera en el sector. Como finalmente se tratará de un impuesto municipal, cuya recaudación será para el municipio, se ha arbitrado vía presupuestos una partida para reforzar al sector. El Gobierno vasco, y así lo señaló el consejero de Turismo, Javier Hurtado en la presentación de las cuentas de su departamento, es que la tasa esté implantada el año que viene. Por eso, por ser el primer año de implantación, se ha reservado una partida de 1,5 millones de euros para el impulso a la competitividad y sostenibilidad del sector, que subirá a dos millones en sucesivos ejercicios.

Fuentes del departamento de Turismo señalan esta partida presupuestaria indica la confianza del Ejecutivo en que las Haciendas tendrán ya la norma operativa el año que viene. En cualquier caso, han sindicado que ese 1,5 millones se destinará ya en 2026 a reforzar la competitividad del sector independientemente de si está ya en vigor o no el impuesto.